La
inoperancia, la ceguera, la avaricia, la individualidad, y la ineptitud y el
desanimo se ha apoderado de la sociedad española y me atrevería a decir que de
muchas otras sociedades europeas, y hablo de la economía, de la propia sociedad
civil, y de la política en general que debería dirigirla y ampararla, creo
sinceramente que se han cruzado todas las líneas rojas que las circunstancias
pueden haber puesto en el camino de la supervivencia, del orden y de la
continuidad de nuestra propia sociedad actual.
Estoy seguro
que estamos asistiendo atónitos a lo que en su tiempo vivieron las sociedades, etrusca,
egipcia, griega, romana, yo creo que nunca habíamos visto lo que estamos
viviendo en estos momentos, lo hemos estudiado en los libros pero vivir la
destrucción de tu mundo nunca hasta hoy, porque no es comparable vivir la
destrucción de una guerra a lo que nos está pasando, en las guerras se
destruyen vidas y cosas materiales, pero no la sociedad, porque esta está
luchando por sí misma, para prevalecer sobre algo o alguien que la ataco de una
forma u otra, pero sabe que cuando derrote al enemigo saldrá más fuerte que
antes .
Ante
nuestros propios ojos, ampliados además por los medios de comunicación que hoy
disponemos, estamos viendo impotentes como una sociedad que ha sido
continuación de las civilizaciones antes mencionadas, y que hasta nuestros días
ha sido motor de la evolución, y la sabiduría, poniéndolas ambas al alcance de la humanidad, dándole
libertades y un estado de vida muy por encima de las expectativas humanas de
hace tan solo 100 años se derrumba por completo atacada por un enemigo etéreo
inmaterial, y que además ha sido creado por sí misma, el cual la va a devorar sin contemplaciones y sin poder poner
remedio alguno.
Es
escalofriante ver como todos los actores de la tragicomedia, están actuando
unos contra los otros, no hay ningún saliente a que podamos asirnos en la fina
y vertical roca desde la que resbalamos despeñados hacia un final de vértigo.
La sociedad no entiende a sus gobernantes, los gobernantes no entienden a sus
sociedades, la economía no quiere ver cegada por su ambición, que se dirige
hacia su propia muerte, que va emparejada a la situación en que ha colocado a
la propia sociedad de la que depende. No hay ya solución porque es imposible
recomponer la confianza, el sentido de sociedad, la seguridad, el deber, el
orgullo, la sensación de sentir todo ello quedará estrellada contra el fondo
del abismo al que nos lleva.
Aunque se
llegase a salvar la parte material que nos ha empujado, es decir la economía
solo sería un espejismo de unos pocos días, tras los cuales la falta ya absoluta
de valores y principios sociales nos devolverían a la misma situación de
desastre social. Por mucho que se salve el euro, ya no se salvará el
desasosiego de la sociedad, que palpa que se acaba su entorno, aquello que la
sustentaba, que la daba fuerzas para vivir, para formar una nueva familia, para
luchar desinteresadamente por otras sociedades más desaventajadas que la
nuestra, ofreciéndoles desinteresadamente algunos de sus valores, unos
materiales como dinero, otros inmateriales pero quizás más valiosos como su
tiempo, o sus conocimientos, todo eso se acabo porque ahora gracias a la
absurda falta de unidad entre nuestra sociedad, esto que ofrecíamos
desinteresadamente se nos negara a nosotros mismos y deberemos de encerrarnos
en nuestros entornos a defendernos de los males que como plagas nos vendrán
encima.
Después de
lo que está pasando, alguien creerá otra vez en su vecino, en su político, en
la política, en la democracia, en la gobernabilidad, en Europa, en la Unión
Europea, en su país, en su región. Si por un supuesto mañana nos trataran de
decir que todo está arreglado, alguien de nosotros lo creerá, la ilusión seria hacerlo, como no, pero
veríamos rápidamente, como empezarían las criticas, la exposición de dudas, la
negación de verdades objetivas, la crítica feroz, a lo que yo no impuse,
saldrían los que manifiestan yo en esta situación no juego, ya no hay reacción
positiva posible, habrá que conformarse con la destrucción de nuestra forma de
vida, llegar al fondo del vacío porque todavía no hemos llegado, nos queda lo
peor, porque hoy lo intuimos pero mañana lo viviremos en nuestras propias
vidas, y a partir de aquí no sé donde nos llevaran igual nuestro camino será el
de reprender el ciclo otra vez pero cuanto tiempo tardaremos y cuántas vidas
pasaran en la oscuridad, solo alumbradas por las crónicas escritas en los
libros de historia de la humanidad. “Había una vez hace mucho, mucho tiempo una
sociedad civil que tenía unos derechos….”
No hay comentarios:
Publicar un comentario