Hoy a saltado una noticia que al leer su
desarrollo deja a entrever, según mi opinión, que la probabilidad de la
supervivencia de la euro zona y posiblemente el euro se mantengan por mucho más
allá de este verano, esta noticia decía así: -“El presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba han cerrado
un acuerdo sobre el Consejo Europeo del próximo día 27. Ambos líderes han
cerrado dicho acuerdo en una conversación telefónica celebrada a última hora de
la mañana, según informaron a Europa Press en fuentes gubernamentales”-.
Lo primero que salta a la vista es que
poca importancia tendrán los acuerdos tratados si se aprueban a última hora y
por teléfono unos acuerdos entre gobierno y oposición para unificar criterios
para enfrentarse a una conferencia de máximo nivel en Bruselas ante la comisión
europea, merecen más que una llamada telefónica y también una escenificación mas
ceremonial que una simple llamada de teléfono, en mi opinión que esto se haya
concluido así de fríamente es que me temo que no hay planteamientos de futuro
sino simplemente que hay una preparación para un adiós, porque a la misma vez
que saltaba esta noticia, aparecía otra tanto o más inquietante haciendo
referencia a la opinión de Matthew Lynn: “Hay más de
una manera de salir de la moneda única", y añade "La migración masiva es lo que
necesita la Eurozona para que el euro funcione".
Está claro
el mensaje sintetizado dice así –“Ya es imposible equilibrar la euro zona, económica
y socialmente”-. Estoy de acuerdo, las diferentes economías coexistentes
necesitan o una absoluta diversidad de medidas correctoras y de regulación
acorde a sus circunstancias, o todo lo contrario, una absoluta y firme
uniformidad, pero para esta segunda opción, media euro zona sobra. Para que los
países actuales pueden permanecer en la Eurozona, habría que cambiar la demografía
tanto de la industrialización como de la población que curiosamente actualmente
esta invertida es decir la industria la productividad la riqueza esta en el
norte y la gente la mano de obra o más bien los desocupados están en el sur así
que o se transfieren subvenciones económicas o industrias del norte al sur, o se
transfieren personas del sur al norte ambas soluciones ya se ha visto son
inaceptables.
Existe una
tercera vía, vaciar el sur de europa con una migración masiva de manera que se
elimine o equilibre la capacidad productiva al nivel medio de la europa que quiera
mantener el euro en este caso lo que se ve rápidamente es que Grecia y Portugal
sobran, que España debería vaciarse en tercio aproximadamente, y que a Italia le
sobra una cuarta parte si esto fuese posible las economías del sur quedarían perfectamente
equilibradas con las del norte sus PIB’s se equilibrarían así como sus déficits
nacionales. Es muy claro si España tuviese los mismos ingresos que tenemos hoy
y tuviese que dar servicios a 30 millones de habitantes con una cifra de
desempleo que no superaría el 6% todos los problemas económicos sa habrían terminado.
De hecho
esto está sucediendo ya pero de una forma dramática y sin control el área del euro y Europa están
empezando a ver oleadas de migración a un nivel no visto desde los grandes
éxodos del siglo XIX a los nuevos mundos de América y Australia. Pero eso que puede
ser justo lo que la Eurozona precisa para que el euro funcione mejor, podría
dejar una periferia vacía. Las cifras son ya importantes, la emigración
italiana aumentó alrededor de un 30% el año pasado, llegando a 79.000 personas,
pero la no coordinación de este fenómeno, hace que se desequilibren más las demografías
nacionales. El perfil emigrante más
importante ahora, es la de los jóvenes de la parte norte, la más rica del país.
Los menores de 40 años suponen la mitad del total. Esta realidad va en contra
de lo que sería necesario es decir hay que trasladar los improductivos no los
que pueden reactivar las economías.
Un estudio realizado por el Real
Instituto Elcano, publicado en febrero, mostró que el 70% de los españoles
menores de 30 años ha considerado en algún momento marchar al extranjero. Y en
Portugal, el 2% de su población ha emigrado en los dos últimos años. En Grecia, la tasa de desempleo para los
menores de 25 años ronda el 62%. En España, el 56% y en Portugal es del 42% y
sigue en aumento mes a mes. No es sorprendente que muchos se trasladen a
Alemania. Más de un millón de inmigrantes marcharon al país el germano el año
pasado, según la Oficina Federal de Estadísticas, lo que supone un aumento del
13% respecto al año anterior, pero esto no es solución porque ya Alemania está
padeciendo la recesión de su productividad, porque a la vez de que produce más,
tiene fuera menos clientes que le consuman sus productos.
Con la mayor parte de la Eurozona
prácticamente en depresión, es poco probable que en países como Grecia, España Italia
o Portugal la situación del mercado laboral mejore. En circunstancias como
esas, emigrar es algo racional, así la migración masiva es precisamente lo que
la zona euro necesita para que la moneda única funcione. Una de las críticas al euro cuando se lanzó
fue que no era probable que se registrase en la Eurozona la misma movilidad
laboral que en EEUU. Pero ante esta teoría que considero cierta, se
antepone el hecho de que con los actuales desequilibrios económicos, la
excesiva emigración del sur al norte terminara por hundir a ambos polos, unos
por excesiva capacidad y a los otros por la total incapacidad de reactivarse.
Ya lo ven no es fácil ni explicarlo
ni entenderlo lo sé, pero es así. El que en los EEUU la movilidad o migración
interna sea su gran ventaja sobre las demás economías occidentales, es que allí
la gente no tiene el sentido ni el sentimiento de que emigra, allá simplemente
se traslada de vivienda pero jamás ve que se va de su país, y el lugar que lo
recibe, tampoco ve que está siendo “invadido” por un extraño que le quitara el
trabajo o que hará que sus salarios bajen, esta cultura es la que hace que allá
se traslade el trabajo de un lado a otro del inmenso país, dejando atrás los
procedimientos y fabricas obsoletos, creándose
nuevos puestos de trabajo sin cargas de fracasos o arraigos sentimentales, que
en parte son los que hacen imposible que europa se equilibre y que pueda hacer
frente al sostenimiento de una moneda única.
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