España ha llegado ya al sumun del estado dictatorial, más propio de la época
fascista (o franquista para que suene mas
español), su total inseguridad en todo, ha llegado a extremos increíbles y yo diría
inaceptables. Como persona sensible a la realidad política y humana, puedo entender que el estado español y sus políticos,
estén en contra de perder un territorio que esta anexionado desde hace siete
siglos y que representa para España el ser o no ser.
En el fondo es el mismo enfado que siento como catalán, cuando veo que se
me desprecia, que se me ataca y se me estrangula, no ya mi economía, también mi
lengua, mi sanidad, mi educación, y se me obliga por la fuerza de la política centralista
española, a ser en estos momentos, una de las peores y más endeudadas regiones
de España. Pero mi capacidad de asombro, queda desbordada al ver que ya molesta
incluso, el propósito de intentar pedir que te dejen tomar las decisiones que me parezcan más
oportunas para mí y para mi sociedad.
El gobierno español después de alterar con mentiras y con falsos informes
policiales sobre la honorabilidad de los principales personajes políticos de Catalunya,
para alterar unas elecciones, (el hecho más significante de la democracia) cosa
que consigue a medias, sigue tan asustado, que no tolera que unos
representantes elegidos por el pueblo catalán en aquellas elecciones trucadas
por él, reunidos en sesión representando por ello al pueblo catalán, decidan
aprobar simplemente una declaración, en que se manifiesta una idea civil y política
como es la de pensar como se puede plantear un camino legal, para poder pedir
si se puede preguntar a una sociedad que le gustaría ser .
Lo peor de esto, es que por un lado el gobierno de España debe saber ya, no
solo que se va a preguntar, sino también que se va a contestar, así que por
ello asustado y derrotado de antemano
denuncia la situación en El Tribunal Constitucional (TC), y lo
peor es que este tribunal ya preparado y predispuesto, acepta el recurso contra la declaración del Parlament de Catalunya, y ha
suspendido su aplicación. Nadie sabe cómo hay que suspender una declaración que
no tiene aplicación es una simple manifestación por fuerte que parezca, pero lo
que está claro es que esto es aquello de poner la venda antes de la herida.
De esta forma, el Alto Tribunal ha atendido la imputación del gobierno
central contra el acuerdo del Parlament del pasado 23 de enero, en el que se concluía
entre otras cosas que Catalunya es
"sujeto jurídico y político soberano", y así esta manifestación pública,
manifestada en un acto democrático pero sin valor jurídico alguno, ha quedado suspendida provisionalmente. Se trata
de la primera vez en democracia que el TC suspende una declaración
parlamentaria sin valor jurídico. Alguna vez tenía que empezar, esto estaba
escrito por la peligrosidad y el temor que representa para los gobiernos
españoles, que haya sociedades que tengan otras ideas y objetivos que se
aparten del estricto “sentimiento unitario y nacionalista español”.
La impugnación del Gobierno central, implica la suspensión temporal de
dicho acuerdo durante cinco meses, en tanto no decida el Alto Tribunal sobre el
fondo del asunto. Esto es ridículo y extremadamente peligroso, porque de hecho lo
que está haciendo el TC de acuerdo con el gobierno de España, es suspender que
la sociedad catalana piense, que quiere hacer y cómo, porque hasta ahora no se
ha hecho nada más que cumplir la ley y plantear como preparar una solicitud
para hacer las cosas bien. Está claro que tras esta resolución el gobierno de España
nos dice ustedes no pueden plantear, ni pensar en ser nada más que lo que yo
quiera, porque no se olviden que ustedes están sometidos a España por sus
derrotas de los años 1714 y 1939.
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