El
mundo hasta hace un siglo más o menos se dividía en dos escalas sociales los
ricos y los pobres o también más clásico los nobles y los villanos, esto
permitía un equilibrio quizás un tanto injusto, pero equilibrio al fin, lo
normal era que los ricos ordenaban y gobernaban a la sociedad entera y así se
mantenía un “statu quo” que con algún que otro desorden o desequilibrio
puntual, conseguía que la vida funcionase bajo unas ciertas normas vitales de
convivencia, que si no otra cosa, nos han permitido pasar por la historia,
avanzando cada vez mas.
Estas
escalas sociales nunca han sido excluyentes ni fijas, es decir se podía pasar
de una a otra dependiendo de actos personales, (no siempre tenían que ser
lícitos) suerte, inventiva, guerra, y más modernamente sobre todo con el trabajo,
pero estos movimientos no alteraban el equilibrio social. Llego un momento
esplendido en la sociedad occidental en que apareció un tercer escalón social,
la denominada clase media, que se situó como el purgatorio, entre el cielo y el
infierno. Este escalón consiguió con el tiempo un efecto de enorme mejora para
la sociedad, porque en realidad lo que consiguió poco a poco, es que la
sociedad volviera a situarse en dos escalas sociales, acercando a los menos
ricos a los modelos de bien estar de la clase alta, y disminuyendo el número de
la clase pobre, que quedo prácticamente como marginación social más que como
estado social.
Pero
esta situación de sociedad bien estante, fue ampliándose cada vez más en número
y poder, y empezó a partirse en nuevas escalas sociales que si bien ya existían
sus funciones, estaban inmersos en cada uno de los grupo generales y no
presentaban un estatus diferencial de comportamiento y categoría independiente.
Así ahora la sociedad modernísima, es decir la de hoy, se ha dividido en:
Multimillonarios, Millonarios, Políticos,
Funcionarios, Profesionales Autónomos, Trabajadores, Desempleados, y
Marginados.
Esto
ha desbordado las leyes de la convivencia y la gobernabilidad, y verán porque,
hoy curiosamente los que mandan no son los de arriba, sino los del medio
(resaltados en negrita) y no mandan precisamente porque lo merezcan, sino
porque se han creado su escala social y se han impuesto a las de más abajo y a
eso se dedican, los de escalas superiores es decir los Multimillonarios y los
Millonarios, pasan olímpicamente de la política que mal o bien intentan
implantar los políticos, ellos consideran que están fuera de obligatoriedad de
cumplirla, y es más, si se empeñan o enfadan les quitan el poder que se han
atribuido.
Los
de abajo son los que más han sufrido esta diáspora de escalas sociales,
trabajadores y desempleados han perdido todo su poder como clase o escala
social, los que se han adueñado del poder los han convertido en instrumentos de
sus experimentos político sociales, ya que no pueden con los de escala
superior. Así que la sociedad hoy, se compone de cuatro escalas o grupos
sociales: Una clase social que hace lo que le da la gana. Otra que impone lo
que le da la gana. Otra que sostiene a las otras dos. Y una cuarta que ni hace
nada ni se la considera para nada. Es evidente que para una sola clase social
le es imposible sostener todo el peso de toda la sociedad en general.
Ya
lo ven no es solo cuestión de economía y deudas soberanas, la mal llamada
crisis también es el desequilibrio social que nos hemos montado al amparo de la
vieja democracia que lo permite, o que dicho de otra manera, la mal empleamos y
la retorcemos amparándonos en ella, porque de la democracia lo único que
entendemos, es que cada uno puede hacer lo que le dé la gana, así que con esta
máxima, se han establecido decenas de partidos políticos con sus
correspondientes políticas. Mención aparte debe darse a otra forma de poder
paralelo y antagónico a la vez de la política, me refiero a la economía.
Miles
de consejeros financieros y economistas cada uno con su teoría económica,
cientos de miles de políticos cada uno también con su política a cuestas,
millones de funcionarios públicos para servir a las políticas y gobiernos, y
finalmente unos pocos millones más de trabajadores que deben cargar con el
esfuerzo de crear el sostén de todos los demás, incluyendo en su carga a los
desempleados y marginados de la sociedad.
Es
evidente que este desequilibrio es la CRISIS,
de la que ni los políticos ni los economistas encuentran la solución, es
evidente que no la encuentren son ellos mismos la CRISIS, y la solución está clara hay que reconstruir la sociedad
hay que ajustar los papeles sociales a desempeñar, hay que volver a las escalas
sociales normales los Ricos, la Clase media y Obrera, y mirar de rescatar a los
marginados por la suerte, o las circunstancias sociales.
Y si se hace así el orden y la gobernabilidad social
volverá, y con ello el trabajo productivo y la prosperidad que ya vivimos, pero
hay que conseguir entender que las funciones propias de la sociedad deben estar
repartidas entre todas las escalas sociales y hoy es alarmante el observar el
derrumbe de la denominada clase media y como efecto comparable al de los vasos
comunicantes los expulsados de este nivel pasan a engrosar en gran medida a la
pobreza
La economía no funciona los gobiernos no saben muy
bien porque, y por lo tanto no saben qué solución aplicar, y hacen lo más
sencillo recortar gastos, pero fíjense que los gastos que recortan repercuten
todos en las clases media y trabajadora, y por ahí no encontraran la solución,
la solución está básicamente en equilibrar lo más posible los escalones
sociales y esto solo se conseguirá si se
recorta a las clases altas, para poder recuperar la clase media y la clase
trabajadora, si esto se hace bien, unos tiraran de los otros en ambos sentidos
Los ricos aumentaran sus beneficios, porque habrá más
clase media, estos al consumir más darán motivo para que hayan mas
trabajadores, estos por medio de sus trabajos e iniciativas podrán ir
incorporándose a la clase media, esto producirá que suban los excluidos
sociales al nivel de trabajadores para cubrir los escalones, con lo que se
reduciría la exclusión social, con todo ello subirán los ingresos de la
hacienda pública, que podrá invertir a favor de todos, es fácil verdad, pues
esto tan sencillo es lo que han destruido los políticos con sus delirios de
grandeza y excesiva suficiencia y complacencia, y hasta que no lo recompongan,
solo se ampliaran las clases multimillonaria, la política, y los excluidos
sociales, es decir todos aquellos que no producen ningún valor añadido (PIB) y
en consecuencia el país y la sociedad se mueren.
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