martes, 27 de octubre de 2015

SALTA EN PEDAZOS UNA DE LAS AMENAZAS DEL GOBIERNO DE ESPAÑA A CATALUNYA



Hablar del acuerdo entre Junts pel SI y la CUP para registrar en el Parlament de Catalunya, una moción conjunta para dar inicio al proceso de independencia, el día siguiente a la constitución de la cámara catalana, es un hecho que a muchos nos llena de satisfacción e inquietud, lo primero porque lo deseamos y lo segundo porque la reacción de España será demoledora y nada democrática, pero ambos grupos parlamentarios han inscrito la propuesta, una declaración en la que se da por iniciado el proceso hacia la independencia y creación de un Estado para Catalunya. En la declaración se señala que el "proceso de desconexión democrática no se supeditará" al Estado español y se insta al futuro Govern Catalan a "cumplir exclusivamente aquellas normas o mandatos emanados" del Parlament.

Pero no debe ser todo pesimismo porque hoy a la vez que ocurría esto en España, saltaba en pedazos en Bruselas  una de las armas más usadas por el gobierno del PP para amenazar a Catalunya. La Unión Europea y Kosovo firmarán este martes 27 de octubre el Acuerdo de Asociación y Estabilización que ya han firmado el resto de países de los Balcanes occidentales con perspectiva de entrar en el bloque y cuyo objetivo es estrechar los lazos políticos y económicos y acercarla a la Unión Europea.

El documento es visto como una especie de preacuerdo para la adhesión al bloque, el acuerdo, que ambas partes concluyeron en mayo de 2014, incluye la creación de un área de libre comercio gradual y cubre el diálogo político, la justicia, libertad y seguridad y la cooperación en un amplio abanico de sectores desde la educación al empleo, la energía o el medio ambiente, los servicios y la empresa. En el plano comercial, la UE garantiza el acceso a su mercado para los productos kosovares prácticamente sin restricciones.

El artículo 2 del documento deja claro que el acuerdo no implica "un reconocimiento de Kosovo por parte de la Unión Europea como un Estado independiente ni constituye un reconocimiento por los Estados miembro individuales de Kosovo" en el caso de que "no hayan dado tal paso" y la designación de Kosovo "es sin prejuicio a la posición sobre su estatus", en línea con la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU de 1999 y la opinión del Tribunal de Justicia Internacional sobre la declaración de independencia de Kosovo de 2010.

España, uno de los cinco países de la UE que no ha reconocido la independencia de la ex provincia serbia, fue de los países que más trabas puso para aceptar negociar el acuerdo de Asociación con Kosovo. El Gobierno español aceptó en junio de 2013 que la Unión Europea abriera negociaciones del acuerdo tras recibir garantías de que ello no supondrá su reconocimiento "ni implícito ni explícito" y que sólo cubriría competencias comunitarias por lo que no deberá ser ratificado a nivel nacional, según explicó entonces el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo.

Los Gobiernos de los Veintiocho dieron luz verde a la firma del Acuerdo de Asociación y Estabilización con Kosovo el pasado 22 de octubre, un paso necesario para poder firmar el acuerdo, algo que harán este martes 27 de octubre en Estrasburgo la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, y el comisario de Ampliación, Johannes Hahn, por parte europea y por el primer ministro kosovar, Isa Musfata, y el ministro para la Integración Europea, Bekim Collaku, según han avanzado fuentes comunitarias. Se prevé que el acuerdo, el primero que establecerá relaciones jurídicas entre ambas partes, entre en vigor "en la primera mitad de 2016" una vez que el Parlamento Europeo haya dado su visto bueno o consentimiento al mismo, aunque no deberá ser ratificado por los Estados miembro dado que únicamente ataña a las competencias de la UE.

El objetivo del acuerdo es apoyar el refuerzo de la democracia y el Estado de Derecho en Kosovo, contribuir a su estabilidad, política, económica e institucional, garantizar un marco apropiado para el diálogo político que permita el desarrollo de las relaciones, facilitar su desarrollo económico y ayudarle a articular una economía de mercado en Kosovo, promover un área de libre comercio y la cooperación regional en los sectores cubiertos por el acuerdo. El texto también reconoce "la disposición de la UE de dar pasos concretos para materializar la perspectiva europea y el acercamiento a la UE" de Kosovo a través de su participación en el AAE siempre que cumpla las condiciones y criterios relevantes, "en particular la cooperación regional".

Los países de la UE acordaron abrir negociaciones del Acuerdo de Asociación y Estabilización con Kosovo y de las negociaciones de adhesión con Serbia en reconocimiento al histórico acuerdo que sellaron en abril para avanzar en la normalización de sus relaciones. En virtud del acuerdo, sellado en abril de 2013, Serbia se comprometió a desmantelar sus estructuras de policía y judiciales paralelas en el norte de Kosovo e integrarlas en las de Kosovo a cambio de ciertas competencias para la comunidad de mayoría serbia a través de la creación de una asociación de municipios en el norte. Ambas partes también se comprometieron a no perjudicar a la otra en su aspiración de avanzar hacia la Unión Europa aunque Belgrado dejó claro que seguía sin reconocer la independencia unilateral de Kosovo, proclamada en febrero de 2008.

La Declaración de independencia de Kosovo fue un acto acontecido el 17 de febrero de 2008 y llevado a cabo por el Parlamento kosovar de forma unilateral, que se independizo con las armas,  Por su parte, Serbia  aún considera a Kosovo una provincia autónoma dentro de su propio territorio, en conformidad con su propia constitución y con la resolución 1244 del consejo de Seguridad de Naciones Unidas, a pesar de que ya no intervenga en la administración del territorio desde 1999.

Hay desde luego muchas diferencias entre Kosovo y Catalunya pero es evidente que si a una “autonomía” Serbia  de solo 1.7 millones de habitantes, finalmente ha roto las presiones de la propia Serbia y las demás naciones de la UE que se oponen a su reconocimiento, en tan solo cinco años, hay que suponer que poco podrá hacer España para evitar que Catalunya que presenta 7.5 millones de habitantes un PIB de 200 mil millones de euros que es contribuyente neta a los fondos de las ayudas de la unión europea y que está presentando todas las seguridades legales y democráticas sin alzarse en armas ni ningún acto hostil con su actualmente “propietaria” España, no empiece ya en el punto que hoy se encuentra Kosovo y que en un par de años pueda ser reconocida como estado de la Unión Europea con todo derecho.

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