Ayer pedí la dimisión inmediata de los señores Félix Puig y de Artur Mas, (Conceller de interior y Presidente de la generalidad de Cataluña, respectivamente), lo hice alarmado y compungido por la demostración palpable del desastre que se había montado por la inaceptable actuación de estas personas que las descalifica para llevar a buen fin uno la seguridad y el otro el gobierno de la nación Catalana.
Hoy quiero profundizar el porqué es tan grave su desliz como para que insista y me reafirme en mi descalificación. Verán para mí era inconcebible que un Conceller de Interior, diese una orden tan incoherente como la que dio, actuar sobre una concentración sólidamente instalada desde hacía siete días en la Plaza de Cataluña de Barcelona, usando como pretextos una posible victoria en una final de futbol y la limpieza de la plaza, ni uno ni otro motivo guardan relación con el significado eminentemente político y desestabilizador de las concentraciones ni la de Barcelona ni las demás.
Un responsable de interior debe y tiene la obligación de saber que se cuece en estas concentraciones debe de tener infiltrados a agentes de policía que escuchen analicen y planeen por donde pueden ir las acciones a tomar por parte de los concentrados y que valoren las fuerzas que poseen, para frente a sus conocimientos planificar si hay que tomar medidas y cuáles.
Está claro que nuestro conceller ni tenía idea de nada, ni tenía conocimiento de la fuerza que le respondería, y solo pensó en que los concentrados eran tontos y se iban a tragar tamaña patraña de la limpieza y del peligro de la celebración de una final. La primera razón era absurda porque no se justificaba la limpieza se podía hacer a trozos y no hacía falta desalojar a nadie y la celebración del la posible victoria no es obligación de hacerla en un lugar ya ocupado yo en el puesto de conceller de interior lo que hubiese hecho es avisar precisamente a los futboleros que por motivos de seguridad para ellos no se permitiría la celebración de la posible fiesta ni en Canaletas ni en la Plaza de Cataluña, porque en esta ocasión ya estaba ocupada, como ejemplo tienen a TV3 que hará la fiesta en el Paseo del Arco del Triunfo.
Así que la verdad es que el Sr. Félix Puig lo que quiso es ponerse una medalla, siendo el hombre fuerte que rompía el movimiento de Indignados o del 15 M como quieran llamarlo y esto es tan absurdo y fuera de lugar que le descalifica para el cargo que ocupa, esto no era mantener la seguridad de los ciudadanos, esto era buscar la confrontación directa contra un movimiento, que se ve a lo lejos que está perfectamente organizado, y que ya esta saltando las fronteras hacia fuera de España, además no es Barcelona la que inicio este movimiento esto vino creado y amparado por Madrid su gobierno y el de la Nación española que lo permitieron y lo permiten claramente, así que esta actuación no podía ser más inoportuna , mal calculados sus efectos y sus consecuencias.
Hasta aquí la justificación de la dimisión del Conceller de Interior que esta claro no sirve para actuar de guardián de la seguridad de la ciudadanía ni mucho menos de gobernar a las policías con mando en plaza. Y naturalmente esta descalificación también alcanza al Presidente de la Generalidad porque ha demostrado que, o no se entera de nada, o no le consultan un acto tan importante, o no sabe escoger a sus consejeros, por lo tanto hay que rehacer el gobierno por él nombrado, así que ,o toma la decisión de remodelar el gobierno, o dimite porque de lo contrario él es tan culpable como su consejero del desastre moral y de imagen que se ha infringido a la sociedad Catalana.
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