Básicamente, parece que fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, aunque se declararan con principio y objeto de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, de los cuales los turcos, una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin piedad.
Posiblemente, las motivaciones de quienes participaban en ellas fueron muy diversas, aunque en muchos casos se puede suponer también un verdadero fervor religioso.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en cumplimiento de un solemne voto para liberar los Lugares Santos de la dominación musulmana. El origen de la palabra se remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Bueno pues si cambiamos unos cuantos términos estaríamos refiriéndonos a las nuevas cruzadas que el mundo Occidental ha seguido iniciando más recientemente, es curioso las cosas y los hechos de la humanidad, al final siempre son los mismos. Si hemos cambiado los papas, por los presidentes de gobiernos, Tierra Santa por Tierra de Petróleo, musulmanes por terroristas islámicos, mantenemos el espíritu “Liberador” (Dios nos guarde de nuestras liberaciones). Los cruzados por los marines, los caballeros por los capitanes, los condes por los generales de tres estrellas, las lanzas y espadas por las más sofisticadas armas con guías de laser, capaces de matar con más precisión sin descalabros y cráneos abiertos y cruzados y musulmanes con las tripas fuera.
Pero lo que no hemos cambiado es la inutilidad de la acción, no sirvieron de nada las antiguas Cruzadas, ocho más o menos, no sirvieron absolutamente para nada, los lugares santos están en los mismos sitios y en las mismas circunstancias, los musulmanes siguen en sus dominios y es mas ahora son más ricos, y los cristianos ni los conquistamos nunca, ni nos quedamos con los santos lugares ni encontramos el Santo Grial, y siempre salimos con la cola entre las piernas artos de guerrear y arruinados.
Pero qué bonito, que y cuanto honor, ir a salvar nuestro suministro de petróleo de la codicia de Irak primero, y salvar a los Iraquíes y el resto de la cristiandad del malvado Saddam después, ir a Afganistán a liberarlos de las brutalidades de los Talibanes, aquí fueron primero los “barbaros soviéticos”, y ahora los cristianos occidentales, hemos iniciado la cruzadas contra la tiranía de Gadafi en Libia, una cruzada sin cruzados solo con bombas cruzadas, y es que las ciencias adelantan que es una barbaridad, pero el resultado sigue siendo el mismo, peleamos unos años y luego fuera a marcharse con la cola entre las piernas, y dejando las cosas como estaban, eso sí con unos cuantos musulmanes menos pero les da igual los hacen rápidamente de nuevo.
También dejamos nuestro dinero y muchos cruzados, y esto sí es lamentable entre otras cosas porque a los cristianos nos cuesta más reponerlos, tanto los dineros como los muertos. Esto lo escribo hoy después de ver que España ha perdido dos nuevos cruzados y me ha venido a la cabeza la inutilidad de ir a hacer cruzadas, ni antes ni ahora no sé porque las hacemos, pero tal parece que sea una afición,
Quien nos manda ir a arreglarles la vida a nadie y no me vengan con que nos defendemos del terrorismo si eso fuese así, no se justifica entonces el tipo de cruzadas que realizamos estas cruzadas de ¡ay! cuidado no matemos muchos, ojo que se nos hecha la ONU encima, cuidado con China y Rusia que no están de acuerdo, defendámonos en nuestras tierras ataquemos con furia y acierto a los terroristas pero no vayamos ha hacer mas cruzadas inútiles caras y muy dolorosas.
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