Sigue aumentando de forma increíble la guerra
fría entre un gobierno nacional de un estado de 47 millones de habitantes, con
una mayoría de su banca quebrada, con un desempleo del 25%, lo que le produce
un déficit presupuestario fuera de gobierno, con una cada vez menor recaudación
de ingresos en su hacienda pública, con una cada vez mayor desafección de su
sociedad, ante los recortes del bien estar que impone a sus habitantes, y con
un absoluto desprestigio dentro de la unión europea. Frente a una parte de su
sociedad de tan solo 7.5 millones de
habitantes es decir el 16% de sus habitantes, que no tiene ninguna autoridad,
ni poder real frente al estado que la ataca y la amenaza.
Y lo peor del caso es que esta forma ignominiosa
de cómo se comporta la política y los políticos nacionales españoles, con la
identidad catalana que es la que lo está sufriendo, puedo afirmar que en el
mundo occidental, no hay en ningún sitio una situación igual, en que un estado
y sus políticos, siembren y cultiven la semilla de la antipatía y casi el odio
entre sus gobernados. En España el centralismo del estado y de sus políticos ya
sea en la dictadura pasada o en la democracia actual, opone sistemáticamente
una discriminación feroz y casi visceral, frente al sentimiento nacional de una
región, de momento española, como es Catalunya.
Ahora quizás muy sorpresivamente y
posiblemente por culpa de la malísima situación en que la economía española y la catalana se encuentran, todos los
reproches toda la mala sintonía todo el rencor ha salido impetuoso hacia fuera,
de la insumisión natural sostenida desde hace cientos de años, hemos pasado a
que esta sociedad quiera salirse sola hacia una nueva política de soberanía absoluta,
libre y sin ataduras, frente a unos conceptos muy diferentes de ver las
situaciones y las medidas de gobierno a emplear, precisamente en estos momentos
de dificultad.
Desde Catalunya entendemos que España no podrá
salir a flote jamás en el escenario en que está situada, así de claro y de
duro, verán: España debe compararse con la euro zona, y si lo hace o lo hacen
ustedes mismos, verán que es imposible mantenerse, como va a sobrevivir un país
con el 25% de paro hoy y que será del casi 30% el 2013, con un PIB que cae del
orden del -1.7% y que el 2013 lo hará por encina del 2%, cuya deuda sobrepasará
los 1200 millones, y que el coste de la misma rondará los 60 mil millones al
año, que tiene otro coste parecido en desempleo aproximadamente 50 mil
millones, que debe asumir un rescate de la banca de otros 63 mil millones, todo
esto hará que tenga un déficit del 7.5% sobre PIB, lo que provocará un incremento de deuda de otros 100 mil
millones, que la llevara a que su deuda
pueda representar el 150% de PIB, porque por el contrario este va menguando
cada día, esto es el futuro presente, no el lejano porque no hay ninguno es
evidente, España no tendrá más remedio que o dejar el euro o peor todavía el
euro la dejara a ella.
Catalunya no quiere este futuro, no es el
problema que tengamos y usemos una lengua propia, no importa que nuestra forma
de ver las cosas sea un tanto diferente, no tiene importancia que aquí se hayan
prohibido las corridas de toros, etc., lo único que importa en realidad es que
España no podrá mantener su estatus económico en el contexto europeo, y si Catalunya
se independiza económicamente y por supuesto se constituye en estado
independiente de España. Cataluña revierte a su favor la situación, porque sus macro
cifras, son mucho más dominables que las de la España global. Él problema surge
en que él y los gobiernos pasados presentes y futuros, saben y se dan cuenta
rápidamente, que España no podría sostenerse sin Catalunya y por el contrario
Catalunya si podría no ya mantenerse, sino crecer enormememente sin España
pegada a la espalda.
El asunto es muy grave porque la manera de
ser de España, no es la de entender y solucionar el asunto sino la de
mantenerlo y no enmendarlo, la política y los gobiernos españoles, persisten inútilmente
en negar una evidencia hasta el extremo de llegar a oponer a casi toda la
sociedad española, en contra de los catalanes, porque no puede soportar
depender de una región, que se mantiene firme en unas creencias e identidad
nacional diferente, que no quiere asumir como propio el destino global impuesto,
por un gobierno centralista imperial y fuera de toda modernidad y criterios
para salvar la situación actual,
Y esta afirmación este planteamiento hay que
refrendarlo con datos y para ello vamos a repasar la realidad de la economía
española. Solo hay tres regiones que son en la actualidad contribuyentes natos
al tesoro público español. Estas regiones son: Madrid, Catalunya, y Baleares,
todas las demás, (excepto País Vasco y Navarra que todos sabemos van por libre)
son receptoras, es decir pagan sus impuestos y luego el estado les devuelve más
de lo que han pagado, con el fin de poder mantener su desarrollo cotidiano,
esta “solidaridad” proviene de los impuestos pagados desde estas tres regiones
aportadoras netas.
Si me permiten pues la licencia, está claro
que en realidad España económicamente hablando es Madrid y Cataluña, (omito
Baleares porque su tamaño aunque contributivo es muy pequeño) dado que ambas
comunidades son casi parejas en cuanto a PIB y Habitantes, podemos decir
hipotéticamente que cada una soporta media España. Y llegados aquí, está claro
el porqué del problema que tiene España con la independencia catalana, ¿y si un
día estos catalanes que no quieren ser españoles lo consiguen?, que haremos con nuestra España.
Así se entiende todo no les parece, y se
comprende porque solo se ataca al nacionalismo catalán, hasta el extremo de
amenazar con intervenciones de la guardia civil, con deshabilitar al presidente
Artur Mas por algo que todavía no ha dicho que lo va a hacer, con mantener a la
Generalidad de Catalunya con la obligación de pedir los dineros que necesita, y
que no son otros que los que ya avanzo al estado y que este se ha dilapidado, en
pagos de deudas y en Bankias y otras grandes ilusiones de grandeza, haciendo con
ello escarnio frente a los demás españoles, haciendo ver que encima Catalunya es
la que les quita el pan a ellos. Es ignominioso y de muy mala fe, pero con esto
no solo no conseguirán más que aumentar el desapego de las dos partes, es decir
de los catalanes hacia España y de los españoles hacia Cataluña si esto es la
forma de gobernar España, háganselo mirar.
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