Adolfo
Suarez ha llegado a su final como hombre ahora empieza su vida como historia es
así la vida humana es finita y en la mayoría de los mortales termina con el último
suspiro que se exhala, pero hay una clase de personas que se convierten en ese
momento en personajes eso está al alcance de muy pocos y creo sinceramente que Alfonso
Suarez es uno de ellos.
Su
vida es una novela casi increíble salió de ser un buen servidor de la dictadura
de Francisco Franco, para convertirse en el liquidador de la misma dictadura a
la que sirvió, y sin embargo no fue nunca tratado de traidor, es un hecho que
mirando hacia atrás es difícil de comprender. Y no solo es difícil comprender
su situación sino la propia dictadura de aquel momento histórico, es evidente
que aquel régimen era una autentica dictadura personal encarnada solo por el
dictador, es curioso comparar esta parte de nuestra historia con otros procesos
de transiciones parecidas, en este caso se demuestra una vez más que España es
diferente.
Lo normal en casos de estas transferencias es que a un dictador le suceda otro dictador al menos durante unos primeros años sin embargo en nuestro país las cosas no fueron así. Existen bastantes opiniones respecto a las fechas que marcarían el comienzo y la finalización del período y, por consiguiente, los límites del mismo. Centrándose en el que suele considerarse por los historiadores como el más preciso, se iniciaría con la muerte del general Franco, el 20 de noviembre de 1975, y se puede dar por concluida el 6 de diciembre de 1978 solo tres años sin luchas externas y con una nación en marcha.
De hecho estos tres años no los dirigió Adolfo Suarez sino su majestad el rey Juan Carlos recordemos que primero se constituyo un Consejo de Regencia que asumió las funciones obligadas de una jefatura de estado hasta que en dos días fue nombrado don Juan Carlos rey de España por las cortes franquistas. El Rey confirmó en su puesto al que el generalísimo franco había nombrado presidente del gobierno del régimen franquista, Arias Navarro .
Si analizamos estos movimientos vemos que en realidad solo se sustituyo al difunto dictador por un rey que el mismo había decidido fuese el continuador de aquella España imperial que el rescato de las garras de la republica mediante una sangrienta guerra civil, esto en realidad no podía continuar porque las diferentes oligarquías españolas solo estaban unidas por la fuerza de dictador y como se dice vulgarmente muerto el perro se termino la rabia, esta situación no permitía plantear movimientos políticos profundos porque no había una unidad real aunque lo pareciese cada “familia política” veía las cosas a su modo.
Finalmente Arias Navarro presentó su dimisión al rey el día 1de julio de 1976 no habían pasado más 7 meses y Arias Navarro fue sucedido en el cargo por Adolfo Suarez, quien se encargaría de entablar las conversaciones con los principales líderes de los diferentes partidos políticos y aglutinar no lo olvidemos al inexistente pero real partido “franquista” y fuerzas sociales, más o menos legales o toleradas, de cara a instaurar un régimen democrático en España.
El camino utilizado fue la elaboración de una nueva Ley Fundamental, la octava, que, no sin tensiones, fue finalmente aprobada por las Cortes y sometida a referéndum el día 15 de diciembre de 1976. Como consecuencia de su aprobación por el pueblo español, esta ley se promulgó oficialmente el 4 de enero de 1977. Esta norma contenía la derogación tácita del sistema político franquista en sólo cinco artículos y una convocatoria de elecciones democráticas que se celebraron seis meses más tarde. A partir de ese momento comenzó el proceso de construcción de la Democracia en España y de la redacción de una nueva constitución, la actual que entro en vigor el 29 de diciembre de 1978.
Así que como decía en el titulado la habilidad de Suarez fue aguantar y conducir a una velocidad pasmosa al tropel de intereses personales políticos y militares para que casi sin darse cuenta, o mejor sin darles tiempo, para organizarse pudiesen volver a imponer sus dictaduras, dejando así abierta la puerta a una democracia a la española. Esto es lo que le llevara a los libros de historia y al recuerdo de cada uno de los españoles.
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