Es mejor que nos vayamos dando cuenta de la realidad. “Nosotros estamos
perdiendo España y España nos está perdiendo a nosotros”, habrá que considerar que
lo que pasa, es triste y lamentable y también lo es ver que muchos, demasiados
diría yo, ante esta realidad dicen que la sociedad necesita palo y mucha
disciplina, creo que no somos los españoles los que necesitamos palo y
disciplina, sino los gobiernos de España desgraciadamente.
Acaso los españoles no sabemos ser una sociedad democrática sin palos, yo
creo que sí pero la cuestión es: y el poder ya sea político policial o judicial
son ellos democráticos cuando están al mando y las cosas no van como quisieran.
Yo me pongo a temblar cuando oigo o digo esto, y lo estoy oyendo y viendo estos
días más que nunca, lo peor es que en parte es lo que España nos ha enseñado. Si
uno mira hacia atrás, y revisa la historia vera que es cierto, pero si la estudias
más profundamente, ves que esto pasa porque se confunde España con los
gobiernos de España. Yo creo que aquí está el error de apreciación, y lo que en
realidad pasa, es que los gobernantes de España no han sabido componer una
España real y unida homogéneamente en la que los objetivos logros y desgracias,
hayan sido compartidos, comprendidos, y repartidos equitativamente.
España es el paradigma de luchas fratricidas entre familias, nobles, entre
reinos, reyes autóctonos o importados, dos republicas, dos dictaduras, una
guerra civil, y ahora una democracia que hace aguas por todas partes, no será
todo esto lo que hace ingobernable a España, y no sus gentes o sus diferentes
nacionalidades. Es cierto que en el fondo todo esto es España, así que quizás
tenga razón la teoría de la ingobernabilidad del país, sea como fuere, lo
cierto es que ahora hoy el país está completamente roto y ciertamente es
ingobernable.
Para no tirar muy atrás simplemente me centrare en los dos últimos
gobiernos el del PESOE y el actual del PP. El PSOE agrieto los cimientos de
España con su incapacidad de juicio de la realidad que lo rodeaba en el
contexto europeo y mundial, su ignorancia política y económica le hizo esperar
a que las cosas las arreglasen otros, como siempre ha hecho España, intento
ponerse a favor de la corriente y no hacer nada, las aguas bravas del torrente
económico esta vez, nos arrastraron contra los arrecifes, y nos dejo maltrechos
y medio ahogados en medio de la corriente económica mundial.
Al final el propio gobierno dándose cuenta de su imposibilidad de seguir,
se agarro a una roca se detuvo y pidió ser relevado del esfuerzo, lo hizo tarde
y mal, pero lo que no cavia esperar es que haya resultado peor el salvamento
que el accidente. Esto es la realidad hoy. Siguiendo la tradición, el nuevo
gobierno salvador, no empezó intentando rescatar al medio ahogado naufrago
tirando de él poco a poco con suavidad y cuidado para no dañarlo más, no el
nuevo gobierno le dio un golpe en la cabeza lo dejo sin sentido y lo arrastro
como un poseso, sin darse cuenta que en sus tirones lo iba golpeando una y otra
vez contra las rocas y salientes del fondo del torrente en que nos
encontrábamos.
El actual gobierno calculo mal su fuerza, abuso de ella por culpa
posiblemente de su mayoría absoluta y se confundió, y aquí ahora lo que menos
hacía falta era la fuerza bruta, sino el cuidado para no hacer más daño del que
ya había golpeado al país, pero repito no lo entendió, y como marca también la
tradición, el nuevo gobierno empezó a tirar y a romper con todo el pasado bueno
o malo, da igual, y tira y tira de la cuerda arrastrando al país golpeándolo
contra todo lo que encuentra a su paso, hasta que ha llegado a romperlo por
completo a pedazos.
España ya no tiene trabajo, ya no tiene tejido industrial, ya no tiene
credibilidad, ya no tiene respeto internacional, ya está calificada como “el
problema”, ya no tiene solución, y no nos engañemos ya no tiene un gobierno creíble
y unificador, estamos como siempre otra vez, España se ha partido a trocitos y
cada trozo va por su lado, y el gobierno esta desautorizado, por su imprudencia
y sus rocambolescas trampas, y a perdido su mal calculada fuerza, para poder ser
el nexo que pueda unir otra vez estos trocitos de país, que colean como la cola
cortada de una lagartija, que se mueven sin saber qué hacer y hacia dónde ir,
porque lo único que ven, es que cuanto más su cabeza se mueve, más trozos se
desprenden de su cola.
El Partido Popular se ha roto esto ya está claro y España va detrás, la
cuestión es ver si lo ha hecho por imprudente o lo ha hecho como estrategia,
para coger el palo y la fuerza y haciendo caso a la historia y usarlos ambos
como medicina unificadora nacional. El caso es que de una forma u otra me temo
que solo quedan dos caminos, uno el empleo del ordeno y mando al más puro
estilo dictatorial, o el opuesto que los trozos tomen conciencia de su fuerza,
y se unan para reconstruir una gobernabilidad que está claro, ya no puede
mantener en una sola parte el país por mucha mayoría absoluta que posea en las
cortes y el senado. Aunque esto último no lo duden, ocasionará la pérdida de
alguno de sus trozos.
Todo lo que el gobierno intente hacer amparado en la ley de las mayoría
gubernamentales será inútil, porque la mayoría real la sociedad española no lo
seguirá porque no le es posible hacerlo, porque no dan una, porque la mayoría
social está a punto de darse la vuelta, que creen que pasará, cuando no puedan
justificar porque los desempleados cada vez son más, porque los subsidios de
esos desempleados son cada vez menores, porque los funcionarios renegarán de
sus funciones, porque los intereses superaran la posibilidad de financiación la deuda externa, pues que
España estará rota en tantos pedacitos que
será un puzle imposible de reconstruir.
Este es el retrato, la instantánea de hoy mismo, España debe de romper con
la historia o la tradición no sé cómo nombrarlo, pero no puede ser que dejemos
que nos atropelle otra vez, con la inercia maldita de unos políticos y
gobiernos, que no se enteran ni les importa hacerlo, de que ellos están para
servir al pueblo y no para que el pueblo les sirva a ellos, para complacencia
de sus logros personales su afán de poder y su megalomanía de sentirse poco
menos que dueños de España.
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