Ya comente ayer que la reforma financiera aprobada
por el consejo de ministros, me parecía más una tapadera que una reforma, hoy
tras analizar los datos y comentarios
escritos en los medios económicos y periodísticos nacionales, me
confirmo en mi sensación, la realidad es que no se ha hecho una reforma financiera,
lo que se ha hecho es un ejercicio de ingeniería financiera para tapar la
realidad de un desastre de deuda acumulada durante años, dándole una forma de ajuste financiero para
que suene mejor y presente frente a la opinión pública, una imagen de reacción punitiva
contra los malos gestores que nos han traído hasta la situación de descalabro económico
en que nos encontramos.
Una reforma financiera, debería ser algo que hubiese
sentado nuevas normas de actuación para la llevar a cabo la gestión de las
finanzas en España, marcando y reglando, nuevas formas de actuación a la banca,
al control de las inversiones públicas, reglas de fijación de intereses al
capital, reglas para concesión de créditos al consumo y a la industria, y sobre
todo una regla para que nunca más se pudiese desbocar un sector como se desboco
el inmobiliario, al que se le concedieron todos los recursos económicos nacionales
en forma de créditos, con la ilusión errónea de que multiplicaríamos por no sé
cuantas veces el capital que se movilizo.
La banca ciertamente en este caso, peco de ceguera avariciosa,
porque nadie en su sano juicio pone todos los huevos en el mismo cesto, y la
banca lo hizo, lo malo es que los huevos eran los míos y los de todos los
españoles, el gobierno, el Banco de España, el ministerio de economía y
hacienda, el de industria, nadie lo vio o no lo quiso ver, pero la realidad es
esta todo la economía española se dirigió al pelotazo inmobiliario, y esta
pelota sigue hoy en día botando y botando sin que nadie pueda pararla, y a cada bote va
dañando la frágil estabilidad de la economía española.
Por esta razón el PP ha creado dos ministerios de economía,
uno para que gobierne los recursos financieros reales, es decir el ministerio de
hacienda que trabajará con la dura realidad, los impuestos y los gastos del
estado, dicho de otro modo el gestor del presupuesto nacional. Y el otro, el
ministerio de economía y competitividad cuya
misión es camuflar con la aplicación de trampas y malabares fiscales, las
deudas que nos hunden al pozo de la economía comunitaria.
La primera actuación de este ministerio, es esta
reforma que consiste en cambiar de nombre la deuda acumulada en la banca
española, pasándola de deuda basura a: Provisiones especiales de garantía de capital
base, renovado y agrupado en fases de concentración financiera entre entidades
de menor cuantía, equivalentes a la importancia del capital suscrito en la formación
de entidades unificadas dependientes del FROB, y de los variables acumulados
durante los efectos móviles de la economía española. Total seguimos con 170,000
millones incobrables pero ya nadie sabe donde están.
Para que haya un aspecto palpable y que contente a
la sociedad, lo único que entendemos realmente es que se les quitan los astronómicos
sueldos a fatuos e incompetentes gestores
de la banca, que encima de llevarnos a la ruina nacional parte de esta ruina
esta en sus bolsillos o en paraísos fiscales vaya usted a saber, me parece la única
buena reforma que esta ley aprobada ayer lleva consigo, la lástima es que no
sea retroactiva, y obligue además a devolver todo lo presuntamente robado en
forma de sueldos bonos y demás artimañas contables, realizadas durante los últimos
cinco años por lo menos.
Lo que me preocupa ahora es que toda esta movida demagógica,
no va a proporcionar ningún puesto de trabajo, sino todo lo contrario, con lo
cual todavía me cabrea mas la tapadera que el PP está poniendo encima de la
inmundicia de deuda y desequilibrio de la economía española, lo único que les
salva, es que en estos momentos no se les puede responsabilizar directamente de
este desaguisado, pero esto no les va a durar mucho porque ya no pueden
entretenerse en cambiar de nombre y de sitio las cosas malas que heredaron ya
tienen que empezar a crear nuevas soluciones y nuevos elementos para empezar a
reactivar la economía real.
Creo que la reforma que estamos comentando no va a
proporcionar ni crédito, ni empleo, al contrario, las restructuraciones
bancarias producirán más desempleo clarísimo, y a mí se me ocurre una idea, verán
reconocida ya la incobrabilidad de las deudas inmobiliarias, ahora se van a
provisionar y se van a encontrar los bancos en disposición de casi vender los
activos inmobiliarios a precios de ocasión porque indirectamente tendrán los
recursos económicos en sus cajas fuertes, bien procedentes de créditos del FROB
o por sus provisiones internas etc. Pero mientras no haya reactivación, estos
activos no se pondrán al mercado, porque la venta de los inmuebles que los
forman no se activara, ya que cada vez habrá menos gente capaz de obtener una
hipoteca, con la que ir absorbiendo activos y por consecuencia liberando provisiones
económicas atrapadas en los bancos.
Esta situación puede durar como vulgarmente se dice “los
años de Cristo”, dicho mas científicamente un tiempo indefinido, y que no
depende solo de España, sino de la reactivación europea. Mi reflexión es la
siguiente: si está claro que el problema de España es la deuda inmobiliaria, el
desempleo, y los déficits presupuestarios, pero no la deuda soberana que es de
las más bajas de Europa, porque no hacemos un autentico “Plan De Desarrollo” al
estilo de los realizados en España allá por los años 1965/75 y los
financiamos con deuda pública, eso si presentando un autentico estudio de viabilidad
y objetivos claros a la comisión europea que lo autorice, yo creo que se puede
justificar, que controlados los bancos y sus deudas inconcretas hasta ahora, y controlados
los presupuestos, España tiene capacidad de endeudamiento en los mercados de
deuda, para obtener financiación para llevar a cabo un autentico Plan de
Desarrollo industrial, tendente a absorber la última y más dura de las plagas
que padecemos el desempleo.
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