Al principio de la crisis de la eurozona, era habitual
que un primer ministro o un responsable de finanzas, llevado por el pánico,
declarase que su país no era como otro –en especial como Grecia–. Pero los
escaqueos y mentiras políticas no sirvieron de mucho para evitar la propagación
de la crisis. Pero ahora que el contagio ha contaminado toda la eurozona, esas
declaraciones siguen teniendo cierto peso: cada país afronta sus propios
problemas internos intentando diferenciarse de los demás, en lugar que hacer
todo lo contrario que sería la única y eficaz solución al desmoronamiento de la
economía del euro.
Ese es el peligro que puede extraerse de los últimos
cambios anunciados el viernes por Standard & Poor’s en sus ratings. Las
decisiones en torno a las valoraciones ya no están motivadas por problemas
institucionales generalizados en la eurozona, como sucedió en enero de 2012,
cuando S&P revisó 16 naciones de la región y rebajó la calificación de
nueve de ellas. Pero no crean que esto es ir a mejor, S&P no cree que la
crisis de la eurozona haya terminado. Sino que está adoptando una perspectiva más
diferenciada y eso no lo duden complicará mucho más su resolución si es que
llega alguna vez.
Por ejemplo, Chipre es la mayor sorpresa en este sentido,
ya que ha obtenido una mejora a B- sólo unos meses después de su desordenado
rescate. La economía está demostrando una resistencia mayor de lo que muchos
pensaban: S&P prevé ahora una contracción del 8% del PIB este año en lugar
del 14% que vaticinaba en julio. El Gobierno está obteniendo críticas
favorables de la eurozona y del Fondo Monetario Internacional. Ya lo ven resulta
que después del desconcierto y del prácticamente el ahí te quedas del principio
ahora se arregla sola pero esto tiene trampa en forma de recursos petrolíferos ya
que existe la posibilidad de que nuevos descubrimientos de hidrocarburos en el
fondo del mar puedan mejorar las perspectivas de su PIB. Aunque esto dependerá
de las relaciones con Turquía.
España, por su parte, sigue obteniendo el respaldo a las
medidas que ha tomado para reformar su economía: S&P mejoró su perspectiva
de negativa a estable. Es un paso importante teniendo en cuenta que tiene un rating
BBB-, justo en el límite del estatus de grado de inversión; los bonos españoles
obtuvieron buenos resultados el viernes. España tiene que hacer progresos con
las reformas estructurales, la reducción del déficit y el des apalancamiento
para que su calificación siga mejorando, pero es evidente que aunque progresa
en la dirección correcta, no vamos a encontrar petróleo salvo que se decidan a
hacerlo en las aguas Canarias ni tampoco vamos a rebajar el desempleo si no es
con la ayuda de toda la economía europea.
Holanda, es ahora la que mas padece el descontrol del
euro, ya que su rating ha caído a AA+ desde AAA. Esto no tiene mucha
importancia para los mercados de deuda, y los bonos holandeses apenas se mueven.
Pero el problema al que se enfrenta el país es también de carácter propio: el elevado
apalancamiento de los hogares y el crecimiento del desempleo limitan el consumo
aunque, el coste de la deuda sigue bajo, la rebaja de S&P refleja el
descenso a largo plazo del potencial de crecimiento.
S&P asegura que el rating total de la eurozona,
basado en las calificaciones de sus miembros valoradas por el PIB, se situaría
entre AA- y A+. En realidad, las calificaciones oscilan entre la AAA de
Alemania, Finlandia y Luxemburgo a la B- de Grecia y Chipre; sólo el rating de
la pequeña Estonia encaja con la media de la eurozona, habría que ver la
posibilidad de que otra pequeña nación me refiero a Catalunya podría perfectamente
situarse en la media europea como Estonia.
Estas divergencias
suponen un quebradero de cabeza para la euro región, y sobre todo para el Banco
Central Europeo y su política monetaria común a todos los miembros. Sin
embargo, los remedios a este problema dicen desde el BCE están en el capital de
cada país. Los verdaderos cambios se producirán a nivel nacional. Y mientras la
UE piense así esto no tiene solución sino todo lo contrario, cada vez hay mas devaluaciones
de calificación crediticia, eso indica que las cosas por separado no se
arreglan y demuestran también que la euro zona, no es la Unión Europea, sino un
conglomerado de países sin ningún control que se limitan a pagar y cobrar en
euros hecho que de seguir así le auguro un relativo poco tiempo de vida.
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