Con el comienzo del nuevo año, Estados Unidos se puede enfrenta a un
aumento generalizado de impuestos, el fin de las prestaciones al desempleo para
dos millones de personas, y fuertes recortes
del gasto, que nadie desea pero que se pondrán en marcha automáticamente a
menos que una nueva legislación lo impida. Es lo que hoy amenaza la estabilidad
mundial lo que se ha dado en llamar abismo fiscal (fiscal cliff).
Esto significaría un pequeño o gran desastre, según lo quieran ver los
economistas optimistas o pesimistas, que los Estados Unidos tengan que
recomponer su estructura de deuda y déficit por ley, no es nada más que lo que
está haciendo la europa del euro, eso sí sin ley sino con acuerdos y presiones
políticas y económicas. El problema del abismo fiscal no es tal para los
Estados Unidos, lo es para la economía europea que ha perdido su hegemonía e
independencia, y ahora no es nada más que una subordinada del Dólar, y si esta
tiene que ajustarse porque el próximo lunes 31 de diciembre el gobierno
alcanzará su tope de deuda de 16,3 billones de dólares, y no hay acuerdo de ampliación,
entrarán en vigor un conjunto de medidas extraordinarias para corregir esta situación
de deuda y déficit, que pueden hacer tambalearse a europa y al euro y de rebote
a la economía del mundo entero.
De producirse el temido abismo fiscal, la economía de Estados Unidos
sufriría y la mayoría de analistas consideran que entraría en recesión y, con
ella, la economía mundial podría seguir la misma senda. Pero lo que no dicen,
es que las medidas a tomar repercutirían a muy corto plazo en una mejora de la economía
americana, que al efectuar esta corrección se equilibraría sensiblemente para
mejor, por ejemplo: El PIB se situaría en 2014 al nivel actual otra vez es
decir al 3.5%. El desempleo que habrá subido hasta un 9% volverá al 8% para
reducirse año a año. El déficit fiscal se situaría en un 2.5% frente al actual
7.8% esta mejora es sustancial. Y por fin la deuda emprenderá el camino de la reducción
en casi un 2%, para continuar cayendo año tras año.
El problema pues no está tanto en los Estados Unidos como parecen
querer vendernos los agentes de los mercados financieros, para que nos
preocupemos y empecemos a perder la paciencia y el dinero, que evidentemente están
prestos a recoger para invertirlo en productos que nos salvaran de la hecatombe,
que no existe, y que sin duda les llenara los bolsillos al mismo ritmo que nos
los vacían a nosotros, y es que la realidad no es otra que ahora hay que hacer
dinero con las desgracias, porque no hay ya más mercados donde comercializar, la
saturación general que la globalización ha producido, estanca toda la evolución
económica y de mercados, así que la formula esta clara hay que apostar a la
baja, porque ya no puede haber alzas.
Así las cosas el colapso es solo cuestión de unos pocos años, no más de cinco me atrevo
a pronosticar, y llegados a este punto, el mundo hoy todavía no sabe que hará,
puede pasar de todo, que explote en mil pedazos, o que se vuelva a una cierta organización
tipo medieval donde se cierren mercados y continentes para construir unas economías
cerradas, bunquerizadas diría yo, donde las sociedades se auto regulen con sus
propios mercados y producciones, o que definitivamente los Mayas tengan razón y
aunque con retraso se termine el mundo, porque lo echemos todo a rodar, lo
cierto es que efectivamente todo apunta que el mundo se acaba, pero lo bueno es
que de momento el mundo no sabe como terminar.
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