Algo falla es mucho tiempo 50
años para que aquellos sueños, no solo el que tuvo Luther King, sino todos los
que teníamos la humanidad por aquel entonces no se haya realizado ni uno, creo
que la situación actual no solo es la misma, sino que ha empeorado. La pobreza
avanza, la emigración esta desbocada, las guerras de una forma u otra siguen,
la política no solo no arregla nada sino que tal parece que lo complica. Yo
también tenía sueños míster King, quizás de otro color que los suyos pero
sueños de una vida mejor, más segura, y más feliz, para poder dejársela así a
mis hijos y nietos, pero no puede ser, al final solo dejaremos pesadillas.
No hacemos más que dar vueltas y
vueltas a las mismas cosas moviéndolas de sitio o de lugar, pero seguimos con
guerras, con pobreza, y con injusticias a diestro y siniestro, en estos 50 años
hemos creado un tercer mundo, ya lo teníamos pero no lo reconocíamos, quizás porque
era demasiado grande y demasiado pobre pero no nos daba miedo, cuando poco a poco
nos empezó a comernos por los pies, nos lo inventamos para suavizar la realidad,
ya no queríamos que se sintieran despreciados y pobres, así les dimos nombre,
ustedes son el tercer mundo como diciendo: tranquilos solo hay dos por encima
suyo.
Y quizás lo hicimos bien pero fue
insuficiente, así que seguimos haciendo ver que hacíamos algo y pasamos parte
del tercer mundo, a situarlos en la escala de mundo emergente, es decir reconocíamos
que estaban hundidos en el barro y a los que les salía la cabeza les empezamos
a llamara emergentes, otra escala: primer mundo, segundo mundo, emergentes, y
tercer mundo. Al final yo solo se ver claro cuál es el primer mundo, pero tengo
dificultades para situar al segundo, porque ahora creo que nos lo hemos comido,
o dicho de otro modo se lo ha comido el mundo emergente, que una vez sacada la
cabeza del fondo del barro ha brotado con una fuerza que será muy difícil pararlo.
La realidad ahora según mi opinión
es que de todas formas sigue abriendo tres mundos, yo diría que son: los que
dominan las economías de los demás, los que se han quedado con la cara de
tontos al ver que dependen de todos menos de ellos mismos, y los que no saben qué
hacer con su propio mundo. En este último estadio quiero referirme al mundo islámico,
sus contrasentidos religiosos, los hacen ingobernables entre ellos mismos, y
entre ellos mismos se han creado a su vez otros tres mundos, los ricos, los teócratas,
y los que se mueren y matan por los unos u por los otros, que desgraciadamente
son los más.
Y los demás mundos no saben qué
hacer, nos los miramos entre asombrados y asustados porque no podemos hacer
nada, no se puede luchar contra la religión y mucho menos cuando entre esta
misma religión, se presenta con tantas variables que son motivo suficiente para
enfrentarse entre ellas mismas. Visto así, lo único que creo que se debe hacer
es apartarse y dejar que este mundos de religiones y creencias casi sin fin, se
reconviertan en un solo mundo, no podemos interferir por muy espeluznante que
nos parezca lo que está pasando, es en estos momentos una intromisión inútil y
peligrosa intentar comprender lo que los propios musulmanes no logran aunar e
interpretar como su único mundo espiritual y por supuesto social.
Por otro lado tampoco debemos de
dejar que esta sin razón, esta confusión, nos desborde y llegue a romper
nuestros esquemas sociales y de vida asociativa y económica, que estoy intentando
decir, en síntesis que si hay guerras y
matanzas entre este mundo convulso, no debemos interferir ni usar la fuerza
para apagar un fuego sin control porque esta forma de actuar no hace que los
rescoldos se apaguen, y brota con más virulencia al poco tiempo, el mundo islámico,
musulmán, árabe como se quieran denominar deben dilucidar sus problemas entre
ellos cueste lo que les cueste.
No lo duden señores occidentales,
orientales, cristianos, ateos, budistas, o lo que seamos cada cual, no podemos,
no debemos volver a intervenir, para dejar dormir durante un tiempo más esta
realidad que destroza pueblos, sociedades, y lo peor vidas humanas, pero es que hay que entender
que es su vida, su religión, sus creencias, y ante esto no podemos luchar, solo
ellos pueden llegar a terminar con sus propios conflictos y solos, si intervenimos
volveremos a tapar las brasas ardientes con tierra seca, y cuando muy ufanos
creamos que las hemos apagado renacerán las hogueras con más fuerza,
alimentadas además por su razón, aquella que les dirá que todo los que les pasa
es culpa de esos malditos infieles occidentales, orientales, cristianos, ateos,
budistas etc., que se meten en sus vidas y sus creencias. Ya ven hace 50 años Míster
King tenía un sueño, y yo hoy todavía tengo pesadillas
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