Las batallas
políticas, económicas, las acciones de desprestigio, las acusaciones falsas o
poco probadas, son acciones punibles contra todo lo catalán, son ya tan comunes
que no hacen efecto alguno, estos hechos que empezaron diría que antes e instantes
después de la confirmación del acuerdo suscrito entre las dos fuerzas políticas
mayoritarias catalanas para formar el gobierno de la Generalidad de Catalunya,
cuyos objetivos son dos: mantener un “status quo” con el gobierno central de
España, y paralelamente buscar la forma legal que pueda ofrecer un camino hacia
la creación del estado independiente de Catalunya. Están quedando fuera de
lugar por lo repetitivas y por su carencia de valor como se ha visto bien claro
Esta es la
actual situación ni más ni menos, además la presencia en prensa y en los
juzgados de la degradación política real
y sin paliativos de la política española quita todavía más la fuerza de aquello
de “difama que algo queda” esto ha desatado un vendaval de acciones de todo
tipo, y desde todos los estamentos españoles, es decir, desde el gobierno,
pasando por la oposición y por el cuarto poder, ese que se denomina libre e
independiente y que desde luego ni es libre ni mucho menos independiente. Esta
realidad incuestionable, yo no tengo claro cuál es el objetivo que persiguen,
no sé si lo que pretenden es que se evolucione hacia una mayor velocidad de los
acontecimientos, sean cuales sean sus consecuencias, o todo lo contrario que el
descontrol, la presión y las amenazas, hagan que se detenga.
En mi
opinión creo sinceramente que lo que se pretende es la segunda posibilidad,
pero lo que también creo, es que tal y como se plantea lo que conseguirán será
la primera, estoy convencido que ni la actitud de guerra feroz y sin miramiento
alguno, ni la de “a enemigo que huye puente de plata”, son en el caso que nos
concierne las medidas a adoptar. Verán yo comprendo que a España no le puede
gustar ni interesar que se quiera segregar una parte conquistada y sometida,
desde hace ya 300 años, lo que no comprendo es que encima se culpe al sometido
por querer dejar de serlo, creo sinceramente que algo tendrá que ver con esto
el “sometedor”.
Porque digo
esto, pues verán, si después de 300 años el pez grande no se ha comido al
chico, es que o no ha sabido devorarlo y digerirlo, o el pequeño no es tan
pequeño y además resulta incomible e indigesto. Esta es la realidad, son ya
trescientos años desde el último sometimiento por la fuerza de Catalunya por
España, y España no ha podido doblegar
el espíritu catalán. Yo quisiera hacer ver a mis conciudadanos españoles, que
este hecho se debe más al comportamiento del grande que no del pequeño, yo no
sé qué Historia de España les han explicado en las escuelas, si se que les
dicen en los periódicos, y como se habla en los comentarios y tertulias
televisivas, y creo que todo eso tiene la culpa del porque muchos españoles nos
echan la culpa de ser catalanes.
Ahora quizás
las cosas se van a complicar y mucho, porque aquí en Catalunya, mucha parte de
la sociedad quiere dejar de pertenecer a una nación que la odia, que la insulta
que la acusa de las mil y una barbaridades, y yo vuelvo a señalar, ¿porque
somos tan malos y tan desagradecidos?, y si la respuesta es que lo somos por naturaleza,
entonces la pregunta cambia y es ¿porque nos quieren mantener y no nos echan?
la realidad nadie la dice, pero la realidad es que después de trescientos años
de dominio absoluto, Catalunya sigue pensando en catalán y España no ha
conseguido conquistar su alma, otra cosa es su territorio.
Y volvemos
al principio, España se ofende y se revela y va a usar todas las tretas y toda
la legalidad actual para volver a someter a los díscolos catalanes, yo creo que
volverá a equivocarse, porque esto ya lo hicieron, y trescientos años después
seguimos defendiendo lo mismo la independencia como estado propio, y porque,
pues por que España no ha querido nunca entender a Catalunya, integrar su
cultura su forma de ser, no ha querido nunca compartir España con Catalunya,
sino que ha hecho todo lo contrario ha querido desmembrar a Catalunya ha
querido borrar o hacer desaparecer el ser y el sentimiento catalán.
Ahora
llegado a este momento la situación puede ser muy comprometida, España puede
hacer mucho daño a Catalunya, pero si este es el camino que toma para conseguir
que la decisión catalana cambie, todo el daño que cause España, se le volverá
contra ella misma, si hunde la economía catalana, que es una de las
posibilidades, hundirá su propia economía, porque además de atacar la economía
general de España, atacará a los millones de españoles que viven y trabajan en
Catalunya, y muchos de ellos verán asombrados él porque Catalunya quiere ser
independiente y quien la está atacando, y quien sabe pero en circunstancias
como estas muchos “fieles soldados” cambian de bando.
El asunto es
feo muy feo y lo digo como catalán, pero ya no hay más remedio que afrontarlo,
así que esta es la moraleja, no deberíamos tratar de evitar la situación sino
todo lo contrario ver cómo se pueden obtener los dos objetivos sin necesidad de
destrozar a ninguno de los dos, porque no lo duden o se hace así, o los dos o
al menos uno saldrá mal parado
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