domingo, 11 de agosto de 2013

CATALANES O ESPAÑOLES, ESTA ES LA CUESTION QUE NO QUIERE ESPAÑA QUE NOS PLANTEEMOS



Los diferentes gobiernos españoles no consideran el “Estado” de España más allá de Madrid, desde esta posición de capitalidad central y centralista cuidan sus propios intereses, económicos y de poder, acusarlos de centralistas no es nada más que reflejar la realidad de siglos de historia, en España un político, un noble, un militar, un banco, todo aquello o aquel que quiere sentirse o ser importante en el estado español, no tiene más remedio que situarse en Madrid capital de la centralidad total de España.

Por todo eso es difícil sustraerse de usar la nomenclatura genérica de España para revelarse desde Catalunya contra una situación de injusticia e incomprensión, que probablemente no es general en la sociedad española, pero que si lo es y de qué manera en la sociedad y los políticos de derechas, y también sin duda en los los de izquierdas aunque sea obrera.

Todos los reproches que desde la política central española se vierten contra el sentimiento catalán, tienen su misma contrapartida en sentido contrario. Dicho de otra manera más entendible, tanta antipatía produce el ser y sentir catalán a la política Española, como el absolutismo y la imposición del centralismo político nacional español venga del lado que venga, produce en el sentimiento político y civil catalán. Es inútil seguir el camino de la política de la buena educación y la negociación, Catalunya debe tomar conciencia de que debe enfrentarse de una vez a su destino final, no hay otra alternativa, no se debe continuar enmascarando una situación tan real como irreversible en ambos sentidos.

El problema principal es que la acción a tomar debe de surgir del débil, es decir de Catalunya, España tiene todo el tiempo y toda la fuerza económica y legal incluso la que todavía no está escrita, y esta realidad le permite hacer lo que quiera y le proporciona todo el tiempo que necesite a su favor. Intentar desde Catalunya hacer una política educada cuidadosa evitando al máximo conflictos políticos o incluso sociales es dar la guerra por perdida por pura inanición. Catalunya hoy hay que compararla a una ciudadela sitiada en la que solo con escaramuzas de guerrillas consigue de tanto en cuanto comida solo para no morirse de inanición pero esta claro que así no conseguirá más que eso.

Sea lo que fuere, lo que está claro es que no será España la que tome la decisión ni la de echarnos de su imperio por antipáticos y mal agradecidos, ni la de poner en juego la diplomacia y la democracia para ver de verdad el verdadero estado civil de la sociedad que vive y trabaja hoy en Catalunya. Esto es así y debería entenderlo toda la clase política catalana. Y yo pediría que lo hiciese su sociedad con más fuerza si cabe. Hay que hacer algo ya, si hay que plantar cara a España, si hay que decir basta, o todo lo contrario, es una cuestión que primero debe decidir Catalunya y su gente, y esto no se puede prorrogar mas, pues el daño que nos estamos haciendo es mucho y muy profundo, y no lo duden ante esta duda siempre sale perdiendo el más débil es decir Catalunya.

Ahora en el momento actual con la situación de precariedad que se apunta cada vez más en España, en la que se tambalean desde el mismo presidente del gobierno y detrás todas las instituciones, debido a que afloran la verdadera situación económica del país entero así como la degradación de los políticos españoles y la misma democracia institucional con luchas entre partidos entre jueces con la monarquía desunida y puesta en entredicho, es el momento de tomar una decisión, porque en estos momentos la afectación de la pésima situación española sobre Catalunya es enorme.

Estamos a punto de ser barridos del mapa engullidos por la ruina económica y política española, y si esto ocurre definitivamente, nunca más Catalunya será diferenciada del resto de España, ni por el resto de europa, ni por nadie en el mundo entero, habremos sucumbido como los Kurdos o los Apaches americanos aunque en nuestro caso no ante un ejército, sino en medio de una España tercermundista y una política ejercida por políticos de poco talante democrático, que nos anularan para siempre porque nunca más tendremos la mas mínima fuerza que nos permita emprender un camino independiente.

Para el conjunto de la nación española dicho claramente, ni siquiera contamos ni les importamos un comino como catalanes. Pero es que el problema no está en la sociedad española, si no en la ente política y económica española, que si sabe que no puede prescindir de esa parte de PIB, que surge año tras año desde este extremo de la geografía ibérica, y lo que es peor encima se burlan de nosotros, a ver si lo entendemos de una vez, España no nos va a dejar preguntarnos si queremos ser solo catalanes es que ni siquiera nos dejaran preguntarnos si queremos ser españoles, porque para ellos es nuestra obligación y el que no lo siente así está en un error.

No podemos seguir así, no es justo, ni para los que nos sentimos catalanes, ni para los que se sienten españoles, lo dije una vez y lo repito, a mi no me molesta ser español, lo que me molesta es que me desprecien, me usen y abusen, y me quieran anular el ser catalán por el simple hecho de pensar, hablar, y no sentir lo mismo que una parte de España. Por eso reclamo de mis gobernantes que es hora de tomar una decisión final y definitiva.

O abandonamos el hecho nacional catalán y tomamos conciencia absoluta de ser solo españoles, o todo lo contrario, plantémonos oficialmente ante las autoridades españolas, (y si es preciso ante la ONU y la CE tal como España apunta hacer cuando le tocan el amor propio con Gibraltar) quieran o no, y planteemos la firme decisión de iniciar el proceso de secesión de nuestra pequeña nación sin más preámbulos, y si no están conformes, que sean ellos los que recurran a los estamentos internacionales, y expliquen sus motivos y lo malos que somos, y a ver si les hacen caso, esto debe enfocarse así y no desde Catalunya. Con educación, cuidado, y parlamentos, jamás llegaremos ni siquiera a preguntarnos, como decía antes, si queremos ser españoles.

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