Europa parece que le
va encontrando el gusto a dar bofetones a los mandamases USA, primero fue a
Geithner y hoy al mismísimo Barack Obama, lo cierto es que a mí personalmente me gusta, siempre y cuando se
sea consciente de lo que se asume, y no se haga por quedar bien y nada más.
Siempre me habrán leído en mis comentarios que la culpa de la desorientación de
los mercados financieros mundiales, es de la economía anglosajona, comandada
por los macro especuladores USA y aplicada y repercutida sobre todo en Europa
por los sibilinos Londinenses de la City.
La nefasta globalización
mundial es un invento americano, de su economía especulativa y expansionista y de
su tremendo desconocimiento del resto del mundo no hablo de su geografía, (que también)
si no de las culturas y religiones de sus sociedades y su historia. La verdad
es que toda la porquería que está recorriendo la economía occidental, la han
sembrado los EEUU con su malabarismo financiero más cercano al delito económico,
que a la ingeniería financiera, basten como ejemplos el problema griego que fue
orquestado por Goldman Sachs, las famosas hipotecas subprime, y la banda de
corsarios de las tres calificadoras.
Diferentes dirigentes
europeos han mostrado su malestar este martes, por las críticas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a la
gestión de la crisis por parte de los países del euro.
Obama afirmó que las
medidas de los líderes europeos para combatir la crisis de la deuda "no
han sido todo lo rápidas que deberían" y consideró que la situación
"está asustando al mundo".
Es un mal
planteamiento por parte de Obama, desde luego es un inesperado fallo de
relaciones políticas, y más en un hombre que esta si no lo remedia de golpe la economía
de su propio país, destinado al fracaso de no ser reelegido en las próximas elecciones
a la presidencia de los EEUU. Quizás Obama entiende que el ya no puede hacer
nada en su país, y necesita que le saquen la porquería financiera desde Europa,
pero desde luego se ha confundido y mucho en el modo y la forma de pedirlo, han
ido, él y su secretario de estado, con la prepotencia clásica americana por
delante.
"No acepto las
lecciones que vienen desde el otro lado del Atlántico. Los parados griegos o los trabajadores
irlandeses no tienen la culpa de la quiebra de Lehman Brothers",
ha defendido el presidente del Euro grupo y primer ministro luxemburgués,
Jean-Claude Juncker. Pese a reconocer que "como ciudadano europeo no
estoy de acuerdo con lo que está sucediendo en Europa", Juncker ha
pedido a la Euro cámara que no se dejen "impresionar por Obama".
"Si se estudia en detalle su programa, el 90% son medidas que ya existen
en la UE", ha afirmado.
Bien dicho sí señor, pero
miremos que parte de culpa tenemos los europeos para que el presidente de los
EEUU tenga argumentos para poder hilvanar un discurso tan desafortunado por su
parte, y si nos miramos nosotros en nuestro interior, veremos que
desgraciadamente es la imagen de desunión y titubeos de los socios europeos, lo
que ha propiciado primero el hundimiento de toda la economía europea, y después
que los de fuera se vean capaces de afearnos nuestra falta de decisión.
Por su parte, el
ministro alemán de Finanzas, Wolfgagn Schäuble, rechazó con rotundidad las
críticas lanzadas por Obama. "No creo que los problemas de Europa sean los
únicos problemas de Estados Unidos", afirmó. No cierto que no, pero eso a mí
no me resuelve la penosa situación en que usted señor Schäuble, me ha puesto a mí,
a mi patrimonio, a mi país y a Europa, así que no alardee de genio porque tiene
usted tanta culpa como Obama, de menospreciar a Europa y de empeorar con su altanería
y tozudez la economía de la zona euro.
También la
vicepresidenta económica de España, Elena Salgado, ha respondido al presidente
de Estados Unidos. La ministra admitió que es "verdad" que la toma de
decisiones en Europa está siendo "lenta" -añadió que hasta el 14 de
octubre los parlamentos nacionales no terminarán de aprobar el segundo plan de
rescate a Grecia-, pero apuntó que
Estados Unidos, en otros momentos, también ha demostrado cierta lentitud. Otra
que estaría mejor callada porque no hace ninguna falta alardear de nada, no le
parece Sra. Ministra ya casi en funciones.
De todas formas si tiene usted un indiscutible punto de razón, y que deberíamos
de reconocer que es el principal problema de Europa, aquí somos 17 parlamentos,
ministros de economía, presidentes de estado, bancos centrales, deudas
soberanas, que pretenden darse lecciones y soluciones unos a otros, cada vez
que algo o alguien nos tira una piedra con la sana intención de abusar de
nosotros, es aquello del “divide y vencerás” pues eso es el mal de la euro zona. Y por eso
cualquier agente financiero, mercado internacional, y fundamentalmente la economía
anglosajona abusa y nos puede cada vez, haber si aprendemos a unirnos para
pegar bofetones más fuertes y directos a la mandíbula de nuestros contrarios,
que no enemigos todavía.
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