Es difícil de
no tomarse a risa los líos y las patrañas que se inventan los periódicos
españoles, llega un momento que no sé muy bien si para frenar la consulta de
los catalanes o para facilitarla, su imaginación para inventarse situaciones es
ya casi infinita de verdad que creo que en el fondo “El Mundo”, “El País”, y
otros, al final parece que quieren que
ocurra y que España de un vuelco contra una situación de injusticia e
incomprensión e inmovilismo que probablemente no es del agrado general en la
sociedad española.
Todos los
reproches y ataques de todo tipo que desde la derecha española se vierten
contra el sentimiento catalán, no tienen su misma contrapartida en sentido
contrario. Dicho de otra manera más entendible, la antipatía que produce el ser
y sentir catalán a la derecha Española, ha creado el hastío a la imposición del
centralismo nacional español hasta en la misma sociedad española sobre todo de
otras tendencias políticas.
Los
catalanes debemos entender que ya es inútil seguir el camino de la política de
la buena educación y la negociación, Catalunya debe tomar conciencia de que
está irremediablemente a las puertas de enfrentarse de una vez a su destino
final, no hay otra alternativa, no se debe continuar enmascarando una situación
tan real como irreversible en ambos sentidos, el 11S ya paso y volvió a ser una
exhibición de nacionalismo tranquilo y festivo y para el 9N ya están el
gobierno y la prensa temblando a ver qué pasara y nosotros nos lo miramos como
diciendo madre mía tan difíciles entenderlo.
Desde
Catalunya y desde el resto de España se le debería de exigir al gobierno de la
nación que explique por qué no quiere dejar votar a Catalunya porque la milonga
de la constitución no cuela y porque nadie en su sano juicio, quiere tener un
grupúsculo de gente que reniega, molesta, e incordia constantemente. España no
tiene justificación sin una razón cualitativa y cuantitativa que explique el
porqué se la obliga a seguir molestando, máxime cuando el que produce la molestia
manifiesta abiertamente que no quisiera seguir ni molestando ni siendo
molestado.
La cuestión
es muy simple, España tiene miedo a reconfigurarse, le da pavor el hecho de que
si empieza una separación, se rompa a trozos la unidad de España, si es esto último,
porque y a quien le da miedo esta posibilidad, esto es tanto como reconocer que
España no existe como una unidad de sentimiento nacional, sino que es un
territorio mantenido artificialmente, mediante políticas integradoras forzadas
y no consensuadas, que se sostiene simplemente por la presión gravitacional
ejercida por un centralismo imperativo, que se ejerce desde hace siglos pero
que no consigue ser integrador.
Sea lo que
fuere, lo que está claro es que no será España la que tome la decisión de echarnos
de su imperio por antipáticos y mal agradecidos. Esto es así y creo que ya lo
entiende así toda la clase política catalana. Si hay que exigir algo, si hay
que plantar cara a alguien, si hay que decir basta, o todo lo contrario, es una
cuestión que debe decidir Catalunya y su gente, y esto no se puede prorrogar
mas, pues el daño que nos estamos haciendo es mucho y muy profundo, y no lo
duden ante esta duda siempre sale perdiendo el más débil es decir Catalunya.
No podemos
seguir así, no es justo, ni para los que nos sentimos catalanes, ni
para los que se sienten españoles, lo dije una vez y lo repito, a mi no me
molestan los que se sientes españoles, lo que me molesta es que me desprecien y
me quieran anular el ser catalán por el simple hecho de pensar hablar y no
sentir lo mismo que ellos. Por eso reclamo de mis gobernantes que es hora de
tomar una decisión final y definitiva, o abandonamos el hecho nacional catalán
y tomamos conciencia absoluta de ser solo españoles, o todo lo contrario,
planteemos oficialmente y ante las autoridades que corresponda, la firme
decisión de iniciar el proceso de secesión de nuestra pequeña Nación pase lo
que pase y asumiendo lo que haya que asumir.
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