The Wall Street Journal asegura hoy
que España y Portugal prefieren que Grecia cumpla con las exigencias de la zona
euro o si no, que abandone la región. El diario explica que, aunque se pudiera
pensar que ambos estados podrían preferir que la zona euro aceptase el pulso
del Gobierno griego con tal de que no se produjera un 'grexit', tanto España
como Portugal se han posicionado en la línea dura de Bruselas y quieren que el
país heleno cumpla.
Curioso artículo del Wall Street
Journal hace unos días la prensa económica americana alertaba de los riesgos de
la quiebra de Grecia y apuntalaba este comentario comparándolo con el desastre mundial
que ocasiono la caída de Lehman
brothers apuntando que se dejó caer porque pensaban que era un banco pequeño en
su momento ya co0ntrarreste este ejemplo haciendo notar que el problema no fue
el tamaño del banco sino la porquería financiera que había extendido por todos los demás bancos
del mundo.
Algo parecido está
a punto de ocurrir en Europa pero al contrario, es decir si Grecia no cede rendida
o derrotada, como quieran ustedes y la UE la sostiene ocurrirá lo de Lehman, extenderá
por toda Europa la idea clara de que la economía capitalista al uso occidental,
está podrida y esto llevara a un cambio radical de políticas económicas y
sociales, que son todavía peores, a gran parte del continente y si esto ocurre seguirá
contaminando al mundo occidental
Esto no es sólo una táctica de
negociación. Públicamente, Madrid y Lisboa dicen que esperan que Grecia
permanezca en la zona euro, pero los altos cargos en Madrid y Lisboa en privado
tienen claro que ellos creen que sería mejor para Grecia abandonar la región
que arriesgarse al caos de romper las reglas de la eurozona", comenta el
artículo del Wall Street Journal. Por supuesto, esto refleja en parte más
que a la economía a la política nacional: Madrid y Lisboa son
muy conscientes de que conceder demasiado a Atenas alentaría a su propia
oposición de izquierda radical.
Pero a la vez también refleja una
creciente confianza de que la economía gracias a los propios esfuerzos sobre
todo desde la sociedad de ambos países y los de la eurozona, es ahora lo
suficientemente resistente como para soportar el impacto económico de una
quiebra griega pero no lo son para encarar una victoria política de claro carácter
socialista comunista.
Wall Street Journal opina que "el cambio de tendencia en la
economía española desde el verano de 2013 ha sido notable". De hecho, esta
semana el Gobierno del PP un poco empujado por el hecho de tener que hacer
campaña para las próximas elecciones locales y autonómicas elevó su pronóstico
de crecimiento para este año hasta el 2,9% desde el 2,4%. Y hoy el Instituto
Nacional de Estadística ha publicado que el PIB del primer trimestre creció un
0,9% en tasa intertrimestral y un 2,6% en interanual. Pero lo cierto es que tanto
en la economía verdadera, española y portuguesa todavía sufren de debilidades
significativas. En España, la mayor debilidad es el muy alto stock de activos
financieros en manos de inversores internacionales, lo que equivale al 96% del
producto interno bruto, un legado de la marea de dinero que fluyó en el país
durante los años de la burbuja así como el desempleo.
El mayor riesgo en ambos países es,
por tanto, político. La capacidad de recuperación de España depende de seguir
atrayendo capital extranjero mientras aumenta sus exportaciones para reducir su
dependencia de los préstamos del exterior". The Wall Street Journal
explica que hasta hace poco, el mercado estaba temeroso de que las elecciones previstas
para finales de este año podrían sacar a ambos países del camino emprendido. Pero
esos temores están retrocediendo rápidamente por lo que denomina "el
efecto Syriza" que de momento está demostrando que no puede alterar la
postura firme de la UE. La cuestión es podrá la UE aguantar la presión de Grecia
durante mucho tiempo o la propia disparidad de políticas y de economías en su
seno romperán la unidad de la euro zona.
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