Pablo
Iglesias y Podemos han sido y es un fenómeno en reserva su aparición en los partidos
amistosos recibieron las mayores alabanzas por parte de todos, publico prensa
medios informativos etc. Hasta tal punto llego a deslumbrar que la mayoría de
las encuestas situaban en enero a la formación como la principal opción de los
españoles, superando incluso el 28% de los votos. Desde entonces, la caída ha
ido acentuándose e incluso ya se ve
superada en algunos estudios por Ciudadanos. ¿Qué ha pasado en cuatro
meses para que miles de españoles hayan dejado de respaldar a Podemos?
Yo sinceramente
creo que simplemente ha pasado el tiempo y el rodillo de la derecha tradicional
española que ha llegado el momento en que ha sido consciente que PODEMOS podía pasar
a ser PODER y esto es algo que la derecha de siempre, no puede perder por dos
motivos: uno porque el poder es aditivo de por sí y otro porque dejar al
descubierto lo hecho por su poder es más peligroso que su perdida, una vez esto
claro al PP le fue fácil ver que detrás del PODEMOS realmente solo había una ilusión.
Más de la mitad de los españoles aseguraban que hacía falta un partido que
diera respuesta a la crisis. Venimos de una crisis muy profunda y muy larga y
los ciudadanos querían algo nuevo.
Justo en ese
mismo momento de desesperación social, nacía Podemos como partido y Pablo
Iglesias se convertía en el líder de la formación después de ser el tertuliano
estrella de varios programas de televisión. En quince meses. Las elecciones
europeas de mayo de 2014 fueron la tarjeta de presentación de algunos partidos
y la reconfirmación de otros. De hecho aunque parezcan importantes se trataba
de unas elecciones menores porque la gente no tiene muy claro lo que se juega.
En España destacó Podemos con sus cinco eurodiputados. Lo que definió el punto
de inflación que dio la señal de alarma a la derecha española.
La larga
crisis económica ha modificado el mapa político de Europa. Todos los países han
tenido movimientos populistas que han crecido por la recesión y España no iba a
ser menos, en este sentido, aquí surgió Podemos y cogió fuerza al calor del
descontento social, más el cansancio y el hastío de la crisis por la corrupción
que indudablemente ha sido una pesada losa para los partidos políticos tradicionales
tanto para la derecha es decir el PP como para la izquierda el PSOE en este marco político en que los extremos
tradicionales el PP derechas y el PSOE izquierdas estaban quedando en evidencia
Podemos se situó en el punto medio que no quiere decir el centro político a mi
entender.
Pero el
tiempo y la acción de la derecha curiosamente ha ido arrinconando a Podemos
hacia la izquierda y efectivamente Podemos ha destruido completamente al PSOE. Hoy
para los españoles Podemos se sitúa como una formación política escorada hacia
la izquierda radical. Tanto Pablo Iglesias como otros líderes destacados del
partido han estado muy vinculados a movimientos de izquierdas tanto en España
como en otros países. Pese a ello, el discurso público de los últimos meses se
ha moderado y ya se habla de un partido que “no es de derechas, in de
izquierdas”.
Ya conocen
ustedes mi opinión Podemos efectivamente no es de derechas y de izquierdas
españolas Podemos es un partido de política absoluta y neo comunista en su política
no caben ni la derecha ni la izquierda clásica, Podemos lo es todo pero como
esto no es entendido por la sociedad española está de momento lo sitúa en el “limbo”
una especie de centro político nuevo del que no tiene ninguna experiencia ni
conocimiento de lo que puede ser y por eso como no entiende muy bien que es podemos
pues lo sitúa un tanto indefinido.
A este fenómeno
ayuda también que la crisis, el paro y la corrupción, es común a la derecha y a
la izquierda, por lo tanto es lógico que la sociedad vea en Podemos la solución
y en la sociedad afectada por los problemas de España, están las dos tendencias
la derecha y la izquierda. En este punto la habilidad de la derecha mucho más
consolidada en España que la izquierda, ha encontrado un posible antídoto ante la
inevitable caída del Partido Popular y para evitarla ha apuntalado su derecha más
dura y ha preparado un nuevo partido para recoger a las posibles fugas de sus
miembros de derechas más suaves o liberales como quieran ustedes definirlos y
para conseguir esto ha disparado como un cohete a un partido prácticamente regional
como Ciudadanos.
La jugada es
maestra la derecha española se ha partido en dos una la más dura seguirá teniendo
el PP y la más moderna la más suave (de momento) tendrá su nuevo PP encarnado
por Ciudadanos. Esta jugada ha tenido como primer y claro efecto el frenazo de
la explosión de Podemos, porque este se ha quedado huérfano de toda la nueva derecha
que había visto solo en Podemos la salida de la situación insostenible de la política
tradicional española.
Tanto PP y
PSOE como Podemos y Ciudadanos luchan ahora mismo por intentar ganar votos en un
mismo espectro político aunque aparentemente las cuatro formaciones juren que
no tienen nada en común lo cierto es que tienen mucho que ver. Podemos ha visto
que tiene que superar el discurso de izquierda radical. Una vez pasado el boom,
cuando estás en un extremo político, es muy fácil subir en popularidad per a la
vez es muy difícil llegar a ganar el Gobierno, sobre todo en un país tan viejo
y tradicional como España. En las últimas semanas, y a la espera de la
presentación oficial del programa electoral, Podemos ha rebajado sus
expectativas y ha moderado sus discursos y las apariciones de sus líderes
políticos incluso algunos como Errejón y Monedero han desaparecido.
La principal
razón de la caída de Podemos no se encuentra en los escándalos vinculados a
Íñigo Errejón con su beca y los pagos a Hacienda de la empresa de Juan Carlos
Monedero. Esos incidentes han supuesto un punto de inflexión en las gráficas de
estimación de voto y podría ir a más. Pero la verdadera causa es la jugada
maestra de la derecha que ha introducido su relevo “Ciudadanos” que está capitalizando los votos
del descontento del PP y parte del PSOE,
Pese a todo, y con cuatro partidos, dos nuevos y dos viejos, luchando por
captar el voto de centro, desde la Transición, nunca había habido tanta emoción
en la política española”.
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