Los políticos y la política
nos ha llevado al peor de los desencantos que puede sufrir una persona, darse
cuenta que lo que hasta ahora creía un derecho, es pura demagogia para que unos
pocos vivan a costa de unos muchos, así hoy descubren muchos hombres y mujeres
de nuestra sociedad, que los derechos cambian en función de las circunstancias,
y esto hace mucho daño pero hay que afrontarlo porque es la realidad y cuanto
antes nos demos cuenta de ello antes podremos todos juntos actuar en una misma
dirección para recuperar los servicios (que no derechos) de los que tendremos
que prescindir a partir de ahora.
Lo primero que hay que
entender es que en Democracia todo cuesta dinero, la democracia es un sistema
de convivencia y gobernabilidad, que conlleva un coste a fin de que todos
podamos ser más o menos iguales, es decir nos da la libertad de poder llegar y
ser lo que podamos alcanzar por nuestros propios medios y espíritu de lucha, en
contra de otros sistemas políticos, en que el ser humano es lo que le dejen ser
otros más ricos o de más alta cuna que él o con más armas que él. Es decir sin
democracia no eres dueño de tu futuro, (del que te puedas pagar claro) por esa
razón únicamente se dice que la democracia es el menos malo de los sistemas de convivencia
social y política.
Pero las libertades y todo
lo que la democracia pone al alcance de la sociedad que la adopta como forma de
convivencia y gobernabilidad, cuesta dinero, la Democracia conlleva anexo a su
aplicación el sistema Capitalista, son inviables las libertades individuales
sin una forma de valoración de las mismas, si no fuese así, no tendríamos
noción de que gozamos de iniciativa y libertad para hacer lo que un individuo
pueda libremente y por su esfuerzo conseguir.
Esta realidad conlleva que
la sociedad debe correr con el sustento de su democracia, si quiere que sus
necesidades se socialicen y las disfruten más individuos, facilitándose así,
que otras personas partan con unas premisas comunes que les ayuden a su
superación y libertad, pero eso no convierte a las mejoras comunes, en derechos
comunes. La democracia que es una idea que hemos traducido en un sistema
político y en una forma de gobierno, solo
dirige y administra precisamente eso, los bienes comunes que podemos conseguir,
necesita de los esfuerzos de la propia sociedad que gobierna, y por supuesto de
la honradez y sabiduría de los encargados para administrarla y que son elegidos
por los demás miembros de la sociedad.
Los años han hecho que la
democracia se manipule por parte de los gobernantes, que precisamente han actuado
al contrario de lo que debían haber hecho,
los políticos y la política ha tomado la democracia como rehén de sus
intereses, y han escondido muy hábilmente a sus sociedades las duras realidades
del sistema, para así sacar provecho de él, por medio de los votos que hacían
que se perpetuasen sus prebendas y su continuidad.
Mientras la Democracia
aplicada en la forma de gobierno de cualquier sociedad, no ha tenido problemas
de crecimiento, y ha dispuesto de unas economías suficientes para ofrecer más
servicios y seguridades al individuo, todo ha ido muy bien, lo malo es que
nadie ha dicho nunca a su sociedad, que lo que recibía de su estado
democrático no era un derecho, sino un
retorno de su inversión hecha en forma de impuestos.
Y ahora vienen los
desengaños y las exigencias de derechos que no son tal, no es derecho el
empleo, no es derecho la sanidad universal y gratuita, no es derecho la
vivienda digna, no es derecho la educación,
no es derecho la subvenciones por desempleo, no es derecho la pensión de
jubilación, solo es derecho todo esto y más, si la sociedad lo financia
mediante su riqueza y esfuerzo común, y por medio de sus impuestos hace que su
democracia sea rica y prospera, y desde luego vigile que sus gobernantes no se
lo malgasten en acciones y beneficios propios, en lugar de administrarlos y
aumentarlos si cabe en bien de la sociedad común.
De aquí la importancia de la
situación de la economía actual, nos estamos jugando el sistema de vida que nos
ha traído hasta aquí desde hace siglos, y será muy triste que no sepamos
reflotarlo y reavivarlo para que continúe siendo el menos malo de los sistemas
de convivencia entre los individuos que formamos una sociedad, hay que entender
que lo que nos estamos jugando no es banal, el que las medidas a tomar por
nuestros gobernantes sean unas u otras, no se debería de contemplar de acuerdo
a las necesidades o anhelos individuales, sino las necesidades comunes las que
afectan a todos, y sean las que sean, gusten o no gusten, si llegan a una
solución habrá que asumirla y no reclamar unos derechos perdidos porque que no
son tal. Y si lo remontamos entre todos lo más rápidamente posible todos estos
“derechos” los recuperaremos.
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