El día después del desengaño olímpico y tras dejar pasar unas cuantas horas quiero entrar en este desgraciado acontecimiento para expresar mi opinión de porque no solo perdió ayer las olimpiadas de 2020 Madrid sino que también perdió las otras veces que se presento. Lo que voy a exponer es un resumen de opinión que lo avalo con mi propio criterio, pero sobre todo tras la lectura de innumerables Twits que se muestran sin ninguna tristeza por lo acontecido, diría yo que muchos incluso complacidos y con aquel aire de “ya lo decía yo” “mejor que no nos los hayan dado”.
Esto por un lado demuestra que mi teoría al respecto es correcta verán yo nunca he estado seguro que fuese Madrid ciudad la que quisiera organizar unos juegos olímpicos, ni este año, ni en las pasadas presentaciones, en realidad y creo que no me equivoco, desde el pasado éxito de las olimpiadas de 1992 en Barcelona (España) quedo en el ánimo del gobierno de turno en España, que no podía ser que un evento tan exitoso se lo apuntase Barcelona y no la capital del estado, esto que no preocupa a ningún país si preocupa España así lo prueba el hecho claro de que solo hay dos países que uno ha repetido y otro que repetirá organizar unos juegos olímpicos modernos pero fíjense ustedes estos países son Gran Bretaña y Japón.
El primero celebro ambas olimpiadas en Londres, la primera en 1948 y la segunda el pasado 2012 es decir de un evento al otro pasaron 64 años. En cuanto al segundo país Japón celebro olimpiadas en Tokio en 1964 y celebrará las próximas de 2020 es decir con un intervalo de 56 años, dicho de otro modo ambos países han pasado medio siglo entre una y otra celebración. España no podía consentir esto tiene o tenía prisa por hacer olvidar al mundo que hubo unas olimpiadas en Barcelona ofreciéndoles unas más modernas en Madrid que taparan ya el todavía vivo recuerdo de las del 92 la prueba más clara solo dejaron pasar 15 años cuando ya empezaron a concurrir para las de 2012, siguieron sin pausa para las del 2016 y finalmente les han dado creo yo la señal de que dejen de insistir para las de 2020.
Creo que no hay otra razón porque tanta prisa que pasa porque España quiere tener tantas olimpiadas yo creo que la historia hay que leerla y observarla hay que dejar pasar según las muestra medio siglo para que por lo visto los comités organizativos encuentren razonable y lógico que una ciudad y un país estén en condiciones y ganas de repetir porque entre otras cosas su petición excluye inevitablemente a otros países y ciudades que no las han podido organizar, es así de sencillo y así de lógico excepto para un país como el nuestro en que su carácter absolutista, centralista, inconformista e, inseguro es capaz de tener desazón y envidia de sí mismo, increíble pero es así.
Hoy que el la prensa española trata de componérselas para encontrar una explicación a "lo inexplicable", después de realizar una campaña de propaganda triunfalista que, a juzgar por los hechos, estaba completamente alejada de la realidad, he querido poner en claro el porqué las cosas son como son no nos tiene el mundo mas manía que las que nos ganamos a pulso, incordiando pidiendo y casi exigiendo cosas por el solo hecho de ser o decirnos España, cuando aprenderemos a ser y sentirnos a gusto tal como en realidad somos España desde hace muchos siglos es una nación de segunda fila en europa, si así lo entendemos de una vez, y en lugar de incordiar luchamos calladamente por subir a la primera fila , obtendremos el reconocimiento de los demás lo consigamos o no.
Madrileños no quiero daros consuelo como si hubieseis sido vosotros los perdedores de este desaguisado, porque creo sinceramente que como en tantas cosas, sois victimas de vuestro destino de capital de un país, que gobernado por políticos incapaces pero con un ego que no les cabe en su cuerpo, está y os está empujando a vivir una situación, que queda totalmente fuera de sus posibilidades y de la realidad político social del contexto social nacional, creo como digo al principio, que quien pidió la olimpiadas y otras cosas, no es Madrid, sino el gobierno de España que la tiene como bandera de sus deseos envidias e imposibles grandezas.
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