La
inoperancia, la ceguera, la avaricia, la individualidad, y la ineptitud y el
desanimo se ha apoderado de la sociedad occidental, y hablo de la economía y de
la sociedad civil y la política en general, creo sinceramente que se han
cruzado todas las líneas rojas que las circunstancias pueden haber puesto en el
camino de la supervivencia, el orden y la continuidad de nuestra sociedad
actual. Estoy seguro que estamos asistiendo atónitos a lo que en su tiempo
vivieron las sociedades, etrusca, egipcia, griega, romana, yo creo que nunca
habíamos visto lo que estamos viviendo en estos momentos, lo hemos estudiado en
los libros pero vivir la destrucción de tu mundo nunca hasta hoy, porque no es
comparable vivir la destrucción de una guerra a lo que nos está pasando, en las
guerras se destruyen vidas y cosas materiales, pero no la sociedad, porque esta
está luchando por sí misma, para prevalecer sobre algo o alguien que la ataco
de una forma u otra, pero sabe que cuando derrote al enemigo saldrá más fuerte
que antes .
Ante
nuestros propios ojos, ampliados además por los medios de comunicación que hoy
disponemos, estamos viendo impotentes como una sociedad que ha sido
continuación de las civilizaciones antes mencionadas, y que hasta nuestros días
ha sido motor de la evolución, y la sabiduría, poniéndolas ambas al alcance de la humanidad, dándole libertades
y un estado de vida muy por encima de las expectativas humanas de hace tan solo
100 años se derrumba por completo atacada por un enemigo etéreo inmaterial, y
que además ha sido creado por si misma, el cual la va a devorar sin contemplaciones y sin poder poner
remedio alguno.
Es escalofriante
ver como todos los actores de la tragicomedia, están actuando unos contra los
otros, no hay ningún saliente a que podamos asirnos en la fina y vertical roca
desde la que resbalamos despeñados hacia un final de vértigo. La sociedad no
entiende a sus gobernantes, los gobernantes no entienden a sus sociedades, la economía
no quiere ver cegada por su ambición, que se dirige hacia su propia muerte, que
va emparejada a la situación en que ha colocado a la propia sociedad de la que
depende. No hay ya solución porque es imposible recomponer la confianza, el
sentido de sociedad, la seguridad, el deber, el orgullo, la sensación de sentir
todo ello quedara estrellada contra el fondo del abismo al que nos lleva.
Aunque se
llegase a salvar la parte inmaterial que nos ha empujado, es decir la economía solo
sería un espejismo de unos pocos días, tras los cuales la falta ya absoluta de
valores y principios sociales nos devolverían a la misma situación de muerte
material y social. Por mucho que se salve el euro, ya no se salvará el
desasosiego de la sociedad, que palpa que se acaba su entorno, aquello que la
sustentaba, que la daba fuerzas para vivir, para formar una nueva familia, para
luchar desinteresadamente por otras sociedades más desaventajadas que la
nuestra, ofreciéndoles desinteresadamente algunos de sus valores, unos
materiales como dinero, otros inmateriales pero quizás mas valiosos como su
tiempo, o sus conocimientos, todo eso se acabo porque ahora gracias a la
absurda falta de unidad entre nuestra sociedad, esto que ofrecíamos desinteresadamente
se nos negara a nosotros mismos y deberemos de encerrarnos en nuestros entornos
a defendernos de los males que como plagas nos vendrán encima.
Después de
lo que está pasando, alguien creerá otra vez en su vecino, en su político, en
la política, en la democracia, en la gobernabilidad, en Europa, en la Unión Europea,
en su país, en su región. Si por un supuesto mañana nos trataran de decir que
todo está arreglado, alguien de nosotros lo creerá, la ilusión seria hacerlo como no, pero veríamos
rápidamente, como empezarían las criticas, la exposición de dudas, la negación de
verdades objetivas, la crítica feroz, a lo que yo no impuse, al yo en esta situación
no juego, ya no hay reacción positiva posible, habrá que conformarse con la destrucción
de nuestra forma de vida, llegar al fondo del vacío porque todavía no hemos
llegado, nos queda lo peor, porque hoy lo intuimos pero mañana lo viviremos en
nuestras propias vidas, y a partir de aquí no sé donde nos llevaran igual
nuestro camino será el de reprender el ciclo otra vez pero cuanto tiempo
tardaremos y cuántas vidas pasaran en la oscuridad, solo alumbradas por las crónicas
escritas en los libros de historia de la humanidad. “Había una vez hace mucho,
mucho tiempo ...”
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