jueves, 22 de diciembre de 2011

YA ESTA EN “FUERTE ESPAÑA” EL SEXTO DE CABALLERIA



Ya ha tomado posesión del fuerte medio derruido y humeante todavía por los ataques de las tribus de piratas anglosajones, de las hordas de economías amarillas, de la huida a retaguardia de las tropas de infantería franco- germánica. El sexto de caballería, ha llegado cabalgando en sus lustrosos corceles con los estandartes desplegados,  corneta en ristre atronando la orden de ¡a la carga! para dar la nota de aviso  a los atrincherados enemigos que permanecen todavía acechantes, sus sables desenvainados flameantes sus destellos por el sol de la mañana, han terminado por ofrecer un bellísimo espectáculo de fiereza y valor a la estampa general.

El analogismo con el sexto de caballería, es porque es el sexto presidente de España el que de verdad hoy ha entrado en batalla al frete de su oficialidad, y ha aposentado sus tropas más fieles a su vera, ahora lo primero que le tocara hacer es cuidar que los nuevos mandos sean capaces de arengar de nuevo a los viejos soldados, que ya hace tiempo que van librando batallas a las ordenes de otros generales, y que están un tanto desanimados porque cada vez han ido reculando, no solo en honor, sino también en pertrechos personales y dinerarios, esta soldada necesita pronto una victoria de lo contrario el sexto de caballería se quedara solo ante el peligro.

Desde la empalizada del “Fuerte España” enclavado en la Moncloa se divisan varios grupos: unos al acecho, las deudas y sus intereses, el desempleo y su salvaje fiereza, los financieros y sus temibles bancos sistémicos, los ávidos empresarios deseosos de arrancar de nuevo las cabelleras de los beneficios, para poder engrandecer sus tropas de empleados. Y otros a la defensiva, esperando que se aclaren las nuevas órdenes de batalla: los equipos sanitarios que están trabajando recogiendo los maltrechos heridos de las otras batallas, y cada vez temen mas que les dejen sin recursos en mitad del campo de batalla, y naturalmente el grueso de las tropas, la sociedad en general, que necesita tener una visión rápida de hacia dónde hay que ir a sufrir y luchar, para ganar al final la gloria de la victoria socioeconómica antes que sea demasiado tarde.

Las primeras ordenes están orientadas para mejorar posiciones para dirimir diversas batallas abiertas de antemano: Crear Empleo; Restaurar la confianza en la banca para restablecer el crédito a la inversión y al consumo; Salvar lo mas que se pueda del estado del bien estar de la tropa; Apostar por suministrar nuevas armas desarrolladas por la I+D+I para ser más eficaces en la batalla contra la globalización de los mercados; Conseguir ganar espacio para colocarse en el mercado internacional; Crear infraestructuras que agilicen el paso de nuestras tropas y materiales hacia diferentes destinos y viceversa, que puedan utilizarlas tropas aliadas para venir a ayudarnos; retirar la cantidad de ruinas de edificios sin valor que permanecen tapando la visión real del frente económico, que nos bombardea día a día; y lo más duro todo esto hay que hacerlo sin muchas bajas, y sin gastar más que lo que nuestras paupérrimas reservas e ingresos de guerra nos proporcionen.

En el regimiento hay oficiales suficientes para dirigir las escaramuzas que el comandante en jefe ha indicado, ahora lo primero es preparar las  diferentes estrategias sin dilación alguna, y tan pronto tomadas las decisiones iniciales lanzarse a la batalla, si se hace bien y con valor la victoria vendrá sola, pero si nos entretenemos en dimes y diretes y en rencillas, dudas, e imposiciones de rango y de órdenes, sin sospesar las opiniones de todos los mandos, y tropas esparcidas por el campo de batalla desde hace tiempo, sosteniendo como pueden batalla tras batalla sin recibir avituallamiento ni ideas desde “Fuerte España”, la cosa puede irse al garete.

Considero que en esta guerra por mucho “sexto de caballería” fresco y ufano y preparado para su misión, que ha tomado hoy el punto central de operaciones no puede caer en la creencia que desde su posición de fuerza, podrá controlar todas las acometidas del enemigo, el “sexto de caballería” debe asegurar los flancos cuanto antes, si quiere avanzar sin peligro por el centro y directo al corazón de nuestro enemigo y derrotarlo, si se pierde en luchas colaterales o deja que sus flancos no lo defiendan, la guerra no solo se perderá sino que puede perderse hasta el mismísimo “Fuerte España”.

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