sábado, 10 de diciembre de 2011

¿QUE DIABLOS QUIERE LA SOCIEDAD EUROPEA?



Ni tan solo veinticuatro horas han trascurrido desde que termino la reunión de jefes de estado y de gobierno de la UE en Bruselas, y las crónicas y juicios de valor de la prensa de hoy, en la que se incluyen opiniones de políticos, periodistas, y economistas, todos ellos de cualificación tres estrellas, son absolutamente derrotistas. Increíble esto me hace titular mi reflexión de hoy, con la exclamación escrita con mención al diablo, yo no sé si es  por puro esnobismo o porque, pero lo cierto es que lo que “mola” es derrotarlo  todo,  pronosticar la debacle, anular los resultados y los esfuerzos de la última cumbre europea.

No acierto a entender por qué, y por eso le pregunto abiertamente la sociedad europea que es lo que quiere, que le pasa, que no está conforme con nada, si es blanco lo quiere negro, si es alto lo quiere bajo, si esta de pie lo quiere tumbado, y todo a su vez cambia si se lo ponen como decía que lo quería, así es imposible gobernar y dirigir nada. Al final llego a la conclusión que no es la sociedad a la que me tengo que dirigir mis juicios y reproches, sino a las esferas o personajes que se quieren considerar más, que quieren sobresalir de la uniformidad social, o que quieren seguir haciendo negocio con las cuestiones que afectan a la sociedad normal, esta que nos encontramos debajo, presionados por las predicciones desastrosas de los superiores porque claro esta, a ellos no les afectan pero a millones de personas sí.

Es evidente que si las resoluciones de la pasada cumbre resultan satisfactorias, de que hablarían o escribirían o especularían, toda esta patalea  de listillos que buscan un pago por un artículo de opinión tendencioso, porque si lo que dicen es que todo está en el  buen camino, eso no lo acepta el director del diario o semanario o la publicación que sea, que importancia tomaría la opinión de un especialista en economía, si dice que las soluciones aplicadas son las correctas y que hay que ayudar y creer para que salgan a flote las soluciones aprobadas, y así con esto no se hunda el “Titanic”, nuevo mote aplicado a la europa del euro, y síntoma inequívoco de desastre y hundimiento que se emplea en numerosas crónicas de economía estos últimos días.

Hace dos días tan solo que esperábamos todos unas conclusiones que parecían imposibles de obtener, y por ahí iban las dudas, que si la Europa a dos velocidades, que si la rotura del euro, que si la desaparición de la UE. Y al final las cosas salen como pensábamos que no iban a salir. No hay rotura del euro sino todo lo contrario, no se desune la unión europea sino que se refuerza alrededor de su tótem el euro, se consigue lo impensable que Londres  se excluya, sin que parezca que por fin lo hayamos excluido nosotros, el resto de las naciones aceptan ceder una parte muy importante de su soberanía, la concerniente al poder económico financiero, para acoplarla a los destinos de una unidad común.

Pero esto, ahora resulta que no puede ser, parece por los comentarios y análisis especializados de los expertos expresados a las escasas veinticuatro horas de la toma de las decisiones importantísimas de la UE, y que reflejan una gran parte de lo que nosotros queríamos que sucediese, y que al final ha sucediendo, ahora hay dudas de que sean las adecuadas,  en qué quedamos o dicho de otra manera que diablos queremos.

Hoy las predicciones son más alarmistas que lo eran antes.  Esta cumbre no despeja las dudas sobre cómo Berlín y París lograrán que baje la prima de riesgo italiana o española. En la UE hay una total ausencia de contrapeso socialdemócrata o mínimamente progresista al tándem Merkel-Sarkozy. Los mercados no ven la solución de la deuda soberana a corto plazo. Estas son algunos titulares de hoy uno los lee y piensa no se ha celebrado aun la cumbre europea, estamos con las mismas cuestiones y dudas que antes y eso a tan solo veinticuatro horas después, cuando yo creo que los actores de la cumbre todavía están durmiendo el sueño reparador después de una noche casi en vela, la pregunta es no sería mejor que los comentarios fuesen más positivos, que creasen un punto de confianza, hay para tres meses antes no se confirmen las resoluciones adoptadas ayer, si a las veinticuatro horas ya las ponemos en duda, que pasara en dos semanas.  

Piensen ustedes que a partir del lunes los ataques a la economía europea se van a recrudecer y de qué manera, no se si se dan cuenta que hemos dado un sonoro bofetón al representante de la economía anglosajona, una economía que se sostiene gracias a situarse como una rémora pegada a las economías reales, y ayer una de ellas la Europea la expulso, se la saco de encima al decirle basta, ya no  te quiero pegada a mí, alimentándote de mi propia sangre para al final lanzarme en contra tus servicios de calificaciones, tus tejemanejes de productos financieros llenos de basura etc. Se han planteado que puede pasar si lo que los europeos hemos hecho con Londres lo hace Pequín con Washington, donde va a ir a parar el Dólar y la Libra.

Este es el enemigo, la duda, el que pasara, es el peligro que puede suponer un desairado poder económico como es el anglosajón, porque no es más cierto que todavía lo es, su reacción puede ser demoledora, y si frente a ello oponemos unos temblorosos creadores de opinión, unos instigadores de temores y de “Ya te lo decía yo” somos un desastre, no sabemos por donde vamos, etc. seguro que tendrán razón no porque  la tengan, sino porque los que les interesa lo harán verdad, mucho cuidado hay que elegir al igual que lo hicieron nuestras naciones el viernes, somos Europa o no. Y el que no lo tenga claro que se calle  o como Londres que se excluya.    

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