Ni tan solo
veinticuatro horas han trascurrido desde que termino la reunión de jefes de estado
y de gobierno de la UE en Bruselas, y las crónicas y juicios de valor de la
prensa de hoy, en la que se incluyen opiniones de políticos, periodistas, y
economistas, todos ellos de cualificación tres estrellas, son absolutamente
derrotistas. Increíble esto me hace titular mi reflexión de hoy, con la
exclamación escrita con mención al diablo, yo no sé si es por puro esnobismo o porque, pero lo cierto
es que lo que “mola” es derrotarlo todo, pronosticar la debacle, anular los resultados
y los esfuerzos de la última cumbre europea.
No acierto a
entender por qué, y por eso le pregunto abiertamente la sociedad europea que es
lo que quiere, que le pasa, que no está conforme con nada, si es blanco lo
quiere negro, si es alto lo quiere bajo, si esta de pie lo quiere tumbado, y
todo a su vez cambia si se lo ponen como decía que lo quería, así es imposible
gobernar y dirigir nada. Al final llego a la conclusión que no es la sociedad a
la que me tengo que dirigir mis juicios y reproches, sino a las esferas o
personajes que se quieren considerar más, que quieren sobresalir de la
uniformidad social, o que quieren seguir haciendo negocio con las cuestiones
que afectan a la sociedad normal, esta que nos encontramos debajo, presionados
por las predicciones desastrosas de los superiores porque claro esta, a ellos
no les afectan pero a millones de personas sí.
Es evidente
que si las resoluciones de la pasada cumbre resultan satisfactorias, de que hablarían
o escribirían o especularían, toda esta patalea de listillos que buscan un pago por un artículo
de opinión tendencioso, porque si lo que dicen es que todo está en el buen camino, eso no lo acepta el director del
diario o semanario o la publicación que sea, que importancia tomaría la opinión
de un especialista en economía, si dice que las soluciones aplicadas son las
correctas y que hay que ayudar y creer para que salgan a flote las soluciones aprobadas,
y así con esto no se hunda el “Titanic”, nuevo mote aplicado a la europa del
euro, y síntoma inequívoco de desastre y hundimiento que se emplea en numerosas
crónicas de economía estos últimos días.
Hace dos días
tan solo que esperábamos todos unas conclusiones que parecían imposibles de
obtener, y por ahí iban las dudas, que si la Europa a dos velocidades, que si
la rotura del euro, que si la desaparición de la UE. Y al final las cosas salen
como pensábamos que no iban a salir. No hay rotura del euro sino todo lo contrario,
no se desune la unión europea sino que se refuerza alrededor de su tótem el
euro, se consigue lo impensable que Londres
se excluya, sin que parezca que por fin lo hayamos excluido nosotros, el
resto de las naciones aceptan ceder una parte muy importante de su soberanía, la
concerniente al poder económico financiero, para acoplarla a los destinos de
una unidad común.
Pero esto, ahora
resulta que no puede ser, parece por los comentarios y análisis especializados
de los expertos expresados a las escasas veinticuatro horas de la toma de las decisiones
importantísimas de la UE, y que reflejan una gran parte de lo que nosotros queríamos
que sucediese, y que al final ha sucediendo, ahora hay dudas de que sean las
adecuadas, en qué quedamos o dicho de otra
manera que diablos queremos.
Hoy las
predicciones son más alarmistas que lo eran antes. Esta
cumbre no despeja las dudas sobre cómo Berlín y París lograrán que baje la
prima de riesgo italiana o española. En la UE hay una total ausencia de
contrapeso socialdemócrata o mínimamente progresista al tándem Merkel-Sarkozy.
Los mercados no ven la solución de la deuda soberana a corto plazo. Estas son
algunos titulares de hoy uno los lee y piensa no se ha celebrado aun la cumbre
europea, estamos con las mismas cuestiones y dudas que antes y eso a tan solo
veinticuatro horas después, cuando yo creo que los actores de la cumbre todavía
están durmiendo el sueño reparador después de una noche casi en vela, la
pregunta es no sería mejor que los comentarios fuesen más positivos, que
creasen un punto de confianza, hay para tres meses antes no se confirmen las
resoluciones adoptadas ayer, si a las veinticuatro horas ya las ponemos en duda,
que pasara en dos semanas.
Piensen
ustedes que a partir del lunes los ataques a la economía europea se van a
recrudecer y de qué manera, no se si se dan cuenta que hemos dado un sonoro bofetón
al representante de la economía anglosajona, una economía que se sostiene
gracias a situarse como una rémora pegada a las economías reales, y ayer una de
ellas la Europea la expulso, se la saco de encima al decirle basta, ya no te quiero pegada a mí, alimentándote de mi
propia sangre para al final lanzarme en contra tus servicios de calificaciones,
tus tejemanejes de productos financieros llenos de basura etc. Se han planteado
que puede pasar si lo que los europeos hemos hecho con Londres lo hace Pequín
con Washington, donde va a ir a parar el Dólar y la Libra.
Este
es el enemigo, la duda, el que pasara, es el peligro que puede suponer un desairado
poder económico como es el anglosajón, porque no es más cierto que todavía lo
es, su reacción puede ser demoledora, y si frente a ello oponemos unos
temblorosos creadores de opinión, unos instigadores de temores y de “Ya te lo decía
yo” somos un desastre, no sabemos por donde vamos, etc. seguro que tendrán razón
no porque la tengan, sino porque los que
les interesa lo harán verdad, mucho cuidado hay que elegir al igual que lo
hicieron nuestras naciones el viernes, somos Europa o no. Y el que no lo tenga
claro que se calle o como Londres que se
excluya.
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