Entre 2009 y 2012, la euro zona y el euro estuvieron
al borde del colapso. El problema lo destapo la situación real de la economía griega,
pero en realidad el peligro de colapso no sólo fue por Grecia. Hubo momentos en
los que las deudas de países como
España o Italia no aparecían en las pantallas de los operadores
porque no había mercado para ellas. Estábamos en quiebra técnica. En aquellos
años, con la prima de riesgo por encima de los 600 puntos, todas las miradas
estaban centradas en los bonos soberanos y en cómo los mercados de deuda podían
acabar con el experimento de la moneda única.
Hoy, el bono español a
diez años está en el 2,1%, con un diferencial de 127 puntos básicos respecto al
alemán. Todos aquellos peligros parecen muy lejanos. Pero la verdad es que no
es así, el corresponsal del Financial Times para asuntos europeos, avisaba
en un artículo publicado el pasado domingo; "El euro está en una situación
más peligrosa que en el momento cumbre de la crisis". Y no es el único, The
Wall Streey Journal y The Economist, han publicado reportajes
similares en las últimas semanas.
Por supuesto que en las cancillerías
europeas esto es una conclusión que no se acepta. Se ha
salido de la crisis de deuda y punto. No hay incertidumbres acerca del futuro
de la moneda única. Pero los riesgos para el euro no sólo no se han evaporado, según
desde qué ángulo miremos, podríamos convenir en que son aún mayores. La
pregunta es si esta vez, como hace dos años, los políticos europeos serán
capaces de evitarlos. La clave de este nuevo análisis ya no está en la deuda
pública, sino en la recesión y en sus efectos, sobre la economía y también
sobre la política económica y social europea.
Es evidente que ningún político
nacional acepta ante la sociedad que la realidad económica europea está a punto
de caer, porque esto es tanto como decir que los políticos están siguiendo unas
soluciones erróneas y que no llevan a ninguna parte a las economías nacionales,
con lo que la sociedad no aceptaría seguir sacrificándose por ello, pero hay
que considerar algo evidente: el euro está en peligro entre otras cosas, porque
hay una serie de políticos
europeos con posibilidades de gobernar, que aseguran que sacarán a
sus países de la moneda única si llegan al poder.
Que quiere decir esto,
pues sencillamente que muchos políticos saben que no podrían gobernar con una economía
basada en un monstruo insaciable llamado EURO, un monstruo que se hace pagar a
1.25 dólares, es decir que obliga a “pagar más para ser más pobre” es una
realidad que no tiene justificación alguna, mis lectores ya hace meses que me
lo ven escrito una y otra vez
Podemos en España, Syriza en Grecia, el Frente Nacional en Francia o el Movimiento Cinco
Estrellas en Italia tienen muchos puntos en común. Y quizás el más importante
es su apuesta por recuperar la política monetaria para sus gobiernos, con su
corolario lógico: la salida del euro y del control del BCE. Evidentemente si
esto llega no es solo la caída del euro es el final de la Unión Europea cosa que
también estoy repitiendo una y otra vez.
Yo no sé definir si es
problema es que el euro ha hundido las economías de más de media europa, o es que
las economías de la Unión Europea no pueden sostener el euro debido a sus
desigualdades reales, la cuestión es que sea como sea, el orden de las causas,
el resultado es el mismo, no se puede mantener ni el EURO ni la UNION EUROPEA
en las condiciones políticas actuales.
Se puede pensar que quizá
ninguno de los partidos políticos antes mencionados llegaran al poder, pero hay
que considerar que algunos tienen
posibilidades por ejemplo, PODEMOS que en España sigue siendo la tercera fuerza
para el CIS, pero esta encuesta está muy desenfocada, porque todos sabemos cómo
funcionan las agencias oficiales, siempre al servicio del partido gobernante, la
realidad es que si hoy se hiciesen elecciones en España yo estoy seguro que
PODEMOS gobernaria porque la sociedad esta que no puede más.
Marine Le Pen tendría
pocas opciones en Francia, yo no veo a este país cuna de la revolución votando
por la derecha, en Italia las huestes de Beppe Grillo no consiguen poner
seriedad en su política y no son fiables, sólo Syriza y Alexis Tsipras, en
Grecia, parecen tener opciones reales de llegar al Gobierno. Pero cuidado,
hablamos de cuatro países y cuatro situaciones diferentes. Sólo con que uno de
ellos ganase, el terremoto se sentiría en toda la Eurozona y más allá porque además se uniría inmediatamente el
Reino Unido.
Y con todo este lio
aparece el fantasma de la recesión.
Alemania podría sumar esta misma semana (el viernes se hacen oficiales los
datos) su segundo trimestre de caída del PIB. El estancamiento parece una
realidad en toda la Eurozona. Y el problema es que no es lo mismo la recesión
en 2014 que en 2008, entre otras cosas porque la deuda pública se ha disparado
en estos años de crisis. Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, Chipre, Bélgica,
Francia y España terminarán 2015 con una ratio de deuda sobre el PIB superior
al 100%.
El nivel asusta por sí
mismo, pero si le añadimos
un crecimiento nulo o negativo, puede disparar los peores temores de los
inversores, que se creían ya olvidados. Cómo financiarán estos enormes números
rojos estos países si ni siquiera son capaces de crecer, aunque sea un poco.
Por ahora, los mercados de deuda parecen tranquilos y las primas de riesgo de
los periféricos parecen más o menos controladas. Pero nadie sabe si no puede
haber una chispa que inicie la estampida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario