Ya conocen
muchos de ustedes mi frase de que las independencias no se consiguen con votos,
pocas hay así y las que hay son sobrevenidas en países colonizados, no lo duden
busquen en la historia y verán que las antiguas independencias las consiguen
los ciudadanos normalmente y desgraciadamente vestidos y armados como soldados
siguiendo a unos líderes del pueblo, es cierto que las más modernas ya no ha
sido necesario organizar una revolución armada para conseguirlo pero en estos
casos más que unas independencias ganadas han sido independencias dadas, caso
de los países ex soviéticos.
Esta es la
realidad si nos situamos en la actualidad verán que no hay independencias por
ninguna parte ni dadas ni ganadas, el último intento democrático fue la
independencia de Escocia, por que el Reino Unido acepto proponerla por medios
tan democráticos como un referéndum popular escoces para que estos decidiesen
su destino, y ya conocemos el resultado más vale malo conocido que bueno por
conocer. Pero yo no diría esto lo que en realidad paso es que la intención de
independencia de escocia se negoció entre políticos, y en estos casos los
políticos de ambos lados no les interesa a ninguno de los dos complicarse la
vida.
Catalunya
hoy está completamente embarrancada en su objetivo autonómico porque este está
solo en el pueblo y sin embargo por democracia o por miedo la ejecución del
proyecto está en manos de los políticos y esto es lo que hace que con toda
seguridad no llegaremos a ninguna parte otra cosa seria que estuviese la
independencia de Catalunya en manos de UN POLITICO solo uno pero en cuanto
entra en jugo las estructuras políticas no hay ninguna posibilidad, así que en
mi opinión y me reafirmo en mis anteriores comentarios la independencia no se
conseguirá con votos no tengan la menor duda.
Si me dirán
ustedes que hay unas fuerzas sociales muy fuertes y que han demostrado su
eficacia pero solo hablamos de actos de exaltación social y patriótica, actos
que como ha quedado claro no han servido para nada en cuanto han entrado en
juego los políticos. Firmeza. Esta es la consigna que se ha autoimpuesto la dirección
de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para tratar de superar la situación
actual en la que se mueve el independentismo catalán, marcada por el
desconcierto y un desánimo poco disimulado.
La cúpula de
la ANC ha recibido numerosas críticas por los vaivenes en relación a los planes
previstos por la organización sobre la estrategia a seguir para lograr la
independencia, en especial en las convulsas semanas previas al pacto entre
Artur Mas y Oriol Junqueras de mediados de enero. Y estas críticas son completamente
justificadas porque sin saber muy bien porque la sociedad catalana ha quedado
apartada del objetivo principal; Reclamar la independencia, la sociedad nos
hemos dado cuenta que no estamos reclamando nada que no llevamos la iniciativa o que la hemos
perdido como prefieran y en este preciso momento que esto sucedió morimos todos
de éxito.
Un éxito
banal y que no ha servido para nada, la política española sobre Catalunya sigue
siendo la misma o peor, mucho peor, nos están destrozando por todos los lados,
perdemos en la educación, perdemos en las infraestructuras, perdemos en la
economía, y por ultimo perdemos nuestra política interna ya hoy nadie duda de
que en las elecciones (si se llegan a celebrar cosa que dudo) del próximo 27S
no habrá ninguna mayoría independentista porque es ya matemáticamente imposible
la disgregación de voto será tal que no servirán para nada más que para hacer
un Parlamento ingobernable, con el que olvidémonos de negociar ninguna
independencia.
En este
escenario, la entidad que preside Carme Forcadell tiene previsto fijar unos
criterios exigentes ante las elecciones municipales de mayo, y también respecto
a la hoja de ruta hacia las elecciones autonómicas de septiembre. Cara a los
comicios locales, la ANC quiere convertirlos tanto como sea posible en una
previa de la cita del 27-S y exigirá a las listas soberanistas que se
comprometan a, si vencen, incorporar a los respectivos consistorios a la AMI
(Associació de Municipis Independentistes) en caso de que no estén ya integrados
en ella.
Estas ideas
son una pérdida de tiempo, porque como decía antes en el conglomerado de la política
catalana, ya nada más quedan dos partidos soberanistas y estos más lo que
quedan van a jugar a la política normal, no por una política soberanista porque
saben que la disparidad política de que hablaba antes, impedirá cualquier mayoría
significativa. No es este el camino las organizaciones civiles han perdido la
guerra frente a las maquinarias políticas de “dos países” si me permiten la expresión
la de España y la de Catalunya.
Creo que la ANC
es consciente que esta actitud de concreción puede dejar fuera del proceso a
fuerzas no independentistas, como ICV-EUiA, pero quiere optar en estos momentos
por el repliegue. El objetivo es doble: externamente, tratar de conseguir un
27-S lo más parecido a un plebiscito. Internamente, superar las críticas debido
a movimientos recientes que han sido cuestionados. Por ejemplo, el visto bueno
que en cierto momento se dio a la confección de la lista de independientes con Artur
Mas al frente, exigiendo a ERC una candidatura sin independientes generó no
pocas controversias internas. Además, la ANC vive con la sensación de que los
partidos la han utilizado solo para validar sus planes.
Cabe
recordar que la ANC propuso que la pregunta del referéndum del 2014 fuera clara
y sencilla. No lo logró. Después, exigió una lista única soberanista en las
europeas. Tampoco tuvo éxito. La ANC vio también como su idea de 9-N se
convertía en un proceso participativo al que dio su apoyo a regañadientes pero
exigiendo elecciones en tres meses, cosa que tampoco logró. Ahora la entidad
asume la estrategia acordada entre Artur Mas y Junqueras que, según se admite en
privado, es un pacto de mínimos para salvar una situación de extrema conflictividad
interna.
Todo ello ha
desgastado los ánimos de las bases de la ANC, que además se prepara para
celebrar elecciones internas en mayo y relevar entre otros cargos a su
presidenta, Carme Forcadell. Un proceso que también se prevé convulso dada la existencia
de sectores críticos. Por todo ello se ha optado por pisar el acelerador, con
la vista puesta en el 27-S. Las primeras concreciones de todo ello se verán en
los próximos días cuando se retomen, discretamente, las reuniones entre
partidos y ANC, con el propósito de tener diseñado cuanto antes un rumbo
común. Esperaremos acontecimientos pero adelanto que o se cambia la actitud tan
democrática con que nos abofetean por todos los lados o mejor dejemos que la
historia haga otro intento y de otra manera de aquí a un tiempo.
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