Uno cree que es una casualidad y no tiene nada que ver
una cosa con otra, pero es que llevamos meses enzarzados en los dos
acontecimientos durante más de seis meses estamos desbordados con el drama de
la migración de personas procedentes del norte de áfrica básicamente Siria que llegan
absolutamente en tropel a Europa ya sea por mas o por tierra sus muertos se
cuentan a miles y sus vivos a millones (menos mal).
Pero posiblemente no sea así porque lo que nadie sabe son
los millones de muertos que debe haber en sus guerras de origen para que
personas de todo estatus y edades decidan emigrar jugándose la vida para no
perderla en sus propias casas eso a mí me indica que los que huyen tienen la
certeza que es más seguro perder la vida en su casa que no en la huida luego
como siempre digo si queremos ayudar de verdad hay que hacer lo que sea para
parar el genocidio a que están sometidos en sus propios países.
El descontrol de las elecciones es un hecho que está
ligado a la curiosa coincidencia del hecho que primero en Catalunya se
necesitaron semanas de negociaciones y tres investiduras para consensuar un
presidente que además no fue el propuesto por los vencedores de las votaciones
electorales y que todo el proceso fue objeto de la crítica más dura contra el
proceso catalán de independencia.
Pero es que la historia se repite también en las
elecciones españolas donde no hay ganador y donde también van pasando las
semanas sin que se aclaren con el añadido de que el político con más votos y
con la nominación del Rey para el acto de investidura la “demora” y le dice al
rey que necesita más tiempo porque de momento no tiene posibilidad alguna de
ganar la investidura y así en un acto de honorabilidad retiene todo el proceso
de elección de nuevo gobierno en España esperando a ver si llueven apoyos del
cielo y nos deja a todos con el Rey incluido con un palmo de narices haciendo
un ridículo espantoso.
El problema de las elecciones españolas en el fondo va a
quedar como unas elecciones para la historia y no tendrán más importancia que eso,
pero lo que más preocupa es la crisis de los refugiados que está llegando a un
punto crítico que demanda un golpe de timón. La canciller alemana, Angela
Merkel, se está quedando aislada en su política de acogida sin que se vislumbre
una alternativa que permita afrontar el problema y evite una situación de sálvese
quien pueda de peligrosas consecuencias para la construcción europea.
La canciller no solo está siendo contestada de forma
pública en su propio país también en el conjunto de la UE. Lo lamentable es que
Merkel está siendo cuestionada no porque su propuesta de gestión comunitaria de
la crisis sea desacertada, sino precisamente porque no ha encontrado el apoyo
necesario para aplicarla. Y quienes más la culpan son quienes menos dispuestos
se muestran a contribuir a la solución. Esta es la cuestión,
la situación que Ángela Merkel ha creado y que propone NO ES LA ADECUADA, si lo
fuese los demás la hubiesen seguido y no lo es porque no ataca el problema,
sino que en realidad lo extiende y lo prolonga.
La situación de bloqueo a la que se ha llegado puede tener
consecuencias en el Tratado de Schengen. Y también empieza a poner en peligro
la propia Unión Europea porque la está dividiendo claramente entre los que acogen
y los que no acogen inmigrantes en la proporción que Alemania quiere. Donald
Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha advertido de que, si en dos meses no
se encuentra la manera de controlar las fronteras exteriores de la UE, la libre
circulación de personas que rige en 22 países saltará por los aires. Y dos
pesos pesados como Francia y Holanda se han sumado a las advertencias. El
primer ministro francés ha dicho en Davos que Europa no puede acoger a todos
los refugiados que llegan porque desestabiliza a los países que los reciben, y su
homónimo holandés ha avisado de que el propio proyecto europeo corre peligro si
cae Schengen.
El problema es la perspectiva de continuidad de los
flujos. Ni el crudo invierno ni los temporales marinos han disuadido a los
migrantes, que siguen llegando y muriendo en el intento. Alemania recibió en
diciembre entre 2.000 y 5.000 refugiados diarios. Si la distribución del millón
y medio que llegó en 2015 resulta imposible, la perspectiva de tener que ubicar
a otros tantos en 2016 desestabiliza por completo la política europea cosa que
es lo mismo que decir que desequilibra la Unión Europea, hecho que el que les
escribe ya viene diciendo desde hace meses porque no se trata de una inmigración
controlable porque es de una envergadura tal y compuesta por una simbiosis de
personas que no es uniforme en sus causas de emigración unos huyen y con ellos
llegan sus propios perseguidores con el objetivo que están consiguiendo
trasladar el la desestabilización de sus lugares de origen a Europa.
¿Qué hacer? Intervenir sobre las causas llevará un tiempo
que puede no ser corto, y mientras será difícil contener a los millones de
desplazados que ya se encuentran en Turquía o Líbano. Europa no puede, por otra
parte, renunciar a su política de acogida sin dañar uno de los fundamentos de
su identidad. La única salida es la contraria de la que la inercia apunta: no
menos, sino más Europa. Si algo se ha visto en esta crisis es que la debilidad
de Schengen no radica en que haya suprimido las fronteras interiores y eso se
convierta en un problema, sino que esa medida no se ha completado con un
sistema comunitario de control de las fronteras exteriores. Ahora es urgente.
No para sellar cualquier acceso de refugiados, sino para ordenar y encauzar los
flujos.
Pero esto es una absoluta fantasía de los políticos porque
donde está esta “más Europa” no hay más Europa lo que están pretendiendo es que
Turquía Egipto y los Balcanes supongo, se conviertan en una Europa llena de
inmigrantes no europeos esto no nos engañemos es acercarnos todavía más el
problema de fondo que provoca este efecto migratorio y desestabilizador. Los posibles
países de llegada no podrán contener ni gestionar la avalancha. Mirar para otro
lado no resuelve nada. La solución tiene que ver con controlar de una vez en su
lugar de origen los problemas que causan la emigración y pararla allá y no
sigamos engañándonos si hay que ir con las fuerzas militares a cambiar la situación
en Siria y derrotar militarmente le “EI” hay que hacerlo y deprisa.
Quienes pretendemos beneficiarnos de las ventajas del
libre comercio y la libre circulación y del mercado europeo y su organización debemos
asumir también ciertos deberes y responsabilidades, pero esto no significa
aceptar los problemas de los demás introduciéndolos y diluyéndonos en nuestras
fronteras sino en coger a estos inmigrantes organizarlos y juntarlos con
nuestras propias fuerzas militares y marchar con ellos a ayudarlos a que puedan
restablecer su hogar de donde les han echado. Y si la Unión europea no es capaz
de entenderlo y su intención es aceptar que los tiranos dictadores y los
inflamados militantes islamistas sigan conquistando terreno y enviándonos a los
expulsados es evidente que esto no parara por mucho que hagan “más Europa” y la
pregunta dentro de unos meses será ¿y ahora donde vamos los europeos que no
cabemos en nuestra Europa?
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