Los diferentes gobiernos españoles no consideran el “Estado” español más
allá de Madrid, desde esta posición de capitalidad central y centralista cuidan
sus propios intereses, económicos y de poder, acusarlos de centralistas no es
nada más que reflejar la realidad de siglos de historia. En España, un
político, un noble, un militar, un banco, todo aquello (excepto una industria) o
aquel que quiere sentirse o ser importante en el estado español, no tiene más
remedio que situarse en Madrid capital de la centralidad total de España.
Por ello es difícil sustraerse de usar genéricamente a Madrid para
revelarse desde Catalunya contra una situación de injusticia e incomprensión,
que probablemente no es general en la sociedad española, pero que si lo es y de
qué manera en la sociedad y los políticos de derechas, y también sin duda los
de izquierdas aunque sea obrera y que por supuesto sus sedes centrales están
como no en Madrid.
Es inútil seguir el camino de la política de la buena educación y la
negociación, Catalunya debe tomar conciencia de que debe enfrentarse de una vez
a su destino final, no hay otra alternativa, no se debe continuar enmascarando
una situación tan real como irreversible en ambos sentidos. El problema
principal es que la acción a tomar debe de surgir del débil, es decir de
Catalunya, España tiene todo el tiempo y toda la fuerza legal incluso la que
todavía no está escrita, pero que le permite hacer lo que quiera y le
proporciona todo el tiempo a su favor. Intentar desde Catalunya hacer una
política educada cuidadosa evitando al máximo conflictos políticos o incluso
sociales es dar la guerra por perdida por pura inanición.
Sea lo que fuere, lo que está claro es que no será España la que tome la
decisión de echarnos de su imperio por antipáticos. Esto es así y debería
entenderlo toda la clase política catalana, con más fuerza si cabe, que la
manifestada el pasado 11 de septiembre de 2013 por la sociedad. Si hay que
hacer algo, si hay que plantar cara a España, si hay que decir basta, o todo lo
contrario, es una cuestión que primero debe decidir Catalunya y su gente, y
esto no se puede prorrogar más, pues el daño que nos estamos haciendo es mucho
y muy profundo, y no lo duden ante estas dudas siempre sale perdiendo el más
débil es decir Catalunya.
Ahora en el momento actual con la situación de precariedad que se apunta
cada vez más en España, y desde la misma Europa del euro, en la que se
tambalean todas las uniones relativas, debido a que afloran las grandes
diferencias económicas y políticas entre los países que la componen, es el
momento de tomar una decisión, porque en estos momentos la afectación de España
sobre Catalunya es enorme.
Estamos a punto de ser barridos del mapa engullidos por la ruina económica
española, y si esto ocurre definitivamente, nunca más Catalunya será
diferenciada del resto de España, ni por el resto de europa, ni por nadie en el
mundo entero, habremos sucumbido como los Kurdos ante Turquía o los Apaches
americanos aunque en nuestro caso no ante un ejército, sino en medio de una
economía arruinada y una política ejercida por políticos de poco talante
democrático, que nos anularan para siempre porque nunca más tendremos la mas
mínima fuerza que nos permita emprender un camino independiente.
Para el conjunto de la política española dicen claramente, que ni siquiera
contamos ni les importamos un comino. Pero es falso el problema está ahí y
empieza a estar ya en boca de la sociedad española, que si sabe que no puede
prescindir de esa parte de PIB que surge año tras año desde este extremo de la
geografía ibérica, así que a ver si lo entendemos de una vez, España no nos va
a dejar ni preguntarnos si queremos ser españoles porque para ellos es nuestra
obligación y el que no lo siente así esta en un error.
Así las cosas o abandonamos el hecho
nacional catalán y tomamos conciencia absoluta de ser solo españoles, o todo lo
contrario, planteemos oficialmente y ante las autoridades españolas, quieran o
no, la firme decisión de iniciar el proceso de secesión de nuestra pequeña
nación sin más preámbulos, y si no están conformes, que sean ellos los que
recurran a los estamentos internacionales, y expliquen sus motivos y lo malos
que somos, y a ver si les hacen caso, esto debe enfocarse así y no desde
Catalunya.
Con educación, cuidado, y parlamentos, Madrid
no nos dejaran ni siquiera preguntarnos, si queremos ser españoles para ellos
lo somos y punto.
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