Gobierno, Partidos
Políticos, políticos, escritores, abogados, empresarios, artistas, y juristas,
economistas, todos tienen su opinión y la manifiestan más o menos abiertamente
refiriéndose a la ola secesionista alimentada desde ERC, CiU, IU, CUP y el PSC a
medias, es decir el 80% del Gobierno catalán, que preside Artur Mas. Todos ponen de
relieve que tal apuesta soberanista puede desbordarse por el malestar social ya
muy deteriorado por la crisis económica, y hay quien dice que los independentistas
cargan en ese malestar, (sin razón dicen) su particular idea de independizarse
de España.
Los independentistas
catalanes, no cargamos nuestro deseo de independencia a la sola idea de la economía
caduca e imposible de España, a esta realidad hay que añadir nuestra particular
idea de España, y a nuestra particular idea de nuestros sentimientos
nacionales, que no coinciden con lo que España pretende que adoptemos como
sentimiento propio. Si todos o la mayoría de opinantes y aconsejadores
españoles consideran que los independentistas “se proponen violentar la ley
democrática hecha por todos y para todos que es la constitución española” si
que en esto les doy la razón, aunque no en lo de “violentar”, porque aquí no se
trata de usar ninguna violencia, al menos por nuestra parte ni siquiera en el
uso del verbo escrito.
En algunos artículos
y comentarios se nos ataca, diciendo que Catalunya nunca fue un reino, ya lo
sabemos y eso es precisamente un signo de nuestra peculiar forma de ser y
sentir nuestra sociedad y nacionalidad, siempre hemos formado parte de algo y
generalmente fielmente. Cataluña fue durante la Edad Media uno de los
territorios que compusieron el patrimonio del reino de Aragón, conocido por la
historiografía posterior como la Corona de Aragón.
Tras la
desintegración del Imperio Carolingio, el condado de Barcelona, que había
formado parte de la Marca Hispánica del Imperio, alcanzó una independencia de facto a finales del siglo X, y consiguió
agrupar en torno a él, mediante vínculos familiares o de vasallaje, a una parte
importante de la actual Cataluña, principalmente los condados de Gerona, Osona,
Besalú, Cerdanya y Ampurias y ciertamente no tomo la forma usual de un reino
con un rey y aquí se empieza a notar la diferencia en las formas de ver la comunión
de intereses y libertades.
En el siglo XII, el
condado de Barcelona y el reino de Aragón se unieron dinásticamente mediante
los esponsales acordados entre Ramiro II de Aragón y Ramón Berenguer IV de
Barcelona en1137, por los que el conde barcelonés contraería matrimonio con la futura
reina aragonesa Petronila. De manera que la tierra Catalana formo parte de la
corona de Aragón con tanta importancia que están en suelo catalán las tumbad de
numerosos reyes de la corona de Aragón, concretamente me refiero al “Monasterio
de Poblet” que fue panteón real de la Corona de Aragón, desde finales del siglo
XIV hasta la extinción de la casa real de Aragón en el siglo XV
Posteriormente
la unión entre el reino de Aragón con el de Castilla cuando en 1469 se casaron
los reyes católicos Isabel de Castilla y Fernando de
Aragón en la capital castellanoleonesa de Valladolid, inicio el
camino de toda la historia común que nunca fue asumida enteramente por ninguna
de las dos partes. Creo que Catalunya siempre ha estado ahí con una mezcla de historia
propia y común a la vez, siempre ha sido buen vasallo y siempre una parte muy
importante dentro de las alianzas sostenidas, pero siempre mantuvo un punto de
diferencia en lo que respecta al sentimiento carácter organización civil y
lengua, hasta que surgió el imperialismo español, que no se conformo con tener
una nación que no asumía el hecho nacional que componía el imperio, y quiso
terminar con ello en 1714, y aunque no lo ha logrado, nunca podrán decir, (como
no dicen es cierto) que Catalunya ha sido intransigente o traidora a sus
deberes como súbdita, ni tampoco ahora como nacionalista.
Ahora parece que
forzada por las circunstancias económicas modernas Catalunya quiere decir
basta, queremos partir hacia nuestro propio destino porque no creemos que
España lo esté haciendo bien, porque su deriva vuelve al centralismo imperial
de aquella Castilla que forjo España, pero que olvido como he dicho muchas
veces, que no lo hizo sola, hubo otros reinos y otros ejércitos y hombres que
combatieron ayudando a liberar a la península Ibérica, (no a España) de la
invasión árabe. Al final se creó España pero no se ha conseguido del todo, ni
en todas partes incorporar el sentimiento nacional español que se nos reclama
casi a la fuerza como una obligación.
El problema de España
ahora es que no hay nuevo mundo que descubrir, así que en la actualidad y en el
próximo futuro no hay oro que expoliar, especies y esclavos con que comerciar,
no hay guerras que mantener con el fin de agrandar un imperio como ocurrió en
los siglos XV y XVI tampoco hay reyes como Carlos de Austria o Habsburgo, fue
rey de España con el nombre de Carlos I, el primero que unió en su persona las
coronas de Castilla, Aragón y Navarra, y fue además Emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico. Todo aquello se termino con el paso del tiempo y de los
desastres de la historia.
Estoy seguro que
España y Catalunya saben muy bien la historia de unos y otros pero como toda
historia, ya es pasado no creo que sacarla a flote ahora como parece que desde
España se intenta hacer, para pretender demostrar que esta le da derecho a
exigir obediencia y sumisión a una sociedad que piensa, habla y siente de forma
distinta y autónoma, me parece un mal camino, yo creo que a España le seria de
mas interés buscar aquella Catalunya secular que formando parte amistosa de y
con otros reinos ahora naciones, siempre dio grandeza y poder a quienes
supieron convivir con ella, sin querer apoderarse ni de su cultura ni de su
historia para anularla.
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