Sigue hoy lunes 12 de enero
del 2015 el desconcierto y el enfado de la sociedad catalana independentista no
hay ninguna posible explicación respecto al estúpido ridículo que están haciendo
los líderes políticos catalanes que se pueden considerar como motores de la transición
hacia una posible nación independiente catalana, y esto es grave tanto que
puede ocurrir que ya no sea posible hacerlo. La política otra vez se ha adueñado
de una lucha eminentemente social, haciéndola
o convirtiéndola en una lucha política, en una lucha por el poder de ser, o
peor aún, de parecer ser los que hacen lo que la sociedad ha pedido a gritos.
Todo indica que los
catalanes y las catalanas sabrán a finales de esta semana -el jueves o el
viernes, apuntó ayer el conseller de Presidència, Francesc Homs, e incluso el
martes, dijo el secretario general adjunto de ERC, Lluís Salvadó- en qué queda el largo pulso
mantenido por Artur Mas y Oriol Junqueras, con las entidades soberanistas sociales
como testigos activos, a cuenta de la hoja de ruta del llamado
"procés". Y, sobre todo, del calendario
electoral. Increíble la sociedad pone en manos de la política toda
una fuerza mayoritaria para que la conduzca a la independencia y estos políticos
se detienen para decidir la fecha y la forma de unas elecciones que el pueblo les ha exigido.
Ayer, y pese al bloqueo y la desconfianza cada vez más instalados en los respectivos cuarteles generales en puertas de la semana que se presume decisiva, está claro, todo indica que cada uno de los partidos soberanistas quieren una independencia, no LA INDEPENDENCIA esta es la triste realidad se intercambiaron en público mensajes algo más templados que los de los últimos días. Incluso se animaron mutuamente a levar ya anclas hacia Ítaca: "Presidente Mas, estamos a punto para zarpar, adelante!", animó el alcaldable de ERC por Barcelona, Alfred Bosch. "Abandonemos los escenarios de confusión y tejamos un espacio de complicidad en la mesa de negociación", le respondió el coordinador general de CDC, Josep Rull.
Pues no lo parece más bien todo lo contrario todo indica que CIU quiere
una independencia y ERC quiere otra y la CUP no sabe que quiere o mejor dicho
cual quiere quizás si pudiese haría otra propia los socialista quieren una federación
imposible y los restantes que todo siga como está, este es el panorama que
nadie sabe desbloquear. Lo intentamos más de un millón trescientos mil
soberanistas pero desgraciadamente no sirvió para nada, parodiando a Felipe II
tras el desastre de la armada invencible. No
fuimos los catalanes a luchar contra los políticos simplemente fuimos a votar por
una independencia.
Ayer, y pese al bloqueo y la desconfianza cada vez más instalados en los respectivos cuarteles generales en puertas de la semana que se presume decisiva, está claro, todo indica que cada uno de los partidos soberanistas quieren una independencia, no LA INDEPENDENCIA esta es la triste realidad se intercambiaron en público mensajes algo más templados que los de los últimos días. Incluso se animaron mutuamente a levar ya anclas hacia Ítaca: "Presidente Mas, estamos a punto para zarpar, adelante!", animó el alcaldable de ERC por Barcelona, Alfred Bosch. "Abandonemos los escenarios de confusión y tejamos un espacio de complicidad en la mesa de negociación", le respondió el coordinador general de CDC, Josep Rull.
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