El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, afirmó hoy que
una de las prioridades del nuevo Gobierno será renegociar la deuda, luchar
contra la corrupción y la evasión fiscal, ayudar a las pymes y combatir el
desempleo. Entre tanto los mercados tiemblan hoy tercera sesión de caídas en la
bolsa de Grecia, los bonos a cinco años marcan máximos y la prima de riesgo
roza los 1.000 puntos, reflejo claro de que el capital deja sola a Syriza
de momento en Grecia ahora solo falta esperar a ver qué pasa en la UE.
Tsipras afirmó que una de las prioridades del nuevo Gobierno de
"salvación social", será "la renegociación de la deuda griega
con los socios", con vistas a una solución que sea en "beneficio de
todos". "Tenemos un plan griego para hacer reformas sin incurrir en
déficit, pero sin superávit primarios asfixiantes", dijo Tsipras. Evidentemente
esto es muy bonito pero completamente falso y de Grecia ya tenemos experiencias
de que esta más en el Olimpo que en la tierra.
El líder izquierdista me temo que se cree un descendiente directo
de algún dios del olimpo no se todavía de cual y lo digo porque ha afirmado que
"Grecia está lista para contribuir a una solución para toda Europa",
y celebró que para mañana mismo está prevista la visita del presidente del
Parlamento Europeo, Martin Schulz, y el viernes la del el Eurogrupo, Jeroen
Djisselbloem. "Las negociaciones con ellos serán muy útiles", aseguró.
Seguro porque si es cierto que un país arruinado y con unos doce millones de
habitantes tiene la solución para toda Europa, desde luego podremos considerarlo
un dios.
En su discurso de apertura del Consejo de Ministros, Tsipras
afirmó que el Gobierno "de salvación social" debe "acabar con el
clientelismo político y la corrupción" y aplicar las "reformas que no
se han podido hacer durante 40 años". "Estamos aquí para acabar con
el clientelismo político y con la corrupción y para poner fin al Estado que
funcionaba contra los intereses de la sociedad", dijo, para recalcar que
la lucha contra la evasión fiscal será de máxima prioridad. Es como si hablase
Pablo Iglesias pero cambiando “la caspa” por la clientela.
También anuncio como prioritario "el reinicio de la
economía", ayudar a "las pequeñas empresas que están en riesgo de
bancarrota", y una "política para reducir el desempleo". Yo diría
que las tres cosas son las mismas el problema es que donde están las empresas
para reflotar y para que contraten desempleados "Este Gobierno es el
primero de una nueva era. No tenemos derecho a cometer errores", afirmó, y
añadió que el Ejecutivo no debe olvidar que es "un Gobierno de salvación
social", que tiene que devolver a los ciudadanos "la sensación de
seguridad y de dignidad" realmente peligroso todo esto no lo puede hacer
ni tiene empresas ni tiene por lo visto el apoyo del capital griego y aya no
digamos con estas perspectivas el capital internacional.
Antes de que comenzara el Consejo, el ministro de Reconstrucción
Productiva, Medio Ambiente y Energía de Grecia, Panayiotis Lafazanis, anunció
que el Gobierno paralizará "inmediatamente" todo proceso de privatización
de las eléctricas, el nuevo ministro de Trabajo, Panos Skurletis, confirmó que está
previsto restaurar el salario mínimo de 751 euros brutos, frente a los 586 que
regían en la actualidad. Skurletis también afirmó que se restablecerá las
negociaciones entre sindicatos y la patronal. La Sanidad ha sido otro de los
temas del día. El gobierno restaurara el acceso universal al sistema público de
salud y anulará los pagos impuestos sobre la atención hospitalaria y los
medicamentos.
Para un primer día el proyecto de Syriza es espectacular pero lo
malo es que no explican cómo lo van a pagar, ni tampoco explican si va a ser
solo propósitos como ocurre en los regímenes comunistas y populistas donde la
gente vive de promesas y sueños que jamás llegan por culpa de los demás, nunca
por la imposibilidad manifiesta de los recursos del propio país, en el fondo
Syriza está pidiendo un milagro a la UE pero lo malo es que no lo pide rezando
a sus dioses sino que lo exige con la amenaza de un chantaje que sabe asusta
mucho a Bruselas el salirse de la economía del euro.
La zona euro tiene prisa por cerrar un
acuerdo con el Gobierno de Alexis Tsipras para poner fin cuanto antes a la
incertidumbre sobre el futuro económico y financiero de Grecia, puesto en duda
por los mercados tras la victoria de la coalición de izquierdas Syriza en las
elecciones del pasado domingo. El presidente del Eurogrupo, Jeroen
Dijsselbloem, decidió ayer trasladarse este mismo viernes a Atenas para
entrevistarse con el nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, y conocer de
primera mano sus intenciones en relación con el rescate financiero.
La cita del viernes iniciará la cuenta
atrás para una posible prórroga del rescate actual, del que quedan más de
33.000 millones disponibles entre los recursos del fondo de rescate de la zona
euro, del FMI y los beneficios de los bancos centrales por la compra de bonos
griegos. Para continuar con el rescate es imprescindible que Atenas cierre el
acuerdo con la troika (CE, BCE y FMI), bloqueado desde el año pasado por las
discrepancias de esos organismos con el Gobierno de Antonis Samaras.
El acuerdo permitiría mantener la
disponibilidad de los recursos pendientes y facilitar la negociación de una
salida escalonada del rescate o la aprobación de un tercer rescate. La continuidad
del rescate abriría también a Grecia la puerta para acogerse al plan de compra
de deuda aprobado la semana pasada por el Banco Central Europeo, como recordó
ayer mismo el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Pero no parece
que esto sea el proyecto de Antonis Samaras.
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