sábado, 10 de enero de 2015

LOS DESENGAÑOS DE LA SOCIEDAD QUE CREIA EN LA POLITICA



Los políticos y la política nos ha llevado al peor de los desencantos que puede sufrir una persona, darse cuenta que lo que hasta ahora creía un derecho, es pura demagogia para que unos pocos vivan a costa de unos muchos, así hoy descubren muchos hombres y mujeres de nuestra sociedad, que los derechos cambian en función de las circunstancias, y esto hace mucho daño pero hay que afrontarlo porque es la realidad y cuanto antes nos demos cuenta de ello antes podremos todos juntos actuar en una misma dirección para recuperar los servicios (que no derechos) de los que tendremos que prescindir a partir de ahora.

Lo primero que hay que entender es que en Democracia todo cuesta dinero, la democracia es un sistema de convivencia y gobernabilidad, que conlleva esta condición a fin de que todos seamos más o menos iguales, es decir nos da la libertad de poder llegar y ser lo que podamos alcanzar por nuestros propios medios y espíritu de lucha, en contra de otros sistemas, en que el ser humano es lo que le dejen ser otros más ricos o de más alta cuna que él, es decir sin democracia no eres dueño de tu futuro, por esa razón únicamente se dice que la democracia es el menos malo de los sistemas de convivencia social y política.

Pero las libertades y todo lo que la democracia pone al alcance de la sociedad que la adopta como forma de convivencia y gobernabilidad, cuesta dinero, la Democracia conlleva anexo a su aplicación el sistema Capitalista, son inviables las libertades individuales sin una forma de valoración de las mismas, si no fuese así, no tendríamos noción de que gozamos de iniciativa y libertad para hacer lo que un individuo pueda libremente y por su esfuerzo conseguir.

Esta realidad conlleva que la sociedad debe correr con el sustento de su democracia, si quiere que sus necesidades se socialicen y las disfruten mas individuos, facilitándose así, que otras personas partan con unas premisas comunes que les faciliten su superación y libertad, pero eso no convierte a las mejoras comunes, en derechos comunes, la democracia que es una idea que traducimos en un sistema real y palpable en un sistema político y en un  gobierno, para que dirija y administre precisamente eso, los bienes comunes que podemos conseguir, necesita de los esfuerzos de la sociedad que gobierna, y por supuesto de la honradez y sabiduría de los encargados para administrarla que son elegidos por los demás miembros de la sociedad.

Los años han hecho que la democracia se manipule por parte de los gobernantes, que precisamente han actuado al contrario de lo que debían haber hecho,  los políticos y la política ha tomado la democracia como rehén de sus intereses, y han escondido muy hábilmente a sus sociedades las duras realidades del sistema, para así sacar provecho de él, por medio de los votos que hacían que se perpetuasen sus prebendas y su continuidad. Mientras la Democracia aplicada en la forma de gobierno de cualquier sociedad, no ha tenido problemas de crecimiento, y ha dispuesto de unas economías suficientes para ofrecer más servicios y seguridades al individuo, todo ha ido muy bien, lo malo es que nadie ha dicho nunca a su sociedad, que lo que recibía de su estado democrático  no era un derecho, sino un retorno de su inversión.

Y ahora vienen los desengaños y las exigencias de derechos que no son tal, no es derecho el empleo, no es derecho la sanidad universal y gratuita, no es derecho la vivienda digna, no es derecho la educación,  no es derecho la subvenciones por desempleo, no es derecho la pensión de jubilación, solo es derecho todo esto y más, si la sociedad lo financia mediante su riqueza y esfuerzo común, y por medio de sus impuestos hace que su democracia sea rica y prospera, y desde luego vigile que sus gobernantes no se lo malgasten en acciones y beneficios propios, en lugar de administrarlos y aumentarlos si cabe en bien de la sociedad común.

De aquí la importancia de la situación de la economía actual, nos estamos jugando el sistema de vida que nos ha traído hasta aquí desde hace siglos, y será muy triste que no sepamos reflotarlo y reavivarlo para que continúe siendo el menos malo de los sistemas de convivencia entre los individuos que formamos una sociedad, hay que entender que lo que nos estamos jugando no es banal, el que las medidas a tomar por nuestros gobernantes sean unas u otras, no se debería de contemplar de acuerdo a las necesidades o anhelos individuales, sino las necesidades comunes las que afectan a todos, y sean las que sean, gusten o no gusten, si llegan a una solución habrá que asumirla y no reclamar unos derechos perdidos porque que no son tal. Y si lo remontamos entre todos lo más rápidamente posible todos estos “derechos” los recuperaremos.

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