El mundo económico al completo, las bolsas, los
bancos, los economistas, los valores y productos financieros y los generadores
de riqueza real como el mundo empresarial, están desorientados por completo
porque no saben por dónde van la economía mundial, yo creo que esta situación
es errónea y hasta que no lo comprendan el problema no se solucionara, creo que
la situación que se empezó a producir en el 2008 con la sorpresa de la crisis
de las subprime y la quiebra de Lehman Brothers se viene agudizando porque
entiendo que la economía como técnica y negocio, sigue sin adaptarse a la
realidad posterior que creo que será la futura.
No solo es este hecho fundamental el que me orienta a
pensar que ha de haber un cambio de conceptos y de actividad a la hora de
aplicar la economía como concepto orientativo y de gran importancia para
aplicar la política de vida y gobierno de la sociedad mundial actual el otro
factor que repito una y otra vez es la globalización del mundo globalización
que ha alcanzado ya todos los aspectos propios de la vida humana, de la industria
y de la economía.
Si ustedes leen los periódicos especializados o las
páginas de economía de la prensa en general verán que solo hay quejas por parte
de los economistas los bancos no funcionan los mercados no reaccionan el empleo
no sube, la producción mundial tampoco etc. Y esto lo remarcan como si la culpa
fuese que el mundo no les hiciese caso es decir el que está equivocado es el
mundo, no la economía y los economistas, creo francamente que esto es de una
ceguera y una soberbia que si no cambia nos puede llevar a grandes dificultades
económicas y sociológicas.
Es necesario que el mundo de la economía entienda que
no son ellos quienes manejan el mundo (que es lo que en realidad quieren), sino
que ellos deben manejarse de acuerdo a los movimientos de cambio que se suceden
en todo el mundo. Es decir, es el mundo el que manda sobre la economía y no la
economía la que puede decirle al mundo como debe comportarse. Es algo tan
sencillo como pensar que la economía ordenase al fenómeno del niño, por
ejemplo, que parase ya, porque está causando muchas pérdidas en las zonas del
pacifico de américa central, o que la economía pudiese obligar a que los pozos
de petróleo se secaran durante un tiempo porque ahora hay demasiada oferta y
los precios de venta desequilibran los planes económicos de numerosos países
productores de petróleo.
Esta es la realidad las circunstancias mundiales
cambian constantemente unas veces por efectos naturales y otras por efectos
políticos o de intereses de una parte u otra de este mismo mundo y estas
realidades son las que la economía debe absorber y buscar la manera de que
produzcan los menores daños y los mejores beneficios a la misma vez lo que no
puede pensar es que como no me va bien estas causas significa que el error es
del mundo que no sigue las normas adecuadas.
Tras el aldabonazo del Deutsche Bank de hace unos
días, cuando se desplomó ante las dudas de que no pudiera pagar su deuda, el
viernes fue Société Générale (SG) el que golpeó muy duramente al sector
financiero y, de paso, a todas las bolsas. El banco francés advirtió de que no
podía mantener intactos sus objetivos de rentabilidad para este año a causa de
las incertidumbres sobre la regulación y las perspectivas de la economía. El
aviso no sentó nada bien al mercado y SG perdió un 12,6% en bolsa.
Toda la banca, ya muy tocada desde inicios de año, se
hundió literalmente en los parqués. “El mercado son números en el medio y largo
plazo, pero en el corto se mueve por el miedo. Sencillamente porque no sabe y
no puede dominar la realidad de la situación concreta, el “efecto rebaño” deriva
en una estampida en la que todo está en venta y los datos positivos son
engullidos por la vorágine de inquietud y desconocimiento real de la situación
y en parte es lógico porque no solo es que el “rebaño” no sabe que pasa sino
que los causantes de la alteración que provoca el pánico no la explican no la
anuncian y digamos no cumplen con la ética profesional que su responsabilidad
frente a millones de personas tienen.
El pasado jueves, por ejemplo, se conoció que los
subsidios de desempleo cayeron en 16.000 la semana pasada en Estados Unidos, lo
que muestra la fortaleza de su mercado de trabajo, con una tasa de paro del
4,9% de la población activa. Pero el mercado lo ignoró. el Dow Jones perdía más
de un 2% y los inversores salían en tromba de la bolsa para comprar “treasuries”
–bonos del Tesoro–, pese a su baja rentabilidad. En lo que va de año, la
demanda de estos bonos a diez años se ha multiplicado, lo que ha elevado su
precio y ha provocado que el rendimiento pasara del 2,3% al 1,6%.
Con los mercados tan revueltos y la escasa visibilidad
actual, los inversores acuden a los refugios habituales: los bonos más seguros,
como los de Estados Unidos o Alemania –ayer, éstos cayeron al 0,188%–, el oro y
el yen, entre otros. En este grupo no está el dólar, que prosigue con su rally
frente al euro de los últimos días, en los que ha pasado de 1,08 a 1,13 dólares
esto como ya saben los que me siguen es una barbaridad que se empeñan una y
otra vez en mantener los especuladores de divisas y que los inversores se lo
creen y compran euros dentro de unos pocos meses será una debacle porque es
imposible que un euro valga un 13% más que un dólar por la sencilla razón que
la economía americana funciona y la europea no.
Esta disfunción ocurre simplemente porque, en contra
de lo que dejó entrever la Reserva Federal en diciembre, hoy el mercado da más
posibilidades a un recorte de tipos que a nuevas subidas este año que no haya
más subidas puede ser pero que la FED vuelva a tras esto no me lo creo. Se
trata de un pronóstico estadístico, que muestra la realidad subyacente que es
el lógico, casi nadie cree ya que Janet Yellen suba los tipos este año.
En definitiva: el euro, el dólar, el Yuan, la China.
los EE.UU., la CE. el petróleo. las guerras islámicas, la invasión de Europa
por los islamistas, Rusia que se vende y clama por otra Guerra fría, estas son
las realidades entre otras que produce el mundo y lo que no se puede decir es
que como algunas no van bien a según qué economías son un error, el error es no
adaptar las economías al mundo y sus circunstancias y no al revés.
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