Los principales representantes de los empresarios y
trabajadores españoles concluyeron ayer tras reunirse por separado con el líder
socialista que el programa de Pedro Sánchez para formar Gobierno supondrá una
subida de impuestos para costear las medidas que propone en el ámbito social y
económico. El presidente de la Confederación Española de Organizaciones
Empresariales (CEOE), Juan Rosell, y de Pequeñas y Medianas Empresas (CEPYME),
Antonio Garamendi, consideraron que el texto tenía "buenas
intenciones", pero echaron en falta el análisis de lo que cuesta cada uno
de sus puntos.
"En el plano económico hemos de tener los pies en la
tierra", dijo Rosell, pidiendo a Sánchez que concrete "lo que se
puede y lo que no se puede hacer". "Los números tienen que cuadrar al
final, cumplir el objetivo de reducción de déficit y empezar a pagar la
deuda". Garamendi dijo que las propuestas podrían costar hasta 60.000
millones de euros, lo que en su opinión supondría tener que duplicar el
impuesto sobre el valor añadido (IVA) o el impuesto sobre la renta (IRPF).
El PSOE, que quiere realizar una reforma fiscal que
incluya la tributación de la riqueza, no ha defendido una subida del IRPF, que
es rechazada por Ciudadanos, mientras que Podemos apuesta por aumentar la
presión fiscal a los más ricos.
Por su parte, los sindicatos, que valoraron muy
positivamente el proyecto enviado por los socialistas a los partidos políticos
para tratar de gobernar, dijeron que para conciliar la consolidación fiscal con
el rescate social y la lucha contra la desigualdad era imprescindible
incrementar los ingresos públicos mediante una reforma fiscal.
"Hay que modificar el IRPF, derogar la irresponsable
rebaja fiscal que aprobó en su día para 2016 el Gobierno del Partido
Popular", dijo el secretario general de la Unión General de Trabajadores,
Cándido Méndez, tras reunirse con Sánchez.El secretario general de Comisiones
Obreras, Ignacio Fernández Toxo, insistió en esta misma línea y dijo que España
debía "recuperar potencia de recaudación fiscal para atender las
necesidades sociales".
Ambos dijeron además que tenían una visión "más
ambiciosa" sobre reducción de déficit que el programa de Sánchez, que
prevé acordar con Bruselas una senda más gradual que la prevista actualmente
para situar el déficit en el entorno del 1 por ciento en 2019, frente al 0,3
pactado con Bruselas para 2018. "La necesidad de solucionar el problema
del paro, de reparación de los servicios públicos, de acabar con la pobreza, es
probable que exija aún más flexibilización del déficit", dijo Toxo.
Bruselas ha advertido que el próximo Gobierno español
debe reducir el déficit público, ya que su previsión es que termine 2015 en el
4,8 por ciento del PIB, frente al objetivo del 4,2 por ciento, y en 2016 en el
3,6 por ciento frente al 2,8 por ciento pactado.
El líder de CCOO fue optimista sobre las posibilidades de
que Sánchez logre pactar con Podemos, que ha pedido a los socialistas un
Gobierno de coalición que incluiría también a Izquierda Unida, subrayando las
coincidencias en sus programas. "Lo tienen relativamente sencillo",
afirmó.
Es evidente que las fuerzas sindicales y empresariales de
España están ya poniendo la venda sobre una herida que adivina, pero que todavía
no existe, pero no hay duda que existirá. España no presenta ninguna esperanza
ni ningún plan de reactivación ni económica ni industrial todo otra vez lo basa
en la recaudación de impuestos unos impuestos que ante la perspectiva interna y
mundial van a ir cayendo por la falta de productividad y consumo mundial "Nos
encontramos con un riesgo cierto de una recaída económica a nivel internacional.
Entiendo que ahora España esté en unas negociaciones políticas
sin una dirección concreta pero lo que más me preocupa no es si gobernara Sánchez,
o Iglesias, o Rajoy, lo que más me asusta es que en todas las discusiones entre
los líderes políticos ninguno presenta un programa de como reactivara España a
lo máximo que llegan es a decir que restructuraran la deuda y que pedirán alargar
el límite de déficit, es decir todo apunta que la solución de la economía de España
será dejar de pagar parte de la deuda y aumentar el gasto público (que no
quiere decir social) es lo que se desprende de lo que se va filtrando en la
prensa y en las opiniones de empresarios y sindicatos.
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