martes, 31 de enero de 2012

PODRIA SER UN FUTURO DE GESTION ALTERNATIVO



Estamos viviendo las consecuencias de dos tormentas perfectas: la mala gestión de los responsables públicos y políticos, y de la especulación desmedida y objetivos de beneficios sin freno de la economía de los mercados por así llamarla.

La libre economía de mercado o la liberalización de la economía como prefieran, son consecuencia de la evolución de la sociedad moderna, la necesidad de abastecer a la sociedad de unos incentivos, que consigan que el mundo capitalista no se detenga, nos han traído unos problemas impresionantes que han llegado a poner en riesgo de quiebra, a todo un sistema económico que ha venido siendo hasta ahora, el motor del mundo libre. Parece que por un momento que estamos parado el golpe y nos hemos quedado a las puertas del desastre, con todo y haberlo contenido, la realidad es que nadie sabe hasta cuándo, porque la economía de mercado sigue imparable y su ciclo no tiene fin en las circunstancias actuales y tampoco futuras si no se toman medidas.

He llegado a la conclusión, que el verdadero problema no es la libertad salvaje de que goza la economía de mercado, su agresividad, la especulación, sus tretas de mercado, sus desajustes, sus fracasos y sus éxitos, son propios de su desarrollo, por mucho que haya puesto en peligro a nuestro mundo, no podemos pensar en regularla, en encauzarla, en ponerle frenos para dominarla, esto no solo no sería la solución, sino que empeoraría las cosas, porque esto, pararía el mercado, la producción, y finalmente el mundo capitalista del que formamos parte directa.

La economía libre los mercados financieros, han existido siempre, pero no siempre habían tenido la incidencia tan brutal que tienen ahora, porque los elementos que impulsaban el desarrollo de la sociedad eran otros, hace años los grandes hombres, las influyentes fortunas, que podían con su actuación hacer subir o bajar el nivel de vida de la sociedad, eran las empresas industriales o de servicios, que empleaban a miles de personas, hoy no es así, las grandes fortunas, los que tienen la capacidad de arruinar a empresas, instituciones, países, y si se tercia a un continente entero, ya no son empresarios ya no producen nada, solo mueven números entre al activo y el pasivo.

Pero con todo y admitiendo esta realidad, no podemos detenerla, no podemos ya prescindir de este motor salvaje pero necesario, para que el mundo material se mueva, y no se pare hundiéndose en la recesión más brutal de la que jamás se llegaría a salir, porque después de ella, no quedaría el mundo tal y como lo conocemos ahora.

Aceptando esto, lo que hay que hacer es considerar a la economía libre y desregulada como un nuevo sector empresarial, que se mueve en un mercado cuyo producto es hacer que fluyan los negocios las empresas, y el dinero de y para uso privado, con sus bancos, con sus agencias de calificación, con sus préstamos, con sus inversiones, con sus trampas, y con su agresividad, pero separarla completamente de la economía pública o social, propia de los gobiernos de los estados del mundo.

Si señores y señoras se trata de dejar hacer libremente a la economía de mercado, y crear independientemente la economía de estado, esta dualidad además hay que planificarla sin ninguna posibilidad de comunicación o trasvase alguno. Los problemas que estamos sufriendo, no se terminaran mientras la economía especulativa del mercado, pueda y hoy en día deba intervenir para financiar y sostener a la sociedad, sus servicios sanitarios, su educación, sus políticos, su policía, su ejército, su presidente, y ya por último su moneda.

Deben haber sin remisión dos economías para mi es evidente, y no es ninguna novedad la coexistencia de actividades privadas y públicas actuando a la vez en nuestras sociedades modernas, la sanidad, la educación, son ejemplos claros de ello al menos en España. Los estados grandes o pequeños deben componer sus necesidades financieras con recursos públicos, obtenidos de los impuestos fiscales, y de sus actividades productoras de servicios públicos, o iniciadoras de aplicaciones tecnológicas, o de lo que se considere actividad nacionalizada o pública, y con esos ingresos formular sus presupuestos políticos, sociales, y materiales, deben tener sus depósitos de garantías en su Banco Central Nacional que evidentemente seria el emisor y garante de la divisa oficial en curso pero desde donde no podrían nunca ni pedir prestado ni ofrecer préstamo alguno  a la economía privada. Es evidente que las naciones serán más o menos grandes, ricas, y poderosas, de acuerdo a la capacidad de obtener sus ingresos públicos.

Por otro lado y como una rama de actividad empresarial más, existiría la economía de mercado, con sus bancos comerciales y de inversión, sus mercados de valores, sus agencias de calificación, sus brókeres, a y muy importante sus impuestos a pagar a las haciendas de estados, como cualquier otra empresa productiva, en estas condiciones  si podrán actuar sin regulación alguna, solamente el cumplimiento de la legalidad impositiva por parte del estado, por los beneficios, desgravaciones por perdidas, controles de antimonopolios, y las propias leyes que sus propios estamentos se impongan, en fin como cualquier otro mercado o actividad de libre funcionamiento, dentro de la libertad mercantil establecida en las leyes del mercado libre.

Les aseguro que no bromeo en absoluto, si este esquema económico hubiese estado en vigor, quizás Grecia no existiría ya, porque el expolio de sus gobernantes la hubiesen dejado sin recursos, y la gente o se hubiese ido del país, o levantado en un acto de revolución contra sus gobernantes, pero les aseguro también, que no tendrían ninguna deuda soberana que les martirizará durante los próximos 50 años, les digo también que no existiría ninguna otra deuda soberana con la que especular, y con la que amenazar la supervivencia de estados y sociedades, y les digo más, seguro que seriamos todos más ricos porque no deberíamos nada más, que lo que cada uno de nosotros pudiese haber asumido u obtenido, por su trabajo, negocios o negociado en la economía de libre mercado.

No se hubiesen podido hacer aeropuertos fantasmas, no se podrían haber hecho edificios glamorosos porque si, no se hubieran hecho redes deficitarias de trenes de alta velocidad, pabellones en pueblecitos de 3000 habitantes, etc. con dinero prestado a los estamentos públicos, por los bancos privados, no hubiesen podido ofrecérselo, la ley no lo permitiría, entienden la diferencia, y no crean que les estoy planteando un país sin desarrollo urbanístico, ni trenes de alta velocidad, ni sin pabellones para ir a jugar y hacer deporte, ni mucho menos, solo que estos equipamientos estarían financiados y construidos para ser negocio, y pagados por la economía de mercado que les aseguro que no iría por ahí tirando el dinero, como si van los que no les cuesta nada pagarlo porque sus desmanes los pagan otros.

Por contra si tendríamos asegurada una sanidad pública, las pensiones públicas, la educación pública, los servicios para uso lúdico o transporte públicos hasta donde llegasen las posibilidades presupuestarias y recaudatorias del estado y su economía pública, también serian del estado las infraestructuras públicas esenciales y estratégicas para el desarrollo del país, y tendríamos los funcionarios públicos y POLITICOS los justos y necesarios, ni uno más ni uno menos,  y otra cosa importante, podríamos controlar las cuentas del estado conociendo que han ingresado y que han hecho con nuestros impuestos.

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