Creo que la
mayoría tenemos una confusión existencial muy introducida dentro de nuestro
cerebro más primitivo: somos o nos han hecho así las circunstancias de la vida,
de la historia, nuestros antepasados o todas a la vez el hecho es que nos han
convertido en simples personas “civiles” dicho de otro modo tenemos muy metido
dentro de nuestro sentimiento interno que somos PUEBLO.
Esta
inclinación consustancial, en los tiempos que nos toca vivir, nos está
condicionando mucho y nos quita valor frente a las realidades que ahora nos
rodean, creo que somos objeto de una manipulación muy fácil por parte de unos
pocos, pero quizás ya demasiados poderes ejercidos por otras personas, que sin
ser más que los demás, han conseguido ejercer unos roles de verdadera
supremacía sobre los designios de vida y de realización humana sobre sus
propios congéneres.
El problema
de esta situación como decía, no es nuevo, esto es así desde que el “homo
sapiens” apareció en la faz de la tierra y se agrupo en parejas primero y en
manada en un número mayor de dos, desde estos momentos surgieron dos categorías
los que dirigían y los que seguían a los dirigentes, en el caso de pareja el macho
era seguido por la hembra porque proporcionaba fuerza y alimento por lo tanto
seguridad, y en la manada el que dirigía a los otros hombres para sacar mayor
provecho de las fuerzas de la manada, o digamos ya del grupo o tribu, y que
también ofrecía ventajas a todos los que le seguían de lo contrario esta figura
no hubiese existido jamás.
Lo cierto es
que esta relación de seguir las iniciativas de un “líder” se nos metió dentro
de nuestras costumbres naturales, quizás incluso empezó a formar parte de
nuestros genes, aunque supongo que un experto me corregiría y me diría que en
los genes no se introducen cambios de costumbres, pero pido que intenten
comprender lo que quiero decir, pienso que esta relación, se ha quedado dentro
de todos nosotros y de una forma u otra se convirtió en algo natural, con una
salvedad importante que fue apareciendo con el paso de los siglos y con el
aumento de la población, y es que la actitud de seguir al primate de la tribu, cambio con el tiempo a ser la
obligación de “obedecer” al
que manda.
Extenderme
más en esta evolución social no creo sea necesario, cada uno de ustedes amable
lector vaya añadiendo: etapas, civilizaciones, siglos, llegue a organizaciones
de reinos, de estados, sazónelo con civilizaciones y religiones, y llegara
hasta este mismo momento en que escribo este filosófico articulo. Bien yo
quería situarle aquí y ahora, porque es ahora cuando creo que esta realidad nos
puede estar haciendo mucho daño, creo sinceramente que el objeto que la impuso,
que no fue nada más que la necesidad de sobrevivir se ha sobrepasado y ya no
tiene sentido, y ante esta evolución lo que ha pasado es que los que obedecemos,
(el pueblo la sociedad civil) hemos aumentado exponencialmente, y los que nos
mandan siguen siendo unos pocos en el mejor de los casos, o incluso uno en
otros.
Esta
evolución produce ahora unas injusticias y desequilibrios que desde luego no
son razonables, así podemos leer que la fortuna del mundo está en manos de unos
miles, que las grandes “tribus” solo son 193 por lo que se puede deducir que
más de siete mil millones de seres
humanos, vamos de una forma u otra detrás de 190 lideres, está claro que
esto es una aberración irracional, porque ya estos líderes no podrían
protegernos, guiarnos y defendernos, como aquel líder que salía a cazar con
diez o doce hombres como él, para llevar alimento a la tribu o para evitar que
otra tribu les quitara el que tenían.
No crean que
voy a decirles ahora que no necesitamos a la ONU, o a los innumerables lideres silenciosos
que se acoplan formando gobiernos, y ministerios,
que requieren ya cientos de miles de sublíderes, que a su vez requieren
millones de personas que hagan un trabajo absolutamente burocrático, que sirve
no tanto para dar protección y seguridad al pueblo como nos lo quieren vender,
sino para tener ellos el conocimiento de todo y de todos y con ello, el poder
sobre la nación, las ciudades, los pueblos, “en definitiva la tribu”, y para
hacer que me pregunto, ahora ya no hay que ir a cazar ya no hay que ir a
guerrear, solo hay que imponer impuestos para …… que? esta es la cuestión.
Ahora vemos y
vivimos como toda esta organización de líderes, no puede dominar su propia
magnitud, los desequilibrios que se han creado son más fuertes que ellos, no
pueden dominar los recursos naturales, no pueden repartir la riqueza, ni los
alimentos que los siete mil millones
de seres humanos producimos unos y carecemos otros, y necesitamos todos, y la
pregunta es, ¿para qué lo hacemos? pues para satisfacer a unos siete millones
uno más o menos, de personas consideradas ricas, la humanidad vive como puede y
hay solo 1 de cada mil que lo “disfruta”, la cosa esta clara que no funciona.
No me
pregunten que quiero hacer con todo esta realidad, no lo sé muy bien, solo
quiero hacerles ver que no se puede seguir siendo simplemente sociedad o pueblo,
y dejar que otros nos usen como creo que jamás se ha usado a la humanidad,
porque por muy duro que fuesen épocas antiguas, donde pocos o ningún escrúpulo
había sobre la propiedad de la vida humana inclusive, la realidad de hoy es
mucho más terrible por la proporción existente entre el salvaje aprovechamiento
de la vida humana para el beneficio de unos pocos, realmente muy pocos. Nos
toca a la sociedad arreglar esto no esperemos que nos lo arreglen, porque los
“lideres” ya no lo son, han cambiado el espíritu de líder que en el fondo
significa guiar y sacrificarse por la tribu, por el de aprovechar la tribu para
sus propósitos muchas veces inconfesables.
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