Hoy 21 de enero de 2014 a las 20 horas, España
obliga a la Comunidad de Valencia a desconectar las emisiones de Catalunya
radio para que no sea posible escuchar el catalán, lengua hermana del
valenciano lo más doloroso de esto es que ya hace meses la propia Comunidad Valenciana
en manos del Partido Popular español ya había cerrado la Televisión Valenciana,
es decir, España anula la posibilidad de oír y ver a una sociedad, la valenciana,
el mundo en su propia lengua.
Es difícil sustraerse de usar el apelativo
genérico de España para revelarse desde Catalunya contra una situación de
injusticia e incomprensión que probablemente no es general en la sociedad
española, pero que si lo es y de qué manera en la sociedad de derechas nacional
española. Todos los reproches que desde la derecha española se vierten contra
el sentimiento del ser catalán, tienen su misma contrapartida en sentido
contrario. Dicho de otra manera más entendible, tanta antipatía produce el ser
y sentir catalán a la derecha Española, como el absolutismo y la imposición del
centralismo nacional español produce en el sentimiento y ser catalán.
Es inútil seguir el camino de la política, de
la buena educación, y la negociación, Catalunya debe tomar conciencia de que
debe enfrentarse de una vez a su destino final, no hay otra alternativa, no se
debe continuar enmascarando una situación tan real como irreversible en ambos
sentidos. El problema principal es que la acción a tomar debe de surgir del
débil, es decir de Catalunya. España tiene todos los poderes en la mano excepto
uno la razón, desde Catalunya se le debe de exigir que explique por qué le
niega la democrática acción de realizar un referéndum y que no sea la respuesta
< porque no me da la gana o porque me perteneces porque te derrote en
1714,>.
Nadie en su sano juicio, quiere tener un grupo
social que reniega, molesta, e incordia constantemente, sin una razón
cualitativa y cuantitativa que explique el porqué se la obliga a seguir estando
molestando, máxime cuando el que produce la molestia manifiesta abiertamente no
quisiera seguir ni molestando ni siendo molestado.
La cuestión es muy simple, porque tiene miedo
España a reconfigurarse geográficamente, que le da pavor, modificar el mapa
físico de España, o el hecho de que si
empieza una separación, se rompa a trozos la unidad de España, y si es esto que
explique porque le da miedo esta posibilidad, esto es tanto como tener miedo a que
España no existe como una unidad de sentimiento patrio, sino que es un
territorio mantenido artificialmente, mediante políticas integradoras impuestas
y forzadas y no consensuadas, que se sostiene simplemente por la presión
gravitacional ejercida por un centralismo imperativo, que se ejerce desde hace
siglos pero que no consigue ser integrador.
Sea lo que fuere, lo que está claro es que no
será España la que tome la decisión de echarnos de su imperio por antipáticos y
mal agradecidos. Esto es así y debería entenderlo toda la clase política
catalana. Si hay que exigir algo, si hay que plantar cara a alguien, si hay que
decir basta, o no, es una cuestión que debe decidir Catalunya y su gente, y
esto no se puede prorrogar mas, pues el daño que nos estamos haciendo ambos es
muy grande, aunque los que más salimos perdiendo seamos los más débiles.
Ahora en el momento actual con la situación
de precariedad que se apunta cada vez mas desde la misma Europa continental, en
la que se tambalean todas las uniones relativas, debido a que afloran las
grandes diferencias económicas y políticas entre los países europeos, es el
momento de tomar una decisión, porque en estos momentos la afectación que
ejerce España sobre Catalunya es enorme, estamos a punto de ser barridos del
mapa, engullidos por la fallida economía española, y si esto ocurre
definitivamente, nunca más Catalunya será diferenciada del resto de España, ni
por el resto de Europa, ni por nadie en el mundo entero.
Catalunya
hoy es la comunidad donde más se recorta, y encima es atacada verbalmente pero
muy rotundamente por algunas CCAA y por numerosos medios y políticos e
informativos españoles "pintan bastos" para Catalunya, y todo eso
después de más de un año recortando gastos, sacrificando a nuestra sociedad
reduciéndoles sus ingresos, salvando nuestros bancos ayudando a las políticas
del estado con ello, y para que nos sirve, solo para que siga el mal trato
social de parte de España. Que ahora ya se permite la amenaza velada de la pura intervención fiscal estatal como
nueva forma de imperialismo de estado.
No
podemos seguir así, no es justo, ni para los que nos sentimos catalanes, ni para los que se sienten
españoles, lo dije una vez y lo repito, a mi no me molesta ser español, lo que
me molesta es que me desprecien y me quieran anular el ser catalán por el
simple hecho de pensar, hablar, y no sentir lo mismo que otras partes de España.
Por eso reclamo que es hora de tomar una decisión definitiva, o abandonamos el
hecho nacional catalán y tomamos conciencia absoluta de ser solo españoles, o
todo lo contrario, planteemos oficialmente y ante las autoridades que
corresponda, la firme decisión de iniciar el proceso de secesión de nuestra
pequeña Nación unilateralmente o repito la caída a los infiernos de la economía
y la política de España nos arrastrara sin remedio.
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