Las
situaciones que se suceden en el tiempo no son siempre las mismas, ni siquiera
en la economía. Que en su momento el BCE tuviese como principal objetivo
mantener la inflación en la europa del euro, era una necesidad para evitar que
una nueva economía, sin historia entonces, pudiese desbocarse. Este objetivo,
el BCE lo han mantenido firme a pesar de que la inflación iba cayendo por
debajo del objetivo recordemos “cercano al 2%”.
Esta
operatividad mantenida durante todos estos años y a pesar de la decadencia de muchas
economías europeas, ha conseguido un efecto contradictorio y hoy muy peligroso,
este euro tan estable a llenado de
inestabilidad a muchas de las economías europeas que no han podido manejar
sus crisis, y que se corre el riesgo que se hayan convertido en irreversibles,
porque esas economías no pueden acomodar su necesidad estratégica de devaluar
sus productos para hacerlos más competitivos, y así provocar una cierta
recuperación de su economía local, porque están valorados y atados a un euro
inamovible. El BCE ha hecho muy bien de
banco, pero no ha hecho nada sobre la regulación de la economía general en la
euro zona.
Quiero
decir con ello que el BCE es culpable de la larga crisis de la UE., eso depende
del lado desde que se mire, yo creo que no lo ha sido directamente, el BCE no
provoco la crisis, pero también creo que no hizo nada por evitarla o al menos
frenarla, quizás porque su limitadísima autonomía no se lo permitió nunca. El
BCE se ha limitado a salvaguardar el Euro aun a costa de que muchos países han
estado a un paso de perecer aplastados por su excesiva valoración muy por
encima de las economías reales de esos países, y es todavía hoy muy discutible
que algunas economías puedan salir de esta crisis teniendo que costear su deuda
en euros.
Si
el BCE no decide recortar los tipos, y mostrar indicios de una próxima
relajación de su política, los inversores podrían reaccionar negativamente. Un
recorte de un cuarto de punto al 0,25% ha tenido un escaso impacto económico,
pero se ha considerado una señal. El BCE siempre ha hecho gala de sus
credenciales de lucha contra la inflación, pero es que se ha extralimitado
tanto, que hoy hay muchas economías que pueden rozar la deflación, una deflación
no producida por la abundancia de oferta, sino por todo lo contrario por
imposibilidad de las economías a poder comprara y vender y endeudarse con una
divisa muy por encima de su capacidad de producción y productividad.
La
consecuencia de esto, es que los inversores dudan de que la CE tenga en
conjunto la capacidad de tolerar un
índice de inflación tan bajo. Aunque miembros del BCE hayan advertido de que la
inflación en 2014 podría situarse en el 1,3%, Draghi no ha querido responder a
las preguntas sobre los riesgos de un nivel de inflación demasiado bajo o
incluso de deflación, lo que indudablemente, llevaría a una profundización de
la crisis económica. La deflación en parte de la euro zona, llevaría a esta a unos
desequilibrios creo yo cada vez mas insalvables, las economías en deflación no
podrían crecer a un ritmo adecuado para mejorar desempleo, ni para reducir sus
porcentajes de deuda sobre sus PIB, lo que ocasionaría una tendencia a
sobrepasar objetivos de déficits para poder simplemente pagar el coste de su
propia moneda.
El
dato de inflación actual, muy inferior de lo que los economistas esperaban,
supone un verdadero desafío. La inflación de la eurozona está ahora mismo muy
por debajo de la de Japón. Grecia ha tenido una inflación negativa desde marzo;
España se ha sumado al club e Italia va camino de llegar a 0. Como consecuencia
de ello las expectativas de consumo han comenzado a caer. Eso hace que el
ajuste en estos países sea más difícil, ya que un bajo nivel de inflación
inhibe la reducción de la deuda, pero el mantenimiento o incluso revalorización
casi constante del euro podría ser una amenaza para las economías que dependen
de las exportaciones.
Si crecen las
expectativas de deflación, y se mantiene la tozudez alemana a mantener un euro
fuerte, que solo le ha servido a su economía, se podría producir un deterioro
de la frágil recuperación de la demanda interna que parecía haber iniciado su
camino. El euro en concreto podría experimentar una fuerte subida, acrecentando
la presión bajista sobre la inflación. Draghi expuso que la inflación baja “no
es, por sí mismo, malo”. “Se pueden comprar más cosas”, añadió. Pero se olvida
que esto solo es verdad en las economías que pueden producir y comercializar
productos que se vendan en euros, porque los que para comprar más, deben
comprar euros en los mercados de deuda, estos se van a la ruina más absoluta, y
ahora que la inflación parece peligrosamente baja, los riesgos superan a los
beneficios para la eurozona en conjunto.
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