sábado, 7 de febrero de 2015

LA POLITICA CATALANA NO PUEDE CAPITANEAR EL CAMINO A LA INDEPENDENCIA



Ya conocen muchos de ustedes mi frase de que las independencias no se consiguen con votos, pocas hay así y las que hay son sobrevenidas en países colonizados, no lo duden busquen en la historia y verán que las antiguas independencias las consiguen los ciudadanos normalmente y desgraciadamente vestidos y armados como soldados siguiendo a unos líderes del pueblo, es cierto que las más modernas ya no ha sido necesario organizar una revolución armada para conseguirlo pero en estos casos más que unas independencias ganadas han sido independencias dadas, caso de los países ex soviéticos.

Esta es la realidad si nos situamos en la actualidad verán que no hay independencias por ninguna parte ni dadas ni ganadas, el último intento democrático fue la independencia de Escocia, por que el Reino Unido acepto proponerla por medios tan democráticos como un referéndum popular escoces para que estos decidiesen su destino, y ya conocemos el resultado más vale malo conocido que bueno por conocer. Pero yo no diría esto lo que en realidad paso es que la intención de independencia de escocia se negoció entre políticos, y en estos casos los políticos de ambos lados no les interesa a ninguno de los dos complicarse la vida.

Catalunya hoy está completamente embarrancada en su objetivo autonómico porque este está solo en el pueblo y sin embargo por democracia o por miedo la ejecución del proyecto está en manos de los políticos y esto es lo que hace que con toda seguridad no llegaremos a ninguna parte otra cosa seria que estuviese la independencia de Catalunya en manos de UN POLITICO solo uno pero en cuanto entra en jugo las estructuras políticas no hay ninguna posibilidad, así que en mi opinión y me reafirmo en mis anteriores comentarios la independencia no se conseguirá con votos no tengan la menor duda.

Si me dirán ustedes que hay unas fuerzas sociales muy fuertes y que han demostrado su eficacia pero solo hablamos de actos de exaltación social y patriótica, actos que como ha quedado claro no han servido para nada en cuanto han entrado en juego los políticos. Firmeza. Esta es la consigna que se ha autoimpuesto la dirección de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para tratar de superar la situación actual en la que se mueve el independentismo catalán, marcada por el desconcierto y un desánimo poco disimulado.

La cúpula de la ANC ha recibido numerosas críticas por los vaivenes en relación a los planes previstos por la organización sobre la estrategia a seguir para lograr la independencia, en especial en las convulsas semanas previas al pacto entre Artur Mas y Oriol Junqueras de mediados de enero. Y estas críticas son completamente justificadas porque sin saber muy bien porque la sociedad catalana ha quedado apartada del objetivo principal; Reclamar la independencia, la sociedad nos hemos dado cuenta que no estamos reclamando nada  que no llevamos la iniciativa o que la hemos perdido como prefieran y en este preciso momento que esto sucedió morimos todos de éxito.

Un éxito banal y que no ha servido para nada, la política española sobre Catalunya sigue siendo la misma o peor, mucho peor, nos están destrozando por todos los lados, perdemos en la educación, perdemos en las infraestructuras, perdemos en la economía, y por ultimo perdemos nuestra política interna ya hoy nadie duda de que en las elecciones (si se llegan a celebrar cosa que dudo) del próximo 27S no habrá ninguna mayoría independentista porque es ya matemáticamente imposible la disgregación de voto será tal que no servirán para nada más que para hacer un Parlamento ingobernable, con el que olvidémonos de negociar ninguna independencia.

En este escenario, la entidad que preside Carme Forcadell tiene previsto fijar unos criterios exigentes ante las elecciones municipales de mayo, y también respecto a la hoja de ruta hacia las elecciones autonómicas de septiembre. Cara a los comicios locales, la ANC quiere convertirlos tanto como sea posible en una previa de la cita del 27-S y exigirá a las listas soberanistas que se comprometan a, si vencen, incorporar a los respectivos consistorios a la AMI (Associació de Municipis Independentistes) en caso de que no estén ya integrados en ella.

Estas ideas son una pérdida de tiempo, porque como decía antes en el conglomerado de la política catalana, ya nada más quedan dos partidos soberanistas y estos más lo que quedan van a jugar a la política normal, no por una política soberanista porque saben que la disparidad política de que hablaba antes, impedirá cualquier mayoría significativa. No es este el camino las organizaciones civiles han perdido la guerra frente a las maquinarias políticas de “dos países” si me permiten la expresión la de España y la de Catalunya.

Creo que la ANC es consciente que esta actitud de concreción puede dejar fuera del proceso a fuerzas no independentistas, como ICV-EUiA, pero quiere optar en estos momentos por el repliegue. El objetivo es doble: externamente, tratar de conseguir un 27-S lo más parecido a un plebiscito. Internamente, superar las críticas debido a movimientos recientes que han sido cuestionados. Por ejemplo, el visto bueno que en cierto momento se dio a la confección de la lista de independientes con Artur Mas al frente, exigiendo a ERC una candidatura sin independientes generó no pocas controversias internas. Además, la ANC vive con la sensación de que los partidos la han utilizado solo para validar sus planes.

Cabe recordar que la ANC propuso que la pregunta del referéndum del 2014 fuera clara y sencilla. No lo logró. Después, exigió una lista única soberanista en las europeas. Tampoco tuvo éxito. La ANC vio también como su idea de 9-N se convertía en un proceso participativo al que dio su apoyo a regañadientes pero exigiendo elecciones en tres meses, cosa que tampoco logró. Ahora la entidad asume la estrategia acordada entre Artur  Mas y Junqueras que, según se admite en privado, es un pacto de mínimos para salvar una situación de extrema conflictividad interna.

Todo ello ha desgastado los ánimos de las bases de la ANC, que además se prepara para celebrar elecciones internas en mayo y relevar entre otros cargos a su presidenta, Carme Forcadell. Un proceso que también se prevé convulso dada la existencia de sectores críticos. Por todo ello se ha optado por pisar el acelerador, con la vista puesta en el 27-S. Las primeras concreciones de todo ello se verán en los próximos días cuando se retomen, discretamente, las reuniones entre partidos y ANC, con el propósito de  tener diseñado cuanto antes un rumbo común. Esperaremos acontecimientos pero adelanto que o se cambia la actitud tan democrática con que nos abofetean por todos los lados o mejor dejemos que la historia haga otro intento y de otra manera de aquí a un tiempo.

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