domingo, 4 de diciembre de 2011

Y TÚ DESESPERADO, QUIZAS, QUIZAS, QUIZAS.



El euro afronta una semana decisiva, cuando los líderes de la Unión Europea,  busquen un acuerdo sobre un plan definitivo de rescate, se van a encontrar otra vez consigo mismos, en lugar de encontrarse con la solución a los problemas que nos acorralan. Esto es así porque los problemas en realidad, son ellos mismos, pero cada uno no se ve a sí mismo como tal, y si ve al oponente como problema,  esta relación diabólica es la al final termina con toda esperanza de solución.

Pese al optimismo a corto plazo del mercado sobre un posible acuerdo para hacer frente a la crisis de deuda en Europa, y la ilusión para asegurar la supervivencia de la moneda única, el resultado es bastante incierto de cara a la cumbre en Bruselas el jueves y viernes. Esta semana, están en juego el futuro estable del euro y por ende la recuperación económica en Europa, y en consecuencia en el empleo. Esto exige un paquete convincente de medidas del Consejo Europeo que es incapaz de concretar.

El Consejo Europeo no aceptará los planes que puedan haber acordado en Berlín y París, y no lo hará porque la naturaleza de los políticos es contraria a ceder su autoridad ante unas conclusiones, en las que no han participado, la UE no habrá dado ningún paso hacia la integración fiscal el viernes por la noche, ni habrá acordando ningún cambio en ningún tratado para anclar una disciplina presupuestaria coercitiva para la euro zona de 17 países. Probablemente si lo habrán preparado el eje Paris Berlín pero de eso a que lo pueda aceptar la UE va un gran abismo.

También es probable que El Banco Central Europeo recorte los tipos de interés el jueves para contrarrestar la recesión en que estamos entrando, y adopte nuevas medidas para proporcionar financiación a largo plazo a los titubeantes bancos. Pero estas medidas no surtirán efecto alguno, si el viernes día 9 se confirma mi previsión de desacuerdo unilateral y crónico en la reunión de la comisión de la Unión Europea, es que cada vez que escribo las palabras unión y europea, me tiembla el pulso como se puede hablar de unión entre 17 elementos con una moneda diferente, de los otros diez, y que a la vez los diecisiete tienen unas diferencias económicas abismales entre si, además esta vez se añade el agravante que cualquier medida para solucionar este problema, pasa por prácticamente aislar a los otros diez, de la posibilidad de incorporarse al euro grupo, en fin como digo no hay salida. 

Los nuevos dirigentes en Italia, Grecia y España tendrán que demostrar su compromiso para llevar a cabo medidas de austeridad difíciles y reformas económicas estructurales, con las que afrontar sus problemas de deuda y restaurar la confianza de los inversores, y esto finalmente lo tendrán que asumir individualmente está claro, lo que falta por ver, es si lo harán usando el euro o decidirán que para salvarse por sí mismos es mucho mejor separar su economía de los  estrechos márgenes operativos que Alemania impondrá a los supervivientes del euro grupo.

Una muestra convincente de determinación política para respaldar el euro y superar la crisis a través de una mayor integración de la euro zona, podría llevar al BCE a hacer más para apoyar a los bonos italianos y españoles, poniendo las bases para un cambio en el sentimiento del mercado. Sin embargo, si los Veintisiete no llegan a un acuerdo, o pactan de nuevo medidas a medio gas que comportarán mas meses de titubeos, la huida de los mercados de bonos de la eurozona podría acelerarse, la confianza podría deteriorarse aún más y la crisis podría acentuarse en enero, cuando Italia tiene que empezar una masiva campaña de refinanciación.

Como la cuestión de la posible quiebra institucional y económica de la UE afecta al  interés vital de Washington, por evitar una crisis mundial de grandes proporciones en la que evidentemente los EEUU se verían inmersos de lleno, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, visitará Fráncfort, Berlín, París, Marsella y Milán desde el martes para instar a altos cargos europeos a tomar acciones decisivas.

Fuentes cercanas a la canciller alemana Angela Merkel dicen que está preparada  pese a la hostilidad del Bundesbank alemán,  para que el BCE refuerce la compra de bonos de países problemáticos, como medida a corto plazo hasta que puedan asumirse controles presupuestarios más estrictos. Pero las cosas podrían no ir enteramente según este plan, porque si a lo que se llega es a poner un parche mas para ganar unos días la reacción será la final los mercados no aguantaran más.

Merkel visita al presidente francés, Nicolas Sarkozy, en París hoy para esbozar propuestas conjuntas sobre gobernanza económica, pero Berlín y París aún albergan grandes diferencias sobre la forma de controlar los presupuestos nacionales de la eurozona. Merkel quiere dar más poder a la Comisión Europea, para que pueda vetar los planes presupuestarios nacionales que se salgan de los límites de la UE, antes de su llegada al Parlamento de cada país para su aprobación definitiva, con sanciones automáticas para quienes incumplan el déficit y la posibilidad de llevar a esos países al Tribunal Europeo de Justicia.

Sarkozy, que será candidato a la reelección en Francia en mayo, quiere que los líderes de la eurozona tengan la última palabra, sin nuevos poderes supranacionales para las instituciones de la UE. Varios países más, principalmente Reino Unido, Irlanda y Holanda, no quieren que se cambie el tratado, por todos los riesgos políticos nacionales que conllevaría. Algunos temen que sea difícil obtener respaldo público en un referéndum. Siempre al final sale el miedo al voto, que hace que un político sea importante y algo en la vida, y esto no lo pueden soslayar es más fuerte que su propia dignidad como personas teóricamente dedicadas a la sociedad que les elige.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que preside la crucial cumbre de Bruselas a finales de semana, presentará otras opciones para un control presupuestario más estricto sin tocar el tratado, así como pasos que exigirían algunas enmiendas, El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, advirtió el viernes de que un cambio en el tratado podría ser "peligroso", pero los diplomáticos dicen que es un requisito político para Merkel.

Repasen por favor todo este articulo y si al final lo entienden, coméntenmelo a mí porque yo soy incapaz de recordar todas las variables que he terminado de analizar, ya no sé si soy alemán, si tengo ahorros en Grecia, si hay una Unión Europea o son tres, si hay un presidente o dos, en fin ya no se  lo que acabo de escribir. 

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