El euro
afronta una semana decisiva, cuando los líderes de la Unión Europea, busquen un acuerdo sobre un plan definitivo
de rescate, se van a encontrar otra vez consigo mismos, en lugar de encontrarse
con la solución a los problemas que nos acorralan. Esto es así porque los
problemas en realidad, son ellos mismos, pero cada uno no se ve a sí mismo como
tal, y si ve al oponente como problema,
esta relación diabólica es la al final termina con toda esperanza de
solución.
Pese al
optimismo a corto plazo del mercado sobre un posible acuerdo para hacer frente
a la crisis de deuda en Europa, y la ilusión para asegurar la supervivencia de
la moneda única, el resultado es
bastante incierto de cara a la cumbre
en Bruselas el jueves y viernes. Esta semana, están en juego el futuro
estable del euro y por ende la recuperación económica en Europa, y en
consecuencia en el empleo. Esto exige
un paquete convincente de medidas del Consejo Europeo que es incapaz de
concretar.
El Consejo
Europeo no aceptará los planes que puedan haber acordado en Berlín y París, y
no lo hará porque la naturaleza de los políticos es contraria a ceder su
autoridad ante unas conclusiones, en las que no han participado, la UE no habrá
dado ningún paso hacia la integración
fiscal el viernes por la noche, ni habrá acordando ningún cambio en ningún tratado para
anclar una disciplina
presupuestaria coercitiva para la euro zona de 17 países. Probablemente si lo
habrán preparado el eje Paris Berlín pero de eso a que lo pueda aceptar la UE
va un gran abismo.
También es probable que El Banco Central Europeo recorte los tipos de interés el jueves para
contrarrestar la recesión en que estamos entrando, y adopte nuevas medidas para proporcionar
financiación a largo plazo a los titubeantes bancos. Pero estas medidas no
surtirán efecto alguno, si el viernes día 9 se confirma mi previsión de
desacuerdo unilateral y crónico en la reunión de la comisión de la Unión
Europea, es que cada vez que escribo las palabras unión y europea, me tiembla
el pulso como se puede hablar de unión entre 17 elementos con una moneda
diferente, de los otros diez, y que a la vez los diecisiete tienen unas
diferencias económicas abismales entre si, además esta vez se añade el
agravante que cualquier medida para solucionar este problema, pasa por
prácticamente aislar a los otros diez, de la posibilidad de incorporarse al euro
grupo, en fin como digo no hay salida.
Los nuevos dirigentes en Italia, Grecia y España tendrán que demostrar
su compromiso para llevar a cabo medidas de austeridad difíciles y reformas
económicas estructurales, con las que afrontar sus problemas de
deuda y restaurar la confianza de los inversores, y esto finalmente lo tendrán
que asumir individualmente está claro, lo que falta por ver, es si lo harán
usando el euro o decidirán que para salvarse por sí mismos es mucho mejor
separar su economía de los estrechos
márgenes operativos que Alemania impondrá a los supervivientes del euro grupo.
Una muestra
convincente de determinación política para respaldar el euro y superar la crisis a través de una mayor integración de la euro zona,
podría llevar al BCE a hacer más para apoyar
a los bonos italianos y españoles, poniendo las bases para un cambio en
el sentimiento del mercado. Sin embargo, si los Veintisiete no llegan a un
acuerdo, o pactan de nuevo medidas a medio gas que comportarán mas meses de
titubeos, la huida de los
mercados de bonos de la eurozona podría acelerarse, la confianza podría
deteriorarse aún más y la crisis podría acentuarse en enero, cuando Italia
tiene que empezar una masiva campaña de refinanciación.
Como la
cuestión de la posible quiebra institucional y económica de la UE afecta al interés
vital de Washington, por evitar una crisis mundial de grandes
proporciones en la que evidentemente los EEUU se verían inmersos de lleno, el
secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, visitará Fráncfort, Berlín, París, Marsella y
Milán desde el martes para instar a altos cargos europeos a tomar acciones
decisivas.
Fuentes
cercanas a la canciller alemana Angela
Merkel dicen que está preparada pese a la hostilidad del Bundesbank alemán, para que
el BCE refuerce la compra de bonos de países problemáticos, como medida
a corto plazo hasta que puedan asumirse controles presupuestarios más
estrictos. Pero las cosas podrían no ir enteramente según este plan, porque si
a lo que se llega es a poner un parche mas para ganar unos días la reacción
será la final los mercados no aguantaran más.
Merkel
visita al presidente francés, Nicolas Sarkozy,
en París hoy para esbozar propuestas conjuntas sobre gobernanza económica, pero
Berlín y París aún albergan grandes diferencias sobre la forma de controlar los
presupuestos nacionales de la eurozona. Merkel
quiere dar más poder a la Comisión Europea, para que pueda vetar los
planes presupuestarios nacionales que se salgan de los límites de la UE, antes
de su llegada al Parlamento de cada país para su aprobación definitiva, con sanciones automáticas para quienes
incumplan el déficit y la posibilidad de llevar a esos países al Tribunal
Europeo de Justicia.
Sarkozy, que será candidato a la reelección
en Francia en mayo, quiere que los
líderes de la eurozona tengan la última palabra, sin nuevos poderes
supranacionales para las instituciones de la UE. Varios países más,
principalmente Reino Unido, Irlanda
y Holanda, no quieren que se cambie el tratado, por todos los riesgos
políticos nacionales que conllevaría. Algunos temen que sea difícil obtener
respaldo público en un referéndum. Siempre al final sale el miedo al voto, que
hace que un político sea importante y algo en la vida, y esto no lo pueden
soslayar es más fuerte que su propia dignidad como personas teóricamente
dedicadas a la sociedad que les elige.
El
presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que preside la crucial cumbre de Bruselas a finales de
semana, presentará otras opciones para
un control presupuestario más estricto sin tocar el tratado, así como
pasos que exigirían algunas enmiendas, El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, advirtió el viernes de
que un cambio en el tratado podría ser "peligroso", pero los
diplomáticos dicen que es un requisito
político para Merkel.
Repasen por
favor todo este articulo y si al final lo entienden, coméntenmelo a mí porque
yo soy incapaz de recordar todas las variables que he terminado de analizar, ya
no sé si soy alemán, si tengo ahorros en Grecia, si hay una Unión Europea o son
tres, si hay un presidente o dos, en fin ya no se lo que acabo de escribir.
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