Los políticos han hecho de su vocación una profesión muy
lucrativa, que les invalida en muchos casos para ejercer de políticos.
Vaya contrasentido pensaran algunos de mis lectores, pues no
es desgraciadamente muy claro el sentido de la anterior frase, verán: El Político,
en mayúsculas, debe ser una persona (hombre o mujer) que guiado por su afán de
vocación de servicio a sus vecinos, congéneres, ciudadanos y en definitiva a la
sociedad, decida bien por iniciativa propia, o por consenso de otras personas,
situarse al frente de la sociedad para guiarlos en bien, hacia logros de
diferente calado social y humano, sin recibir favor ni recompensa material
alguna, solo eso si el reconocimiento de sus conciudadanos y sabiendo que su
servicio no era indefinido ni impuesto, este tipo de personajes fueron los que
implantaron la democracia.
Es evidente que a medida que fueron cambiando las
circunstancias y la sociedad al político se le tuvo que sumar una remuneración
lógica que le permitiese dedicarse en exclusiva a su cargo y trabajo durante el
tiempo que esté desempeñando su gestión pública.
Que no hay que confundir con la función
pública, esto es otra cosa, la función pública recae en los funcionarios
públicos los cuales, si son trabajadores con sueldo y trabajo indefinido obtenido
y ganado por oposición. Esto hoy se ha confundido hasta extremos inviables. Hoy hombres y mujeres han descubierto que hacer
de políticos, es una forma de empleo, muy bien remunerado e indefinido, y se
han creado innumerables factorías de
políticos llamadas PARTIDOS POLITICOS.
Así las cosas lo que ocurre, es que la gestión pública la política en una palabra, ha pasado
a ser un producto manufacturado por los partidos
políticos, con el fin de emplear a sus políticos y obtener como toda
empresa beneficios. Así podemos ver las incongruencias que se inventan los
partidos y sus trabajadores, para crear productos facturables y pagados por la
sociedad en donde ejercen su mercado (Impuestos absurdos, planes ineficaces,
gastos astronómicos etc.). y cargos muchos cargos que si diputado que si
senador, que si director general y uno muy importante el de ex…
La sociedad debe exigir o intentar cuando menos que esto
termine, de lo contrario todo acabara mal y sin darnos cuenta volveremos a
regímenes totalitarios otra vez, donde unos pocos mandan y otros muchos
obedecen, les suena esta música, pues eso. Cuanto tiempo lleva el Sr. Rajoy
haciendo política, o el Sr. Duran, o el Sr Rubalcaba posiblemente más de veinte
años, que plantilla de políticos debe tener el PP o el PSOE o IU, les juro que
me gustaría saberlo, y no estoy hablando de militantes no estoy refiriéndome a
empleados y políticos con sueldo incluido.
Hay que desvincular la Función Política, de la Función
Pública, lo más deprisa posible y esto no es difícil, hay simplemente que
marcar hasta que nivel de gobierno es Función
Política ,y desde donde es Función Pública,
una vez esto claro, las cosas se definen espléndidamente los primeros es decir
los políticos marcan, líneas, ideas, cambios, proponen iniciativas, regulan
leyes, aprueban los presupuestos en una palabra gobiernan, de acuerdo a sus
ideas e ideales dirigen la política de la sociedad, durante el periodo que el
pueblo decida y les permita con sus votos , y cuando termine ese mandato se
acabo , ha seguir con su vida , como persona normal, La función pública trabaja para que las sociedades funcionen de
acuerdo a las directrices de los políticos.
El político una vez terminada su etapa electiva no tiene por
que pasar a desempeñar empleos de Función
Pública, cargos de dirección, secretarías, etc. No porque lo que ocurre con
esto es que estos ex políticos, como no dejan de estar en lo político, contaminan
toda la gestión, ya que siguen funcionando como miembros de la Empresa Política
a la que pertenecen, y no al cargo neutral de Funcionario Público. Y estos
elementos llamémosles político-funcionarios. Ponen palos en las rueda de la
gestión de los que están ejerciendo la política, en estos momentos, cizañaran y
emponzoñaran, con él fin, para ellos licito, de volver a mandar y ganar dinero
público y así cada vez son más y peor va la sociedad, a la que en teoría
debieron servir sin esperar más allá que el reconocimiento público.
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