sábado, 16 de junio de 2012

LA INGOBERNABILIDAD DE ESPAÑA, ES LA CAUSANTE REAL DE NUESTRA RUINA




La realidad económica de España ha conmocionado a la sociedad española en general, creo no equivocarme si digo que tanto a la derecha como a la izquierda, unos lo ven de una manera y otros de otra, pero lo que no cabe duda es que ambos por fin ven la gravedad de la situación, este estado de desastre no se ha producido en cinco o diez años, esto viene de la incapacidad de una clase política española que jamás ha existido, entre otras cosas, y sin necesidad de ir mas atrás, porque pasamos un siglo entre fracaso monárquico, fracaso republicano, guerra civil, Dictadura, y finalmente la libertad que confundimos con el libertinaje.



Estamos en la segunda década del siglo XXI, pero no hemos arrinconado los problemas porque somos los mismos españoles, con los mismos resabios y las mismas incapacidades de siempre, y el primer obstáculo que tenemos es que el español se cree infalible, cargado de derechos y con la suficiencia absoluta para pensar que él lo haría mejor, y que el otro es tonto poco más o menos, estos defectos son reminiscencias de nuestro pasado más arcaico, podríamos decir de cuando en España no se ponía el sol.



Cuando nos encontramos frente a la libertad del pueblo por el pueblo La Democracia, de golpe cada uno era más demócrata que el de al lado, cuando la realidad es que nunca la habíamos conocido, y nos lanzamos a gobernar, a hacer leyes democráticamente y a incumplirlas, porque la democracia es eso, todo el mundo puede hacer lo que le dé la gana, eso es lo que pensamos no me digan que no. Este punto empieza a ser el mal de la actual democracia en la sociedad occidental, pero en España se agudizo mucho más, precisamente por la incultura real de lo que significaba el ser gobernados democráticamente.



La democracia en el siglo XXI, está desfasada, esta diría yo sobrepasada y deberíamos de centrarla otra vez, porque sus orígenes no son apropiados para la extensión de la sociedad a la que tiene que regular. Lo primero que habría que pensar es cómo hacer niveles de gestión públicos estancos, e independizados, de la política de Gobierno. Intentare exponer más esta cuestión tal como yo lo veo, no sé si sabré ni si podre exponerlo bien, las ideas se me agolpan y mi dominio del sistema organizativo de las funciones públicas no son amplios, más bien son escasos, porque nunca he actuado en ninguno de ellos. No obstante solo el hecho de que consiguiera que se hablase de ello, por auténticos especialistas de derecho político i constitucionalistas me daría por satisfecho.



Todo el planteamiento de mis razonamientos parten de una idea que me asalta desde hace tiempo, y que ya dibuje en un blog anterior titulado (La democracia de los siglos 18/19/20 ya no sirve) en este escrito, dibujaba las diferencias abismales que la humanidad ha superado desde el momento que la democracia moderna, salta a la palestra en los incipientes EEUU de Norte América. Desarrollando esta teoría es fácil reconocer que las sociedades de los siglos 18/19 y mediados del 20 no se planteaban ni se inmiscuían en los problemas de gobernabilidad como ahora, porque sus problemas eran otros y más básicos.



Por eso los gobernantes pasados, tenían más facilidad en acometer sus planes de desarrollo político, económico, etc. De hecho eran poco rebatidos por el pueblo y además necesitaban de mucha menos estructura funcionarial y de gestión. El pueblo se dejaba gobernar, porque sus problemas y su cultura general, eran si me permiten la expresión, más terrenales y menos políticos. Así que durante estos siglos los gobiernos y sus funcionarios fueron creciendo a la vez que también crecían sus gobernados, hace tan solo 65 años, los gobiernos democráticos de Francia Inglaterra y EEUU enviaban sin pestañear a sus habitantes a la 1ª y 2ª guerra mundial, prácticamente sin oposición alguna, lo decía su gobernante y allá iban a morir por su patria.



Yo no veo hoy en día una obediencia de este calibre por ninguna parte, excepto en los mundos integristas árabes, hoy el pueblo ve la política como el futbol, cada uno tiene un entrenador y una alineación propia, e interfiere en la gobernabilidad del país con sus propios criterios, y si no son los mismos que los propuestos por su gobierno, su respuesta es el rechazo, la insumisión, la huelga, y lo peor la creación de corrientes de opinión contrarias, con las que desequilibrar su gobierno y por consecuencia su País. Y esto lo puede hacer porque los estamentos políticos, judiciales, policiales, y funcionales están comunicados, y en sus respectivos senos, conviven personas que también tienen su propia versión de lo que hay que hacer, y no aceptan la obligación de hacer lo que manda el gobierno elegido por sufragio universal.



Así es muy difícil no tan solo gobernar, si no hacer responsable de nada a nadie, porque el que mal o bien manda, el estamento político legal, es bombardeado por todos y cada uno de los estamentos paralelos e inferiores, que están establecidos para llevar a término y gestionar el gobierno de una Nación. No puede ser que los jueces supremos los nombre el gobierno sea cual sea, los jueces deben ser jueces y les diré más, no deberían tener derecho a voto mientras sean jueces, igualmente habría que separar muy claramente de la política, la administración del estado, hacienda, abogacía del estado, las fuerzas armadas, y en los escalones inferiores de gobierno CCAA, Ayuntamientos, etc.



También habría que separar sobre todo la función política, de la pública, un ejemplo el Alcalde manda, y es el responsable a quien en su día le pedirán cuentas los votantes, los secretarios, funcionarios, guardia urbana, etc. Deben ser considerados trabajadores que deben hacer funcionar las órdenes y directrices sin ni siquiera pensar, y mucho menos poner palos en el camino para que tropiecen, y así poder decir que es un mal alcalde, que su partido, o él lo harían mejor etc.



No puedo detallar mas, no sé cómo se debería de hacer, solo sé que no es posible responsabilizarse de un trabajo y mucho menos de una política de gobierno, si los que la tienen que hacer funcionar, pueden afectar su realización por el simple hecho de que ellos lo harían de otra manera, y la política y la democracia, hacer eso se lo permite en base a la teoría de que en democracia todo vale.



Pero la Democracia no es eso, aquí está su error, la Democracia necesita de la obediencia absoluta en el gobernante elegido, sin miedo alguno, porque la propia democracia tiene los resortes necesarios para que si se tuercen las cosas, puedan recomponerse para eso están los Parlamentos y diputados, concejales, electos, para controlar y denunciar los fallos de funcionalidad u operatividad, y no para estar haciendo como ahora, política destructiva preparándose para la suceder al que manda, ayudados por sus leales distribuidos en los diferentes puestos y estamentos del gobierno de la nación.



Hoy nos rasgamos las vestiduras pero es que somos los responsables llevamos ya varias legislaturas, en que unos desmontan los que los otros ha creado, siempre tiene la culpa el anterior, esto no puede ser. Pero es que además ocurre que si no te hacen caso en tu mismo grupo político, en lugar de portarte como manda la democracia real es decir haciendo caso y siguiendo a la mayoría, no señor vas y fundas otro grupo político que se dedica a fastidiar al anterior, y así uno tras otro, así llegamos a las elecciones y hay 10-20 hasta treinta partidos donde elegir, y lo que es peor no hay manera de corregir nada de nada y este es el globo que hoy nos ha reventado en las narices

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