El futuro próximo de la CE va camino de
convertirse en una quimera, la CE prácticamente se encuentra mutilada
económicamente hablando, hoy ya ha caído Chipre encarar así la reunión del próximo
28 y 29 de junio no puede ser más que para oficializar una realidad a la que
muchos estamos huyendo pero de la que no vamos a escapar sería ilógico y una mentira
imperdonable no hacerlo de una vez la CE debe liberarse de la carga que
representan los países sin capacidad de producción industrial y por consiguiente
de capacidad de crear y levantar su propio PIB, si no se hace lo más probable
es que se termine haciendo más daño a las sociedades de estos países y a la
propia CE.
Los mercados, que nadie sabe quiénes son, están
cercenando la CE día tras día, de momento están dejado ya muy claro que su
objetivo es que se descuelgan del mapa de la CE, Irlanda Portugal, España,
Grecia e Italia, Gran Bretaña se va sola no hace falta que la empujen. Quien
son los mercados, parece que hablemos de un ente fantasmagórico que no tiene
forma ni nombre, que aparece y desaparece un poco por arte de magia, pues no,
los mercados son ni más ni menos que la realidad económica, pura y simplemente
eso. Quizás no se ha puesto en evidencia hasta finalizar el siglo XX y girar la
hoja del calendario al inicio del XXI cuando la confirmación y asentamiento
definitivo de la globalización mundial, demostró que se había dado un cambio
profundo a la economía global, y que esta, se desplazaba hacia otros ejes de
influencia en el mundo.
Esto puso en evidencia que mantenerse en
primera línea de la economía, solo estaba al alcance de unas economías
consistentes, seguras, y en marcha, y con algo muy importante, mucha fuerza
exportadora que las hiciese capaces de equilibrar o tener superávit en su
balanza comercial, todas las demás economías no son sostenibles por sí mismas,
y por lo tanto son una carga para los demás. La confirmación de este hecho,
lleva a la siguiente realidad sobre todo en europa, no se pueden subvencionar
las economías que presentan déficits astronómicos, porque inevitablemente ponen
en riesgo a las demás, esta es la sencilla realidad a la que nos enfrentamos
desde España.
Y en esta guerra estamos, ya hemos caído
cinco, y no hay que hacerse ilusiones de que se arreglará y saldremos de esta,
no nos engañemos mas, es imposible, las economías mediterráneas son de acuerdo
al nuevo concepto global irrecuperables, y debemos de empezar a entender que
más tarde o más temprano deberemos de situarnos en otro nivel, en otro estatus
económico que podamos sostener por nosotros mismos y ya está.
La península Ibérica, Italia y Grecia, tienen
unas más y otras menos los mismos componentes a la hora de dar valor a sus
economías, todas repito, más o menos se basan en el sol y su clima, los
servicios, el turismo, poca muy poca Industria nacional, ( las multinacionales
no cuentan) esto conlleva a la realidad de que una economía mediterránea sea
muy deficitaria si quiere mantener un nivel de desarrollo social como el de una
economía centroeuropea, en donde radica toda la potencia industrial productiva
y exportadora del continente europeo, y esta realidad hoy por hoy hace que ante
la competencia mundial estas economías fuertes, no puedan sostener los déficits
sistémicos de las economías mediterráneas, esta es la situación sin más tapujos
ni misterios.
Se acabo un maravilloso sueño por culpa de
los egoísmos y nacionalismos fuera ya de lugar, en Europa si rotundamente sí,
ya es tarde para solucionarlo, rescatar las economías desindustrializadas es
imposible de sostener por las otras, pensemos que estamos hablando de más de un
tercio de la europa del euro la que está en el fondo del WC, es incuestionable
que por mucho que lloremos y pidamos socorro, nadie se echará al remolino de
aguas turbulentas que representamos para salvarnos , el riesgo de que una
acción así ponga en peligro la propia supervivencia del salvador le hace
abandonar a la victima a su suerte.
No dejemos que la ilusión nos ciegue y haga
que sigamos picando a unas puestas que no se abrirán solo tenemos que pensar
fríamente que les podemos ofrecer a cambio y veremos que es: Mas desempleo, más
inmigración, más déficits, más deuda, más trampas y mucha menos responsabilidad
y esto es así de duro y real. Por eso los mercados no nos quieren porque los
ponemos en peligro, no nos engañemos nosotros haríamos lo mismo si hubiésemos tomado
otro rumbo histórico.
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