Mi artículo de hoy quiere explicar y desdramatizar las
consecuencias nefastas que a la economía europea están causando la actuación de unos elementos,
que con nomenclaturas modernas y de rango y categoría de licenciaturas y doctorados
universitarios en muchos casos, no hacen más que replicar lo que se hacía en
los siglos XVI al XVIII, es decir entablar una lucha sorda y cruel en algunos
casos, con el objetivo, unos de ganar
para sí mismos, otros para debilitar al oponente, y los terceros hacen de víctimas
propiciatorias para unos y para otros.
Para
explicar la situación habrá que remontarnos al siglo XVI, en donde encontramos
un siglo en que empezaban las riquezas de las naciones importantes, que
negociaban y conquistaban en dos continentes, la vieja europa y el nuevo mundo anglosajón,
entonces nació esta lucha y las batallas por poseer las riquezas y con ello las
distintas formas de comerciar unos, y fastidiar otros, es decir el pirateo.
Las
distintas formas de la piratería anglosajona que se inicio aproximadamente a
mitad del siglo XVI, (y aunque la historia dice que acabo sobre la mitad del
XVIII) está vigente todavía en la actualidad solo que cambiándoles la
nomenclatura y las armas e instrumentos
en uso. Antes de seguir con el planteamiento hay que explicar las diferencias básicas
de los agentes intervinientes. El pirata era el que robaba por cuenta propia en
el mar o en sus zonas ribereñas es un enemigo del comercio y la economía internacional
en general, y se mueve únicamente por afán de lucro sin discriminar ningún tipo
de economía ni país ni mercado, los antiguos piratas eran malhechores
reconocidos. Hoy este papel se lo otorgamos a los especuladores financieros,
que con sus asaltos y abordajes, son capaces de arruinar sectores empresas y
alterar el orden de las economías planificadas.
El
corsario en cambio, era un marino o noble venido a menos, contratado por un
estado en guerra para causar pérdidas al comercio enemigo, y provocar el mayor
daño posible en sus posesiones y naturalmente en su economía, de esta forma se
trataba de debilitar los recursos financieros al enemigo para que su fuerza
militar sobre todo naval no prosperase. El Corsario aceptaba las leyes de la
guerra y ofrecía una fianza en señal de que respetaría las ordenanzas del rey. Su
casi oficialidad y legalidad era tal, que su actividad cesaba si se llegaba a
firmar una paz entre su rey y el reino enemigo al que había estado desbalijando
y asaltando cuantas veces había podido. Podíamos decir que el Pirata era un actuante privado y por su propio interés,
y el Corsario un agente del sistema establecido oficialmente al que defendía, e
incluso y a su vez lo sostenía.
Y
finalmente nos queda la víctima, que sigue siendo la misma es decir los reinos
hoy naciones, aunque lo atacado no sean barcos, ni la guerra o el abordaje se
realice en el mar, sino en los parquets bursátiles, y en las oficinas lujosas
de entidades importantes o sedes de gobiernos y Bancos centrales, pero el acto
de entorpecer y malbaratar las fuerzas del enemigo, usando las malas artes de
la traición el acoso y el abordaje salvaje siguen siendo las mismas.
La economía
anglosajona es decir los EEUU y la Gran Bretaña prosiguen su historia y
mantienen los corsarios en pleno funcionamiento, estos corsarios ya no son John
Hawkins y Francis Drake ahora
son: Stándard & Poor’s, Moody’s y
Fitch y se llaman
agencias de calificación de rating, las cuales actúan a favor del que mas paga
o de sus “reyes” a los cuales sirven haciendo todo el daño que pueden,
debilitando y reventando las economías y valores que les manden, así de
sencillo y antiguo es este jueguecito.
No, la rebaja de la calificación del fondo de rescate
europeo, hasta ayer en triple A, no será la última medida que adopte
Standard & Poor's. La agencia seguirá su hoja de ruta y advierte que la
pérdida de calificación de un determinado Estado tiene consecuencias
instantáneas sobre los emisores privados de dichos países. En un informe publicado
hoy, S&P lanza una advertencia a navegantes: que se vayan preparando los
bancos, las aseguradoras, los gobiernos regionales y locales y, en general,
todas las empresas de los países que hayan sufrido algún recorte de rating. Es
decir, están expuestos los emisores de Alemania, Austria, Italia, Portugal,
España y Chipre, Portugal, Eslovaquia y Eslovenia.
La declaración de abordaje no deja lugar a dudas. En
realidad, este es el procedimiento habitual de la agencia, que examina la
relación entre los emisores y la economía del país. El razonamiento es
sencillo: una menor fortaleza financiera del país se traslada inmediatamente a
las empresas y bancos que desarrollan su actividad allí. Lo increíble es que
esta técnica tan vieja y reconocible sea una causa de alarma y miedo
reverencial por parte de naciones que ya la vienen sufriendo desde el siglo XVI
como Francia y España, quizás sea nueva para Alemania que en aquel entonces ni existía
ni tenía barcos para cruzar el atlántico básicamente.
Quizás
por ese motivo y por la seguridad de Alemania, enrocada en el corazón del
continente flanqueada por otras víctimas más propicias y débiles, piensa que a ellos
no les alcanzaran los abordajes, quizás no, pero se equivocan, cuando la
debilidad de sus flancos sea total, el asalto final será su economía y caerá a
los pies o a las manos de los Corsarios, quienes obedeciendo órdenes la
entregaran atada de píes y manos a sus respectivos “Reyes”.
No
hay mas secreto, no hay mas crisis mundial que valga, lo que hay es un robo y
un expolio ordenado desde unas economías que si están débiles y en crisis
absoluta, hacia la acción de absorber la fortaleza y la riqueza de otras viejas
y desarmadas economías, que por su desunión y su nula gobernanza, son
incapaces de organizarse y crear las
fuerzas que contrarresten los asaltos y abordajes de los corsarios modernos.
Hoy
el primer ministro italiano, Mario Monti, ha instado a Alemania a reducir los
intereses de los préstamos concedidos a Italia, así como a otros países de la
eurozona, en una entrevista publicada este martes por el diario 'Financial
Times. Además, Monti ha considerado que
la medida beneficiaría a Alemania, a pesar de que es el mayor prestamista de la
eurozona. "También le interesa", ha aseverado. Francia es de la misma
opinión y España aunque no sabe y no contesta, tiene la suficiente experiencia
y miedo, como para estar de acuerdo con luchar de una vez plantando cara sin ningún
miramiento y derrotar esta guerra soterrada aunque por el camino caiga alguna
victima por el fuego cruzado del último abordaje, eso sí lo mejor sería no
explicarlo en el Financial Times.
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