lunes, 23 de enero de 2012

LA DEUDA SOBERANA: EL IMPUESTO ESTATAL QUE NOS ARRUINA.

La deuda soberana esa figura abstracta que nos lleva a la ruina a todos los países de Europa,  deja de ser abstracta en el momento que analizas porque y que es, la deuda soberana no es más que el resultado del desequilibrio entre lo que un país y su gobierno gastan, y lo que son capaces de recaudar mediante los diferentes impuestos que aplica el estado a sus contribuyentes, si los impuestos (directos e indirectos) cubren los gastos no hay deuda, si no llegan al equilibrio hay déficit presupuestario y entonces el estado crea un nuevo impuesto al que no sé por qué, lo llaman Deuda soberana.
Esta definición es un eufemismo total como tantos otros que se usan para camuflar unas verdades incomodas, pero ya está bien de hacer como si la sociedad fuésemos ignorantes o inmaduros incapaces de ver las cosas tal como son. La deuda del estado es un impuesto a la sociedad que no está legislado como tal. La deuda  soberana es un impuesto que tenemos que pagar todos además del IVA el IRPF y los demás impuestos  que el estado establece, piensen si no quienes pagaremos finalmente la deuda soberana, usted, yo y todos nosotros, ya que la deuda la debe el estado y el estado somos todos.
De ahí, la importancia de legislar la capacidad de la deuda soberana de un país, porque en realidad cuando un país emite deuda está emitiendo impuestos a su sociedad, y esto conlleva como ahora a ocurrido, a que España y su sociedad entremos en una profunda recesión, que nos introduce en un bucle de muy difícil salida. Esta realidad es necesaria sacarla a la luz porque de lo contrario puede llevar a engaño a la sociedad que sigue reclamando beneficios sociales que no lo son, sino que son servicios que se pagan, o al contado, o a plazos con intereses a través del impuesto de la deuda soberana.
En el mundo occidental democrático y capitalista, no hay nada gratis, los servicios a la sociedad  facilitados y gestionados por el estado, no son por gracia y favor de ningún gobierno,  son servicios pagados con euros provenientes de los impuestos, no hay otra fuente ni otra realidad, aunque el gobierno de turno intente vestirlo de manera que parezca merito suyo, que quiere hacer pensar a la sociedad paga pocos impuestos y tiene muchos servicios a su disposición, resultado del engaño, deuda soberana desbocada (Grecia e Italia los ejemplos).
Esto es la realidad, por esa razón porque a pesar de que siempre he mantenido que la deuda soberana europea debería unificarse, debo expresar también, que entiendo la reticencia de Alemania y otros países a aceptarlo, porque si lo hacen en realidad lo que hacen es subir los impuestos a sus respectivas sociedades, otra cosa es que mantenga mi opinión de que si este problema no se unifica globalmente para conseguir minimizarlo, al final afectara como una gangrena a todas las sociedades europeas, pero esto ya es otro tema.
Lo que pretendo hoy por medio de este artículo, es decir a la sociedad española que no se deje confundir por la palabrería de los políticos que usan y abusan de la buena fe de la sociedad, haciendo ver que son estupendos, que hacen carreteras, que hacen aeropuertos, que nos dan una sanidad gratis, que nos dan unas pensiones gracias a su buen hacer y casi magnanimidad, etc. No nos dejemos engañar, todo esto nos lo damos nosotros mismos con nuestros impuestos. Así que cuando reclamemos que queremos más servicios por parte del estado, ¡cuidado! estamos pidiendo que nos suban los impuestos, luego no nos quejemos.
El gobierno debe ser un ente que nos gobierne, no que nos mantenga, debe ser un ente que gestione las libertades, la seguridad, la ley, que garantice el orden civil general del país, pero cuidado con las prebendas que graciosamente nos ofrece: subsidios, sanidad, educación, etc. El gobierno no es una compañía de seguros y si lo queremos convertir en algo parecido, hemos de ser conscientes de la prima de la póliza que deberemos de pagar. Y aquí entra la contradicción, los políticos por el afán de los votos nos han llevado a una confusión, que hoy nos lleva a la ruina y a la recesión, los gobiernos nos han dado un estado del bien estar  cuya prima no podemos pagar, pero que no nos lo han dicho porque no les interesaba perder su posición de ángeles de la guarda, cuando en realidad estaban haciendo de tramposos aprovechados.
Ahora viene el crujir de huesos y el rechinar de dientes, preparémonos porque poner todo esto en su justo equilibrio nos va a doler y mucho, preparémonos a entender que quizás sería mejor que nos administrásemos nosotros mismos muchos de los servicios sociales, que hasta ahora parecía que nos regalaban, porque probablemente lo haríamos mejor y más barato,  dado que nuestros gobiernos, tienen la predisposición a gastar más de lo que hace falta en cosas que no nos hacen falta.
De la misma manera es necesario para salir de esta, que exijamos más dureza del estado en la imposición de normas de contención de márgenes comerciales, mas control a las actividades financieras en general (no impuestos) hablo de control y normativas de actuación, y sobre todo no gastar más de lo que la sociedad podamos pagar, y aquí está el problema. Qué es lo que la sociedad puede y está dispuesta a pagar, he aquí un vacio impresionante creado por la política moderna, son los políticos quienes lo deciden, y la sociedad la que lo paga y esto no puede seguir así, porque si la recesión es un hecho esto significa que hay que prescindir de muchos gastos o por contra crear muchos ingresos.
No hay ningún otro camino, en la economía capitalista no existen los milagros, solo existe el poder del dinero y o se tiene o se pide prestado, pero luego ya lo ven, hay que pagarlo. Yo creo que la salida a este embrollo es desgraciadamente la privatización total, y la bajada de impuestos al máximo posible, para conseguir que la sociedad civil y empresarial se ponga en marcha, hay que bajar el techo de los presupuestos del estado al minino imprescindible, y esto habría que buscar la manera que lo pudiese marcar la sociedad que es quien paga, el ejemplo es sencillo porqué tantos ministros , porqué tanto ejercito, porqué tanto consejo de diputados, porqué tantos senadores, porqué tantos gobiernos comunitarios, porqué tantas comunidades autónomas, quien lo decide, el gobierno, quien lo paga la sociedad. Yo opino que debe haber menos gobierno y dejar que la sociedad se administre por si misma según sus posibilidades, de lo contrario no habrá reactivación y desde luego el 2013 estaremos exactamente igual o peor que el 2012.

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