Es inaudito como puede
ocurrir que un gobierno acosado por la degradación moral y ya delictiva de
tantos y tantos de sus componentes, pretenda como medio de redención el ahondar
cada vez más en los despropósitos como crear leyes que van en contra de la
libertad individual, social y democrática de la sociedad, a la que deberían pedir perdón por sus desmanes
criminales.
Así podemos constatar
asombrados como se aprueban leyes tremendamente injustificables, como las
aprobadas el pasado viernes por el consejo de ministros del gobierno de España.
Desde ahora, el ministro del Interior o
el secretario de Estado de Seguridad, podrán acordar la intervención de las
comunicaciones "en casos de urgencia" sin necesidad de contar con la
autorización previa de un juez. Según establece como digo, la
reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, (LEcrim) aprobada este
viernes por el Consejo de Ministros
Esto es una barbaridad jurídica,
ética, legal y sobre todo democrática, porque es una ley hecha para hacer creer
a la sociedad, que el gobierno actual sostenido por la mayor banda de
criminales confesos y encarcelados algunos, lo ha sido porque las leyes
anteriores lo han permitido. Quieren dar la sensación de que la culpa del mal
uso que políticos y gobernantes han hecho de la política del gobierno de de la nación,
de las comunidades, de los ayuntamientos, de las organizaciones, partidos
políticos, etc., no es del los pobres delincuentes políticos principalmente militantes
del Partido Popular, sino de la propia incapacidad de la ley y el orden, que no
podía evitarlo.
La nueva disposición de actuación
es de una peligrosidad social enorme, piensen que la nueva norma establecerá
que dos altos cargos del Ministerio del Interior, que no tienen por qué tener
ni los conocimientos legales, ni jurídicos, por los que se rige la justicia, ni
siquiera tienen por qué ser ellos mismos justos ni mucho menos ecuánimes e
imparciales, podrán ordenar que se practiquen escuchas, que deberán comunicar tras
24 horas desde su inicio al magistrado, y que este contará con un plazo de 72
horas más para revocar o confirmar la actuación. Oigan con 24horas de hacer lo
que les venga en gana, pueden montar cualquier forma de delito, dándole la apariencia
de veracidad que quieran amparados en el uso de la tecnología y los elementos a
su disposición.
Después para más
escarnio social, el anteproyecto se impone un límite para el borrado o la
eliminación de las grabaciones pruebas y demás confabulaciones inventadas
preparadas o no, con el fin de evitar dañar de forma "irreparable" la
intimidad del afectado. Pero es tan clara la intencionalidad de esta ley de
acoso policial, que no se precisa este plazo, es decir pueden montar una acusación
falsa con carácter oficial durante 24 horas mantenerla durante 72 horas mas y
cuando ya han causado todo el mal que querían, pasar el tiempo que quieran
harta eliminar las pruebas o infundios cometidos, asegurándose con ello que la
honorabilidad la carrera o el prestigio del investigado este muerto para
siempre, viva la justicia española.
Realmente esto huele mal
el gobierno está creando una inseguridad legal que puede alcanzarnos a todos,
como respuesta a la injustificable actuación de sus delincuentes miembros políticos
y militantes de altura de su partido, que han salido manchados y han ensuciado al
propio partido para mucho tiempo, esta ley parece claramente un instrumento
para hacer ver que la culpa de que haya pasado lo que ha pasado y pasa en España,
no es propiamente de los delincuentes del partido sino de que la ley era muy
laxa.
Que iban a hacer los
pobres políticos, los Blesa, Los Ratos,
los Gürteles, pobres, no tenían mas remedio que delinquir, porque la ley no los
podía investigar antes de cometer un delito y claro así no había más remedio
que cometerlos, y el PP y el gobierno para cambiar las cosas, aprueba una ley en
que ya no hará falta cometer ningún delito
para ser investigado, ahora te investigaran antes, ahora de hecho han
oficializado la “Unidad de Preparación de Delitos a Cometer”, ciertamente es
necesario que esta época política termine de una vez.
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