Es evidente
que la UE está fuera de los fundamentos básicos de su fundación, hay que
resolver esta realidad si queremos encontrar la salida a la crisis de la
economía europea que va afectando uno tras otro a los países de la UE. Está
claro que la situación empieza a romper la unidad (que nunca fue muy fuerte) de
la Unión Europea, es una deriva extraña,
que aparentemente va en contra de cualquier lógica mercantil y civil. Lo normal
pongamos por ejemplo un sector en crisis cualquiera, es que ante las
dificultades de ventas o de aprovisionamientos etc. tienden a unirse se agrupan
crean una asociación de defensa de intereses comunes, nunca ante los problemas
globales las partes afectadas, lo que se les pasa por la cabeza es separarse, y
sin embargo la Unión Europea si toma este camino.
El problema
es que ahora la primera parte de la desunión, ya empieza a tener una cierta
entidad, y se están creando dos claras divergencias ya empieza a haber una
unión de países europeos con el mismo problema que buscan una misma solución, y
otra parte encabezada por Alemania, que les dice a todos los demás que están
equivocados, y no solo se lo dice a los países comunes a su doctrina económica
es decir a los de la zona euro, es que se enfrenta también a la euro escéptica
Gran Bretaña, o ante los países que no forman parte del euro, ante esta
compleja dualidad me pregunto porque se mantienen tan alejadas estas posturas
ante un mismo problema, cuál de las dos tesis está equivocada, o al revés a
quién beneficia la situación de disgregación de fuerzas.
Creo que la
solución al dilema está más clara desde el punto de vista de a quien le
beneficia, que no intentar verlo desde el punto de vista de los que les
perjudica. Verán la cosa es clara y evidente, que solo con recortes
presupuestarios no se saldrá de esta recesión que tenemos encima, las medidas
recesivas enmarcadas en la teoría de la reducción del diferencial del déficit
presupuestario de los países, nos llevan irremediablemente a mas recesión, sin
embargo no sé porque, la Unión Europea no piensa en una operación para la
recuperación industrial y del consumo, he llegado a la conclusión de que no se
plantea eso, porque tampoco le interesa a la misma economía que no quiere tampoco
la solución financiera de las deudas soberanas europeas.
El porqué de
esta estrategia, es que Alemania quiere tomar cautivo el mercado europeo en
global, y lo conseguirá de dos formas, una ya la tiene, ha conseguido que los
países europeos se crean que no hay solución para la deuda, y que han de
convivir con ella, eso no les quepa duda significa no crecer, porque por este
camino las reducciones de presupuestos nacionales, a que la unión obliga, matan
por completo la posibilidad de incentivos productivos y sociales, y esto nos
lleva al estancamiento. Y lo mismo que en el aspecto económico nos está pasando
con los sistemas de producción, y por tanto de creación de PIB y de empleo, al
final de esta historia, al final de este plan, solo quedara una económica y una
política de crecimiento industrial y productiva la que dirige Alemania.
No es esta
la Unión Europea que los europeos
aceptamos en su momento, la Europa que todos queríamos, es aquella que
equilibraría a todos los europeos, aquella que prometía que no solo una parte
estaría en marcha, mientras las otras dos terceras partes se convierten en el
sub mundo del primer mundo europeo, porque si no lo cambiamos por ahí van las
cosas.
No quiero
pensar en que esta situación sea realmente un plan de agresión y conquista,
premeditado de antemano, quiero creer que ha venido dado por la excesiva
dependencia original de la Unión Europea a las tesis alemanas. Sea como sea, lo
que es cierto es que hoy no queda más remedio que tomar uno de los dos caminos
que tenemos delante, uno es separamos todos de las tesis constrictivas de
Alemania, y salimos al mercado a luchar por nuestra supervivencia económica con
el rearme de la industria y la reactivación cueste lo que cueste, o nos
conformamos y nos convertimos en la Unión federal Alemana.
De nada
valdrán las reformas españolas, ni las de Grecia e Italia, si estos gobiernos
son guiados desde Berlín para saber que tienen que hacer, les van a seguir
dando la misma medicina que les está
haciendo el perder la salud económica: recortar, frenar, y procurar ser
obediente o de lo contrario, se quedan sin crédito, sin ratio de solvencia, sin
subvenciones estructurales, y con un estado de recesión brutal.
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