El Gobierno de Grecia pretende
alcanzar para el domingo un acuerdo con sus acreedores sobre un pacto para
recibir más fondos a cambio de reformas, dijo ayer jueves su portavoz,
desestimando las declaraciones de funcionarios de la zona euro que sugieren que
el compromiso está lejos de ser inminente. Grecia y sus acreedores de la UE y
el FMI han estado estancados durante cuatro meses en unas tortuosas
negociaciones en torno a un acuerdo de reformas y financiamiento, sin un gran
avance a la vista. Sin un trato, Atenas podría caer en suspensión de pagos
dentro de 2ó3 semanas.
La realidad es que Grecia no llegara
a un acuerdo económico con nadie porque no se trata de eso entiendo que los
acreedores se aferren a encontrar una solución económica pero es que no van por
esos derroteros las cosas Grecia tiene muy claro que no va a pagar lo que no
pueda pagar (que es casi todo) y esta convicción no es económica sino política
que es muy diferente el gobierno griego está atrapado por dos fuegos: el
enemigo (las deudas) y el amigo la política prometida para llegar al gobierno y
ambas son incompatibles.
El miércoles comenzó en Bruselas una
nueva ronda de negociaciones entre equipos técnicos de Atenas y sus
prestamistas. El portavoz Gabriel Sakellaridis defendió las declaraciones de un
funcionario griego el miércoles sobre la redacción de un borrador de acuerdo
-lo que funcionarios de la zona euro rechazaron- y dijo que había que poner
sobre el papel los consensos logrados, mientras se resolvían las diferencias,
lo que no dijo es que no hay ningún punto de consenso que poner sobre la mesa. El
equipo griego está en Bruselas con el objetivo de concluir el acuerdo en los
próximos días", dijo en una rueda de prensa. "Acudimos a estas
conversaciones con la meta de tener un acuerdo con nuestros socios para el
domingo”.
Los comentarios de autoridades al
otro lado de la mesa de negociación generaron toda clase de dudas sobre el
optimismo de Grecia, incluso parece que a veces no fueron neutrales, puesto que
buscaban ejercer presión sobre Atenas. Ciertamente, las declaraciones de los técnicos
de la “troika” no comparten el optimismo del Gobierno griego y esto es por la razón
que les decía antes unos discuten solo de economía y los griegos de política una
política que además no les gusta en absoluto a los miembros de la UE. Así cuando
los acreedores buscan presionar al lado griego para que haga más concesiones,
este ve a sus votantes detrás de ellos lanzándolos de cabeza la mar egeo.
Cada vez más voces empiezan a decir
lo mismo, la última que he leído es la de la directora gerente del FMI,
Christine Lagarde, dijo a un diario alemán que la salida de Grecia de la zona
euro era una posibilidad, y que probablemente no señalaría el fin de la moneda (euro)
del bloque. Sus palabras fueron: "Una salida de Grecia es una
posibilidad", dijo Lagarde al periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung,
según un adelanto de una entrevista que se publicará hoy. La jefa del FMI
añadió que ese paso "no sería un paseo por el parque", pero que
"probablemente no" signifique el final del euro.
El Gobierno griego habla de las
posibilidades de un acuerdo antes de un pago al Fondo Monetario Internacional
por casi 300 millones de euro que vence el 5 de junio. Si la nueva ronda de
negociaciones avanza, y Atenas confía en un acuerdo para desbloquear ayuda
antes de que venzan pagos de salarios y pensiones a fines de junio, el país
cancelaría la cuota del 5 de junio. "Grecia espera un acuerdo, que es una
condición para el pago del préstamo del FMI", afirmó el funcionario.
"De otra manera, tendrá dificultades significativas para pagar, debido a
las grandes necesidades de financiamiento del país".
El primer ministro griego, Alexis
Tsipras, sostuvo una teleconferencia de una hora con la canciller alemana,
Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, en otro esfuerzo
para acelerar las conversaciones pero repito no es cuestión de hablar entre dos
oponentes sino de discutir dos condicionamientos el económico y el político.
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