Ya hace días
que las noticias sobre la economía alemana va dando claves muy claras de que se
está agotando y como mis seguidores saben mi opinión, que es que se agota no
porque la paren ellos, sino porque la paramos el resto de la UE eso si por su
culpa el agotamiento general de la sociedad de la UE hace que no haya consumo
el proceso de recesión que intenta combatir el BCA con la inyección de euros
cada mes no funciona ayer se leía en la prensa especializada que los bancos vuelven
a ingresar millones de euros en los depósitos del BCE es decir prefieren pagar
por estar seguros que arriesgar su dinero para tener algún benéfico.
Y esto no
puede ser si la banca pierde su principal negocio que es el diferencial del interés
de los préstamos al consumo y a la inversión que negocio les queda para que
queremos los bancos, además en una década el 30% del negocio bancario (pagos y préstamos
al consumo) estarán en manos de las empresas telefónicas a través de las
aplicaciones para la telefonía móvil. Esto además de cambiar los flujos por
donde hasta ahora corría el dinero obligara a cambiar el esquema de inversiones
es ya un sistema afianzado aunque a pequeña escala el préstamo o inversión directa
es decir capital que invierte directamente a un proyecto sin pasar por
intermediario alguno.
Por otro
lado los políticos van pregonando una y otra vez que las cosas van mejor que la
crisis se terminó y que hay que hacer la recuperación de la economía y
posiblemente ese canto de sirenas, ha dado paso a una oleada de huelgas de
colectivos clave en Alemania ha puesto en evidencia en las últimas semanas el
creciente desfase de un sistema de diálogo social entre patronal y sindicatos
considerado hasta ahora como modélico.
Los
educadores de las guarderías municipales de toda Alemania están en huelga
indefinida desde hace una semana y, mientras decenas de miles de padres y
empresas en la mayor economía europea tratan de minimizar las consecuencias, la
negociación colectiva permanece bloqueada. Este grupo de 240.000 empleados es
el último en ponerse en pie de guerra laboral en lo que va de año, prolongando
una lista ya generosa que no cesa de crecer, provocando entre la ciudadanía
comprensión y sorpresa, pero también indignación.
Recopilando
sólo las más significativas, 2015 arrancó con paros de advertencia en el metal,
a los que siguieron las huelgas del personal de seguridad de los aeropuertos,
las de los pilotos de Lufthansa y Germanwings, las protestas de los
trabajadores de Amazon y el Postbank, la de los maquinistas de la Deutsche
Bahn, y la de los empleados de Correos y de Prosegur. En apenas cinco meses se
han acumulado ya más de 350.000 días de huelga en Alemania, más del doble que
en el conjunto del año pasado, según un estudio del Instituto de la Economía
Alemania (IW) de Colonia.
De prolongarse
esta tendencia, este centro de estudios considera probable que se superen los
430.000 días de protesta laboral este año, lo que supondría rebasar la mayor
cifra desde 1992, obtenida en 2006. El lastre para la economía es evidente:
sólo la huelga de maquinistas provocó pérdidas de hasta 750 millones de euros
para la economía alemana, según Stefan Kipar, economista jefe del banco
BayernLB, lo que podría reducir en una décima el crecimiento en el segundo
trimestre.
¿Qué sucede
en Alemania para que se dispare la conflictividad laboral? Los expertos apuntan
una constelación de elementos que comprenden desde la sólida evolución de la
economía hasta la atomización del mundo sindical, pasando por la progresiva
complejidad de las relaciones laborales. La mayor economía europea, que según
todas las estimaciones crecerá este año por encima del 1,6 % que repuntó en
2014, disfruta de una tasa de desempleo en mínimos desde la reunificación a la
vez que su población con empleo ha encadenado nueve años consecutivos al alza,
rompiendo todos los récords.
Esta
situación real más los discursos triunfalistas de los políticos anima a los
trabajadores a elevar sus reivindicaciones, especialmente tras los peores años
de la crisis, en los que se impuso la contención salarial debido a los
problemas en Europa. El Ministerio de Economía alemán prevé que los salarios
netos avancen este ejercicio un 2,8 % de media. Pensemos que la OCDE y los
sindicatos españoles se han peleado por un aumento salarial de un triste 1% este
año y un1.5% para el próximo. Además, algunos expertos han apuntado que las
cuestiones que enfrentan a empleadores y trabajadores no son meramente
salariales, como en el pasado, sino más profundas y complejas.
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